Identidad

Las peores preguntas que le puedes a hacer a una persona gay

“¿Te puedo hacer una pregunta incómoda?”.

Una vez, mi amiga heterosexual me llamó por FaceTime para preguntarme: “¿Los tíos gais se ponen cachondos cuando se ven desnudos en el espejo?”.

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Solté una carcajada. “No creo”, respondí. “Puede ser. Tal vez los chicos guapos que sigo en Instagram —los que se hacen selfies sin camiseta— sí se pongan cachondos”. Mi amiga parecía satisfecha con mi respuesta. “Menos mal que me llamaste a mí. No puedes andar por la vida preguntando eso a cualquier persona gay que encuentres”.

Como hijo gay de un inmigrante musulmán, estoy acostumbrado a que la gente desconocida me haga preguntas ofensivas. Y sé que no soy el único. Para evaluar mejor la situación en pleno 2016, pedimos a gente de la comunidad LGBTQ que compartiera con nosotros las preguntas más ofensivas que les han hecho y sus respuestas a las mismas.

Jason Collins, 37 años, jugador de baloncesto retirado, Los Ángeles

Cuando salí del armario hace tres años, la gente siempre me preguntaba: “¿Estás seguro de que eres gay?”. Era fácil responder: siempre le daba la vuelta a la tortilla y les preguntaba, “¿Estás seguro de que eres heterosexual?”. Pero una vez, en el aeropuerto, volviendo de Puerto Rico, estaba haciendo cola para comprar una botella de agua y la cajera me preguntó: “¿Adónde has ido de vacaciones?”. Le respondí y me dijo: “En Puerto Rico hay muchas mujeres guapas. ¿Te lo pasaste bien?”.

“Allí también hay muchos hombres guapos”, contraataqué. Se me quedó mirando y me dijo que no parecía gay, algo que me dicen muy a menudo. “Sí, soy gay”, respondí, pagué el agua y me fui.

Pude no haber dicho nada pero creo que es importante cuestionar las ideas preconcebidas. Quizá la próxima vez la cajera diga: “En Puerto Rico hay gente muy guapa”.

Liana M. Douillet Guzmán, 33 años, vicepresidenta de marketing y comunicaciones, Nueva York

Llevo vestidos negros y tacones altos y estoy acostumbrada a que me digan que no “parezco” gay. La pregunta más ofensiva que me han hecho es sobre el bebé que tengo con mi pareja. Me han preguntado cosas estúpidas, como que quién hace el papel de padre en la relación. No hay padre, eso es lo bueno.

Normalmente las preguntas son respecto al embarazo. No me ofendo, pero nunca le preguntarías a una pareja heterosexual si tuvo problemas para concebir o cómo lo hizo. Me preguntan cosas muy detalladas, como: “¿Quién es el donante de esperma? ¿Por qué lo elegiste? ¿Cómo decidisteis quién lo iba a tener?”. Hay compañeros de trabajo con los que ni siquiera me llevo bien y me preguntan, “¿Fue por inseminación artificial?”, en las fiestas de la oficina. Es ofensivo pero sé que no lo hacen con mala intención.

Doy respuestas muy detalladas. Explico cómo escogimos a nuestro donante y por qué decidí tenerlo yo. Mi pareja es rubia y yo soy puertorriqueña y morena. Como inseminamos su óvulo, el bebé se parece más a ella. A la gente le entra curiosidad y estoy encantada de resolver sus dudas. Gran parte de la ignorancia se debe a la falta de comprensión y el miedo a preguntar. Espero que al responder, ayude a que la gente me vea menos lejana a su realidad.

Arath Sereno, 21 años, estudiante, Ciudad de México

La pregunta más ofensiva fue que si yo era el hombre o la mujer en la relación. Me cabreó mucho. No le entendí y le pregunté qué quería decir con eso. La persona que me preguntó me dijo que quién se comportaba como hombre en la relación, quién llevaba los pantalones.

Le contesté que eso era un estereotipo horrible. Le dije que no había un hombre y una mujer en la relación, que los dos éramos hombres y actuábamos como tales. Ser gay no significa se amanerado o querer convertirte en mujer, va mucho más allá de eso porque hay gustos para todo. Hay tíos a los que les gustan los hombres afeminados y a otros les gustan muy masculinos.

Sarah Meyer, 33 años, artista multidisciplinar y chófer de Uber a tiempo parcial, Chicago

No me gusta definir mi género. Respondo a todos los pronombres. Cuando la gente me pregunta “¿Qué eres”, respondo “Soy un humano gigante, casi siempre lleno de pura ansiedad. ¿Y tú qué eres?”. Aunque los desconocidos normalmente no me hacen preguntas ofensivas.

Una vez, mi psicólogo me preguntó, “¿Cómo se lo montan dos mujeres en el sexo?”. ¿¡Qué!? ¿Dónde está tu imaginación? ¿Por qué tengo que ayudarte a usarla? ¿Te das cuenta de que, hasta este momento, tu experiencia sexual se limita a meter un pene en una vagina?

Cada vez que me preguntan eso (porque sigue pasando), siempre respondo con otra pregunta: “¿Cómo practicarías sexo con una persona que no tiene pene?”. Prácticamente todos los que se preguntan cosas sobre el sexo queer son capaces de responder esa pregunta, solo que nunca se la hacen a sí mismos.

Ana Morales, 23 años, estudiante, Ciudad de México

Supongo que la pregunta típica es “¿Quién es el hombre?”. Es bastante ofensivo y demuestra mucha ignorancia, ya que obviamente las dos somos mujeres y si buscáramos que “alguien fuera el hombre” estaríamos con uno.

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