La posibilidad de perder la vista asusta. Representa, de primer momento, un alejamiento (al menos de la forma en la que se hace corrientemente) de expresiones artísticas como la pintura, la literatura o la fotografía. Si bien sabemos que la población con discapacidad visual tiene formas de vivir las expresiones artísticas, sí supone un cambio drástico en la manera en que lo hacen.
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Pete Eckert es un artista visual que actualmente vive en Sacramento, California. A sus 32 años quedó totalmente ciego y hace 22 se dedica a sacar imágenes utilizando fotografía análoga, cámaras antiguas y métodos de pinturas de luz y dobles exposiciones. Sus fotografías han alcanzado reconocimiento mundial. Ha expuesto en diversas galerías y ganado múltiples premios, entre ellos en la competencia de Artists Wanted “Exposure” en Nueva York.
Asombrada por su trabajo, decidí llamarlo para platicar de su trabajo.
VICE: Cuéntame cómo era tu vida antes y cómo te enteraste de que te estabas quedando ciego.
Pete Eckert: Siempre he sido muy artístico. Cuando era niño siempre me gustaba hacer cosas. Al principio, no fui un buen estudiante pero eventualmente me di cuenta de que podía ganar dinero aprendiendo, y eso me llamo mucho la atención. De ahí en adelante acepté cualquier tipo de trabajo que me enseñara a crear algo. Aprendí a armar motores de turbina de jet, fui carpintero, aprendí a instalar pisos de madera, en fin, cualquier cosa que me pagara por aprender algo nuevo. Después decidí que quería estudiar para ser arquitecto e hice todo mi pregrado en eso. Ahí fue cuando empecé a quedarme ciego.
¿Cómo te enteraste que te ibas a quedar ciego?
Empecé a ver con un color medio pastel todas las cosas. Fui al doctor y durante mucho tiempo nadie supo por qué estaba viendo así. Después de un año me enteré de que tenía retinosis pigmentaria (una serie de enfermedades genéticas que se caracterizan por comerse de forma progresiva la retina), y me dijeron que me iba a quedar ciego. Ese fue un momento muy difícil. Pero todo el mundo tiene momentos malos: este fue el que yo tuve que vivir.
Y en ese mometo tu carrera como arquitecto se desplomó…
Sí, decidí hacer una maestría en administración de empresas mientras todavía podía ver, porque sabía que nadie iba a contratar a un arquitecto ciego. Mis mayores preocupaciones eran cómo ganar dinero cuando me quedara ciego y cómo protegerme a mí mismo. Todo lo que sabía hacer requería visión. Es difícil alejarse del arte: realmente lo que tengo es una obsesión con el arte.
¿Qué tipo de arte hacías? ¿Siempre tomaste fotos?
No empecé a tomar fotos hasta que me quedé totalmente ciego. Hacía muchas esculturas, algo de pintura, muchos dibujos, construía botes para pescar que medían hasta seis metros de largo.
¿Cuánto tiempo pasó desde el momento en el que te diagnosticaron la enfermedad hasta el momento en el que te quedaste ciego?
Pasaron unos seis meses para ser legalmente ciego. Quedé totalmente ciego diez años después del diagnóstico de 1982, como a los 36. Los primeros seis meses fueron los peores. Solía andar mucho en moto, porque las amo, y fue muy difícil dejarlas: no quería. A pesar de tener la mitad de mi visión, seguía montando en motocicletas, cosa que era realmente peligrosa. Me iba a matar. De hecho en este momento estoy reconstruyendo una motocileta vieja, una moto guzzi ambassador, porque me fascina la mecánica.
¿En qué momento decidiste coger una cámara?
Nunca me alejé del arte. Todavía hago arte, pero en este momento estoy enamorado de las cámaras. Te cuento que a mi papá le gustaba mucho la fotografía, aunque yo nunca me lo tomé muy en serio. Cuando quedé ciego, estaba luchando para encontrar la manera de hacer arte y ganar dinero de eso. Entonces empecé a hacer relojes de madera muy detallados, como del siglo XIX, pero me demoraba demasiado tiempo y no era rentable. Encontré una cámara vieja que tomaba fotos a partir de las ondas infrarrojas. Mi sentido del humor es un poco extraño, así que me pareció divertido que yo fuera un hombre ciego tomando fotos en una longitud de onda invisible. Me gustaba mucho esa idea. Cuando empecé con la fotografía hacía blanco y negro en análogo. Lentamente hice la transición a digital y a color.
¿En qué momento te diste cuenta de que querías seguir haciéndolo a nivel profesional?
Me gustan las cosas mecánicas. La primera cámara que tuve era Kodak Retina II, vieja, de 1950. El mecanismo de la cámara fue lo primero que me enamoró y después, el hecho de que pudiera crear algo sin que me tomara demasiado tiempo me parecía increíble. La fotografía es un método rápido y sentía que era una de dos: o iba a salir adelante o me iba a quemar. Lo de los relojes no me funcionó por mucho tiempo.
¿Y cómo haces para ver tus fotos? ¿Para saber cuáles son buenas, cuáles te gustan y cuáles no?
Yo siempre digo que yo no tomo fotos, yo construyo fotos. Tengo un buen sentido auditivo, entonces cuando agrego la luz me puedo memorizar la situación y puedo agregar múltiples exposiciones para construir una imagen. El mundo de los ciegos es muy diferente al de las personas videntes. Trato de representar más el mundo en el que yo vivo que el mundo en el que solía vivir.
Has dicho en el pasado que las fotografías son para las personas videntes, pero que el proceso es para ti…
Sí, como dije anteriormente construyo imágenes en mi mente, memorizo lo que estoy haciendo, memorizo el evento y la imagen que quiero construir al final. Cuando saco la hoja de contacto después, tengo la ayuda de gente vidente para que me describa las fotos y después comparo la imagen que yo tengo en mi memoria con lo que ellos me están diciendo y luego escojo qué es lo que quiero ampliar. Con la fotografía puedo cometer ciertos errores, como dejar la tapa del lente puesta y perder muy buenas imágenes y grandes ideas que tengo en mi cabeza. Esas cosas pasan.
Cuéntame cuál es el proceso de tomar fotos. Para lograr las exposiciones largas tiene que ser un lugar oscuro, cosa que, has dicho, se trata de una metáfora de tu realidad… Sin embargo, terminan llenas de color.
Las pinturas con luz han sido muy populares. Las hago en un lugar oscuro y posicionando la cámara en un trípode, abriendo el obtruador e iluminando al modelo, haciéndome una idea de qué tanta luz estoy añadiendo. Pero también me gustan mucho las múltiples exposiciones en las que hago cosas un poco más conceputales. Por ejemplo, hoy estaba caminando y tomé unas fotos de un paisaje con un río muy bajo expuesto y después voy a sobreponer otra exposición encima de esa para que se vea como si hubiera espíritus flotando en el agua.
¿Qué cámara tienes?
Tengo una Mamiyaflex, la que más uso.
¿Cómo sabes qué tanta luz necesitas y cómo se va a ver?
Utilizo cualquier fuente de luz que yo haya conocido. No utilizo LED porque no sé qué tan brillantes son. Sin embargo, utilizo todo, desde linternas, cámaras, pólvora, tásers. En una de mis fotos abrí mi nevera, conté tres segundos, y la cerré para que me diera el nivel de luz que quería. Cualquier cosa me sirve mientras entienda qué tanta luz genera.
Y dices que no te gusta la ayuda de gente vidente. ¿Eso significa que tus modelos también son ciegos?
No, los modelos son videntes, pero nunca me ayudan a construir las fotos, simplemente hacen lo que yo les pido. Unos cuantos son ciegos. He aprendido a ecolocalizarme: a partir de mi voz sé qué tan lejos están, cómo están posicionados. Mucha gente vidente se siente incómoda posando en un lugar totalmente oscuro, entonces siempre les digo qué es lo que estoy haciendo y cómo estoy construyendo la foto. Eso tiene dos razones: describo lo que veo en mi mente pero también uso mi voz para ecolocalizar y poder construir la imagen de manera más precisa.
¿Cómo salió la sesión de fotos que hiciste para Playboy?
Una amiga mía tenía un contacto con Playboy y ella fue la productora de toda la sesión. Mi amigo, Bruce Hall y yo le tomamos fotos a Hiromi, la única playmate japonesa que ha tenido Playboy. Me sorprende que la comunidad ciega no le haya dado tanto reconocimiento a esta sesión, porque en 1970 Playboy fue traducido a braile para que las personas ciegas pudieran tener acceso. Pero Bruce Hall y yo somos los únicos dos fotógrafos ciegos que hemos colaborado con Playboy.
¿Hubo alguien en el camino cuando te presentabas como fotógrafo que te dijera que no podías hacerlo?
Realmente no soy un hombre tímido y siempre he tenido perros guía muy grandes a mi lado. Sí, soy un hombre ciego en un mundo visual, pero puedo ver muy bien con mi mente. Siempre estoy construyendo fotos en mi mente. Cuando la gente me ve tomando fotos en la calle o en un estacionamiento, no es sino hasta mucho después que se dan cuenta que no puedo ver. Las fotos que yo muestro son una pequeñísima parte de lo que soy, porque yo convierto el sonido y el tacto en visión. Cuando me estaba quedando ciego fue muy deprimente y no quería abandonar la visión, entonces simplemente construí una manera de ver el mundo diferente. La vida es muy corta. Tienes que encontrar la manera de divertirte y salir adelante.