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nadie le hizo caso

El 'Age of Empires' de hooligans que predijo la violencia de la Eurocopa

Viendo el triste auge de la violencia ultra en Francia nos hemos acordado de "Hooligans: Tormenta sobre Europa", un juego rollo "Age of Empires" en el que controlabas una banda de vándalos.

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Desde el inicio de la Eurocopa, Francia —y Europa entera— ha sido testigo del resurgir de los aficionados vándalos. Marsella fue la primera ciudad que los sufrió; Lens y Lille tienen miedo de que les ocurra lo mismo.

El ministro del Interior francés ha tomado medidas al respecto, pero es consciente que no puede llegar a todo: "Excepto mejorar la seguridad y transformar las ciudades en trincheras de guerra, no podemos hacer más", dijo Bernard Cazeneuve durante su visita a Burdeos.

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Francia, pues, no parecía del todo lista para combatir la violencia de los ultras… aunque podrían haberlo estado si hace más de diez años hubiesen jugado a un videojuego llamado Hooligans: Tormenta sobre Europa.

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En 2002, unos meses antes de que empezara la Copa del Mundo de Corea y Japón, la compañía holandesa DarXabre tuvo una idea loca y decidió lanzar un juego destinado a parodiar el fenómeno del hooliganismo. Al jugador se le daba el control de una banda de hooligans mediante una interfaz similar al famoso —y maravilloso— juego de estrategia Age of Empires.

El objetivo de Hooligans: Tormenta sobre Europa es simple: convertirse en el grupo más famoso y más temido del continente. La propaganda establece el tono: "Destroza toda Europa, bebe alcohol, consume drogas y ve con prostitutas para controlar tus tropas… y tan pronto como haya problemas, pégales una buena paliza".

El lema en la portada busca ser más sarcástico: "La única cosa que te tiene que dar miedo es quedarte sin cerveza".

La interfaz del juego está entre el Railroad Tycoon y el Age of Empires II.

El juego se convirtió en un éxito en los Países Bajos y Bélgica: se vendieron hasta 16 000 copias en enero de 2002. Las reacciones en el mundo del fútbol, sin embargo, fueron bastante más chungas. El juego provocó las críticas de la federación de fútbol inglesa (FA); el ministro de Interior inglés aseguró que los creadores estaban actuando "de una forma totalmente irresponsable".

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Ambas organizaciones condenaron el juego, esgrimiendo las mismas razones que se usan siempre que la industria del entretenimiento crea algo que supuestamente incita a los consumidores a delinquir —ver las polémicas alrededor de la saga GTA, por ejemplo—. En Holanda, la federación incluso intentó prohibirlo, aunque sin éxito.

"Sabíamos que mucha gente se sorprendería por la temática del juego, pero intentamos explicarles que nuestro objetivo no es idealizar las prácticas hooligans", explicó en ese momento Jason Garber, el director de marketing de DarXabre. "Las bandas representadas en el juego no existen en la realidad, del mismo modo que tampoco existe el mundo en el que viven. La trama es políticamente incorrecta, pero el trato del tema se supone que debe divertir al jugador".

Un ejemplo de batalla campal en Hooligans: Tormenta sobre Europa

El juego se divide en once niveles. En el primero, tú actúas de líder: con diez hombres más, tienes que conseguir entrar en el estadio en el que tu equipo ha perdido la final de la Champions League. A partir de aquí se va ganando dinero saqueando tiendas y puedes ir al bar a reclutar a nuevos hooligans para tu banda. La partida se acaba cuando el líder muere. Gráficamente, el juego rezuma la década de los 2000.

Para alcanzar los distintos objetivos, que te pueden llevar desde los Países Bajos hasta Roma pasando por Francia entera, tus hooligans (obviamente) utilizan la violencia. En primer lugar solo puedes lanzar adoquines, pero a medida que se progresa, se pueden empezar a utilizar armas e incluso lanzar cócteles molotov.

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"Tal vez no fue el juego del año, pero se trataba de un intento genuino de un grupo de gente que pensaba que podría hacer un juego fresco y divertido", explica Jason Garber, del estudio Stainless Game. "Creo que muchos simplemente piensan que nos aprovechamos de un fenómeno social extinto y que queríamos volver a hacerlo real, pero no es cierto. Hoy en día hay juegos de todos los tipos y temáticas".

¿Qué tal iniciar la campaña de William Wallace en este estadio?

"Todo el juego está teñido de burla", prosigue Garber. Durante la misión en Francia, por ejemplo, la voz en off te cuenta que hay un problema —y que no es porque estés bebiendo vino en vez de cerveza. Entre los distintos niveles el juego introduce una mini-serie basada en los hooligans británicos: el líder, Sniffer, es un personaje inspirado en un fontanero en Glasgow llamado Tom Glancy.

Lo que puede parecer un simple detalle hoy en día no lo fue en el momento del lanzamiento del juego para los miembros del Tartan Army, el grupo de aficionados de Escocia más célebre. Sus miembros se pusieron furiosos porque el protagonista fuera un escocés; Tommy Madden, el presidente de la West of Scotland Tartan Army, llegó a pedir que se boicotease el juego.

El tema principal de la banda sonora de Hooligans: Tormenta sobre Europa

"Es triste que pongan en el mismo saco elementos violentos de la afición inglesa o holandesa y a nosotros", aseguró Madden, indignado. "Abandonamos el vandalismo hace mucho tiempo".

Al inicio del proyecto, la idea central de Garber era producir un juego diferente a los demás: "Estábamos cansados de todos los juegos de estrategia histórica o de ciencia-ficción. El equipo pensó en varios temas y pensamos que hacerlo sobre hooligans era una idea interesante".

Garber aún se extraña por la controversia que generó el juego: "Se han hecho películas sobre acontecimientos muy delicados, como por ejemplo el 11-S, y nadie se ha quejado nunca ni ha habido polémica". Al final, Garber cataloga el juego como una experiencia muy interesante pero económicamente floja. "No funcionó lo suficientemente bien para hacer segundas partes, pero tampoco es para arrepentirse".

¿Sería posible un juego así hoy en día? Sin duda. 180 policías extranjeros se han unido a las filas francesas para luchar contra el vandalismo durante la Euro 2016; Garber, no obstante, no ve relación alguna entre el juego y la situación actual y no se arrepiente de haberlo creado.

"Probablemente me gustaría cambiar cosas en el desarrollo, pero sigo pensando que la idea era buena", concluye.