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¿eres un rebelde tú también?

La torturada historia del gesto más punk del tenis

Algunos consideran que no es más que un recurso como cualquier otro; otros piensan que usarlo es un intolerable ataque a la deportividad. Aquí tienes una breve historia del gesto más rebelde del tenis para que decidas tú mismo.
Imagen vía Youtube

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Un gesto de raqueta de abajo hacia arriba: ese mismo que realizan todos los jugadores principiantes de tenis. El gesto de seguridad, el más básico de todos los movimientos del tenis, el que simplemente asegura que la pelota pase por encima de la red.

En raras ocasiones ha habido una historia con tanta aura como el gesto de Michael Chang. La historia es conocida: de hecho, es una de las más recurrentes en la mitología del deporte de la pequeña bola amarilla. Viajemos a 1989, a los octavos de final de Roland Garros: Michael Chang, de 17 años, era la sensación del circuito.

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Frente a él estaba Ivan Lendl, número 1 del mundo y tres veces ganador del torneo. Llevaban 4 hora y 37 minutos de partido: el checo había ganado los dos primeros sets, pero Chang, sorprendentemente, empató adjudicándose los dos siguientes.

Paralizado por los calambres al final del cuarto set, el chino-estadounidense empezó a notar un bajón físico. En el quinto set, con un 15-30 en el marcador, Chang decidió usar un recurso que causó un "oh" general en el público de la pista Philippe Chartrier: el saque de cuchara.

Lendl devuelve la pelota, medio sorprendido medio inquieto, y Chang detecta espacio para el siguiente golpe. Éste toca imperceptiblemente en la red y el checo no puede rectificar, con lo cual su remate termina en las gradas. Los analistas se llevan las manos a la cabeza: "¡Extraordinario!".

En realidad, el servicio en forma de cuchara de Michael Chang no es tan raro. De acuerdo, sorprende, pero solo porque lo esconde hasta el último suspiro y nadie se lo espera. No obstante, no es un golpe difícil de devolver: va flojo y nada tenso. Sin duda, lo que más sorpresa causó fue la indulgencia de Lendl. Chang, de hecho, acabó ganando el set y el partido: el jovencísimo tenista alcanzó la final y allí derrotó a Stefan Edberg.

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El saque de cuchara se sigue utilizando en el tenis profesional, aunque pocas veces. Sobre todo se usa, obviamente, si uno no es capaz de sacar de la manera 'normal', pero lo más corriente es que todo jugador de la ATP saque tirando la pelota por encima de su cabeza… porque de lo contrario, todo el mundo se preguntaría qué está haciendo con una raqueta en las manos.

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Pero Chang estaba fatigado por llevar casi cinco horas jugando. "Como no fui capaz de hacer entrar mi primer servicio, probé con la cuchara, a ver si podía rascar un punto", recuerda Chang.

Sin embargo, en términos generales, la cuchara se utiliza con dos objetivos que a veces se asocian: sorprender y provocar. Es por eso que sigue siendo uno de los tabúes del tenis: este deporte de caballeros existe respetar un código o más bien una serie de reglas no escritas. Uno de ellos es que no se debe sacar con este gesto, básicamente porque se puede interpretar como un intento de ridiculizar al rival.

En un artículo titulado Desacuerdo entre caballeros, Peter Bodo —autor de Tenis para los nulos y de una biografía de Pete Sampras— se transformó en el abogado defensor del saque de cuchara. "¿Te están deshonrando si sacan con la cuchara? No es ilegal, y si tus argumentos se basan en que es una acción antideportiva, solo se me ocurre una pregunta: ¿Por qué?".

Seguramente es la primera vez que toca una raqueta, y ya le están enseñando el magnífico golpe de Chang. Foto vía Flickr.

Más adelante, Bodo se centra en otra práctica común en las pistas de tenis: los gritos de los jugadores. De acuerdo con las reglas de la WTA, todos los medios para perturbar el adversario están prohibidos. Los gritos —que tienen más de intimidación que de gruñidos producidos por el esfuerzo— tendrían que condenarse, pues. Sin embargo, los árbitros permiten que esto suceda constantemente.

Mientras, el servicio de cuchara todavía se considera una provocación y un movimiento que va en contra de los principios de decoro de este deporte. Es un poco un gesto de estética punk con cresta y polo Lacoste; un comportamiento de anarquismo aristocrático, de rebelde sin causa.

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No es el jugador más civilizado del circuito, pero el francés Benoit Paire se ha postulado como uno de los más fervientes críticos del saque en cuestión. En octubre de 2015, durante un torneo en Brest, el tenista galo criticó enérgicamente a su compañero Sadio Doumbia porque había sacado dos veces de cuchara durante el partido. Realmente, ni él sabía porque se quejaba, pero lo hacía de todos modos.

"Estas son las cosas que no ayudan al circuito. […] Es un poco irrespetuoso. Lo entendí más después de saber que lo hacía en todos los partidos, pero realmente tampoco me importa mucho", aseguró Paire, aparentemente muy indignado. "Doumbia es un jugador profesional. Si su objetivo es molestar porque se veía el menos fuerte, puedo entenderlo un poco. Pero no le funcionó, porque perdió".

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En el último Roland Garros, fue la francesa Virginie Razzano quien sorprendió al público sacando de cuchara en su partido de primera ronda ante la paraguaya Verónica Cepede Royg. La incomprensión fue general, aunque Razzano explicó que solo intentaba pillar desprevenida a su rival: "Solo quería sorprender a mi oponente. A veces, cuando siento que tengo que hacer algo, lo hago", aclaró la tenista de Dijon.

Curiosamente, esta vez, el público de la pista Suzanne Lenglen no la abucheó. Bodo (sí, él otra vez) escribió pomposamente en ESPN que el público perdonó al instante a Razzano debido a su historia personal: seguía jugando aún después de perder a su prometido —y entrenador— que murió de un tumor cerebral en 2011.

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Al año siguiente, Razzano derrotó a Serena Williams en la primera ronda; en ESPN consideran que no fue abucheada por estas razones… a pesar de que el público de Roland Garros es ampliamente conocido por su intransigencia con las excentricidades.

Viendo la cara de sufrimiento de Virginie Razzano cuando devuelve una pelota, es normal que no se la juegue con el saque y lo haga de cuchara. Foto de Pascal Rossignol, Reuters.

En la historia de Roland Garros, el saque de cuchara de Michael Chang no ha sido el único que terminó aplaudido. Diez años después del legendario golpe, Martina Hingis reintrodujo el saque nada menos que en la final contra Steffi Graf.

Hingis, que entonces tenía 18 años, era la número 1 del mundo y un fenómeno post-adolescente un poco… arrogante. Digamos que estaba demasiado pagada de sí misma para convertirse en un ídolo del público parisino. Su rival, que casi tenía, jugó allí su último Grand Slam.

El partido iba 6-4, 5-7 y 2-5, y Graf disponía de su primera pelota de partido. Antes, Hingis ya ha avivado la ira del público parisino yendo a impugnar un fallo en el campo de la oponente —lo cual está prohibido—. En ese momento, jugándose el partido, Hingis intentó el servicio de cuchara, como puede verse en el vídeo de debajo. El servicio fue perfecto: corto y muy cortado, lo que obligó a Graf a ir hacia la red. Hingis la superó y salvó el primer punto de partido en contra.

El público parisino regañó a la joven suiza; John McEnroe comentó con desaprobación que "ella hace todo lo posible para desestabilizar a Steffi". A pesar de este acto de provocación, Hingis perdió el partido y rompió a llorar en el vestuario. Después de sufrir las burlas de las gradas durante el partido, no quería volver a la pista para la entrega de premios. Finalmente, su madre la convenció.

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La historia del servicio de cuchara está lleno de dramas: está construida sobre lágrimas, dolor físico, soledad e impotencia. Muestra de ello es que el director estadounidense Wes Anderson decidió usar precisamente el saque de cuchara para transmitir la depresión de uno de sus personajes en la película _Los Tenenbaums: una familia de genios._

Casi tan dramáticos como en la película fueron los servicios de cuchara que hizo el australiano Thanasi Kokkinakis contra el francés Richard Gasquet en el último Open de Estados Unidos… pero estos sencillamente eran la consecuencia del hecho de que el pobre Kokkinakis ya no podía jugar más.

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Es bastante sorprendente ver la rapidez con la que se ha instalado en el tenis moderno el saque por encima de la cabeza como norma. En How the Serve Went Over the Top, un artículo publicado por el New York Times en 2011, el analista Geoff MacDonald explicó la evolución del servicio desde que se creó el tenis.

MacDonald considera que el gesto empezó a utilizarse en el torneo de Wimbledon de 1878; el primero en usarlo habría sido el británico T. A. Myers. Sin embargo, el servicio de cuchara continuaría como opción recurrente durante un tiempo… hasta que finalmente pasó a considerarse como una suerte de ataque a la deportividad.

El tenista croata Ivo Karlović ha conseguido dominar el arte del servicio hasta prácticamente la perfección absoluta, al menos en lo que a eficacia se refiere. Karlović aprendió practicando en una pista al lado de su casa, solo y de noche, haciendo series de saques una y otra vez. El croata, de hecho, se convirtió en el poseedor del récord de los servicios más rápidos del circuito: alcanzó los 251 km/h durante un partido de dobles en la Copa Davis de 2011.

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Karlovićtambién tiene el récord absoluto de aces desde octubre de 2015, cuando superó a su compatriota Goran Ivanisević y sus 10.183 aces. El tenista de Zagreb también ostentaba el récord de saques directos en un partido con 78, pero lo perdió cuando John Isner y Nicolas Mahut jugaron el interminable partido de once horas de Wimbeldon 2010 en el que Isner consiguió 113 aces y Mahut 103.

Ivo Karlović tras conseguir el ace número 10.000 de su carrera en agosto de 2015. Imagen vía Reuters.

El artículo de Bodo que mencionábamos antestambién lanza la idea que el saque de cuchara es un arma formidable contra los tenistas que dominan los partidos a partir de un saque potente. El tenis es un deporte que no solo se juega des de la línea de fondo con golpes fuertes: también admite variaciones, efectos y sorpresas… y el saque de cuchara es uno de ellos.

Karlovićlo sabe. Él, que tiene la merecida reputación de ser uno de los mejores sacadores de la ATP —a día de hoy, lleva 10.478 aces en su carrera—, giró la tortilla en un partido contra Tommy Haas y sorprendió a todo el mundo. Haas esperaba su saque al fondo de la pista, casi tocando con la pared: Karlović, al verlo, sacó de cuchara casi sin imutarse. Consiguió el ace y nadie se lo recriminó, porque fue más divertido que cruel.

¿Es un criminal, pues, quien usa este tipo de saque? Si eres de los que considera que los regates de Neymar son un ataque a la deportividad, probablemente pienses que sí. Si, en cambio, eres de los que piensa que todos los recursos legales deben tener su lugar en sus respectivas disciplinas… entonces estarás de acuerdo conmigo: el saque de cuchara solo es una forma más de sacar. ¡#Respect por quienes lo saben usar!

Sigue al autor en Twitter: @AdrienFranque