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FIGHTLAND

El documental de Fallon Fox ya está en Netflix

Vean Game Face, el nuevo documental sobre Fallon Fox y otros atletas transgénero en Netflix.

En marzo de 2013, la peleadora de MMA Fallon Fox, en una entrevista con Outsports y SportsIllustrated.com, se declaró públicamente como mujer transgénero. Nacido en 1975, Fox, ex especialista de operaciones en la Marina y conductor de camiones, se sometió a cirugía de reasignación de sexo en 2006. En 2008 descubrió las artes marciales mixtas al entrar a un gimnasio y en 2012 tuvo su primera pelea profesional, una victoria por nocaut técnico en el primer round sobre Elisha Helsper en KOTC Wild Card en Worley, Idaho. No fue hasta su segunda pelea, sin embargo, una victoria por nocaut sobre Ericka Newsome en Coral Gables, Florida, en marzo de 2013, que se supo la noticia. Fallon Fox se sinceró y los medios enloquecieron.

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El resultado fue uno de esos periodos deprimentes cuando te das cuenta de que la tolerancia humana y la decencia no llegan tan lejos —tan lejos como el problema de derechos civiles más reciente, algo que después de décadas de disgusto como sociedad finalmente nos sentimos cómodos, como el matrimonio gay. Pero con el ascenso de cada nuevo frente de derechos civiles los humanos regresando a sus trincheras y encontrando nuevas maneras de ser intolerantes y despectivos, marginalizar la diferencia hasta la muerte.

La declaración de Fallon precipitó una gran cantidad de críticas, lo que Philip Roth podría llamar un "enorme atracón de devoción religiosa" en el mundo del MMA (que es un lugar donde los marginados siempre han hecho su trabajo desde las sombras mientras buscan el respeto del mundo). A pesar del hecho de que el Comité Olímpico Internacional y la Asociación de Comisiones de Box tienen protocolos que le permiten a los atletas transgénero competir —y a pesar del hecho de que las comisiones atléticas de California y Florida le han permitido a Fox pelear—muchos en la comunidad pueden no estar convencidos de que Fallon Fox no estaba haciendo más que trampa, un hombre buscando la gloria en el MMA golpeando mujeres.

Aparentemente esas personas racionales se paralizaron ante la posibilidad de que una mujer transgénero enfrentara a otra mujeres, como su la realidad de Fallon Fox al fin los hubiera presionado al límite de su imparcialidad.

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Esta psicosis, esta moral paranoica, este miedo con actitud de superioridad, está en Game Face, un nuevo documental sobre Fox y otros atletas gay y trans que se estrenó en Netflix. El filme, dirigido por el belga Michiel Thomas, sigue a Fox desde sus primeras peleas y su declaración en los medios sobre ser una mujer transgénero, hasta la locura mediática que resultó y finalmente hacia estar cerca, sino de la aceptación, al menos de redención.

Ésa redención era muy esperada. Las batallas de Fallon Fox comenzaron mucho antes de que un reportero de MMA le pidiera confirmar o negar los rumores en 2013. Crecer como una persona transgénero en los Estados Unidos es un tormento, y Fox, como muchos de sus colegas, sufrió bastante. La confusión, miedo, los familiares avergonzados, las amenazas de condena, violencia, incluso maldiciones eternas. Pensamientos suicidas.

Como sucede para mucha gente, el MMA le dio a Fox un camino en medio de toda la confusión, algo para aferrarse. Pero incluso ahí, en un mundo de marginados, Fox era vulnerable. Al principio sus entrenadores querían que se quedara en el closet, por el bien de su carrera y de su gimnasio. Una vez que salió a la luz, los promotores no estaba seguros de cómo, o incluso de siquiera promoverla. Sus oponentes se retiraban de las peleas programadas, citando teorías estúpidas y dedicándole insultos.

Y aquellas que la habían enfrentado usaron su estatus como excusa para sus derrotas o se burlaron de ese estatus antes de hacerlo. La primera oponente de Fox después de su declaración, Allana Jones salió a su pelea en mayo de 2013 con la canción "Dude Looks Like a Lady" de Aerosmith.

Ser una peleadora profesional de MMA es bastante agotador, pero Fox ahora trataba de tener éxito en el MMA mientras cargaba la responsabilidad de ser una pionera, convirtiéndose en el ejemplo perfecto para la intolerancia, confusión, inseguridades, incluso el miedo de los demás. Peleaba dentro de la jaula y fuera de la misma. "Interpretar al abogado del diablo es difícil, muy difícil", dice Fallon en Game Face. "Es una cosa de 24 horas. Porque sé que existe la posibilidad de que la gente me ataque, no van a entenderme, así que tengo que estar lista".

Extrañamente, la redención de Fallon Fox llegó, no con una victoria, sino con una derrota. El 12 de octubre de 2013, en la final del torneo femenil peso pluma de CFA en Coral Gables, Fox perdió por nocaut técnico ante la ahora peleadora de UFC, Ashlee Evans-Smith, y aunque devastadora en ese momento, la primera derrota de Fox pudo hacer que más personas abrieran sus mentes de lo que hubiera logrado cualquier otra victoria: demostrándole a la gente los que ningún equipo de científicos podría demostrar, que simplemente por nacer hombre no significa que un peleador tiene una ventaja enorme o significante sobre una oponente nacida mujer. A su manera, Fallon Fox era la prueba viviente del principio del MMA, llamémosla la ley de Royce Gracie: Que la habilidad, entrenamiento y conocimiento lo superan todo, incluso la herencia física.

Entonces pensarías que la derrota de Fox ante Evans-Smith le hubiera puesto fin las discusiones sobre las mujeres transgénero teniendo una ventaja injusta sobre las peleadoras cisgénero, pero apenas una semana después de su pelea, Evans-Smith se quejó con un reportero sobre esa ventaja, y luego, abogando por una liga independiente para personas transgénero. Para que las cosas fueran justas. "En verdad siento que debería existir una organización para personas transgénero", dijo Evans-Smith. "No creo que Fallon debería pelear contra hombres, no creo que debería pelear contra mujeres. Siento que debería existir una organización especial para esas necesidades".

Iguales pero diferentes, ven.