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Los dignos candidatos del premio al jugador que más ha mejorado en la NBA

De todos los reconocimientos en la NBA, el premio al jugador que más ha mejorado es el más subjetivo y desabrido. No tiene la misma fuerza de atracción que el MVP, ni el prestigio del premio al mejor sexto hombre o al novato del año.
Photo by Jason Getz-USA TODAY Sports

De todos los reconocimientos en la NBA, el premio al jugador que más ha mejorado es el más subjetivo y desabrido. No tiene la misma fuerza de atracción que el MVP, tampoco el prestigio del premio al mejor sexto hombre sobre la duela o al novato del año. Todas las temporadas, el número de candidatos es demasiado grande como para determinar quién ha logrado el mayor progreso de forma significativa.

Honrar el valor del desarrollo de un jugador es una labor importante, pero se necesita tener parámetros claros si queremos identificar seriamente a los candidatos con más méritos. Algunos votantes se toman demasiado literal el nombre del premio y recompensan a jugadores que se supone deberían estar mejorando, casi siempre de segundo o tercer año aún en vías de desarrollo (Nikola Jokic, Karl-Anthony Towns) o jugadores que se recuperan de una lesión (Bradley Beal). También existen aquellos jugadores que prosperan más por el ambiente renovado en el que se encuentran o por las nuevas responsabilidades que se les adjudican (Bradley Beal).

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Con todo esto en mente, estos son tres jugadores que deberían estar en el sorteo para la temporada 2016-17 de la NBA.

3. El florecimiento tardío: Joe Ingles

Técnicamente, la actual temporada de la NBA es la tercera del australiano de 29 años, pero cuenta con suficiente experiencia en el extranjero aunque no es un prospecto sorprendente.

Foto por Sergio Estrada-USA TODAY Sports

Ingles brincó del lugar 190 al 52 en el Real Plus-Minus esta temporada (la estadística que muestra lo bien que un equipo jugó a la ofensiva y defensiva con cierto jugador en al duela), en gran parte porque dejó de ser un tirador de triples decente a convertirse en un tirador de élite. En la temporada 2015-16 encestó el 38.6 por ciento de sus intentos, lo cual es un buen porcentaje, pero este año la cifra aumentó a 44.1 por ciento, cifra merecedora de una invitación al fin de semana All-Star. Su índice de asistencias aumentó cinco puntos, y tuvo más oportunidades en la línea de los tiros libres también. Y aunque el crédito no es solamente para Ingles, el Jazz de Utah anotó 99.7 puntos por cada 100 posesiones con él en la duela la temporada pasada. Este año, dicho número incrementó a 109.4.

Pasó de ser torpe a efectivo en las jugadas pick-and-roll, pero su gran progreso se debe a su puntería. Tal vez haya sido una excepción y la próxima campaña el australiano regrese a los porcentajes promedio el próximo año. De cualquier forma, de todos los jugadores que lanzaron al menos 250 intentos, sólo Kyle Korver y Allen Crabbe tuvieron más tino. Ingles contribuyó seriamente a uno de los mejores ocho equipos de la NBA. Es hora de darle su importancia.

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Mención honorífica: James Johnson

2. El All-Star hambriento: Isaiah Thomas

El año pasado, Thomas fue el mejor jugador en un ambiente ganador. Por primera vez fue parte del equipo All-Star al promediar 22.2 puntos y 6.2 asistencias por juego.

Sus estadísticas fueron fantásticas, pero no se comparan con lo que vendría después. Thomas llevaría al absurdo su desempeño al convertirse en legítimo candidato para el MVP y tener una de las campañas de puntaje más letales en años, incluso para jugadores que rebasan los 1.80 metros de altura.

Russell Westbrook y James Harden son los únicos que promediaron más puntos que los 28.9 de Thomas, pero terminó por encima de ambos en tiros libres, triples y tiros de todos los ángulos. También acumuló el índice más bajo de entregas de balón en su carrera a pesar de tener uno de los porcentajes de juego más altos de la liga. Si juntamos todos estos logros, podríamos decir que este año sirve como encabezado del currículo de Thomas para ingresar al Salón de la Fama.

Foto por David Butler II-USA TODAY Sports

¿Cómo llegó hasta la cima? Hay muchas razones, pero Thomas no estaría donde está de no haber sido por la mejora de su tiro en suspensión. El año pasado, anotó el 33.5 por ciento de sus intentos y 2.9 triples bajo presión por partido. No es una cifra para nada mala. Los triples bajo presión son difíciles de encestar, y encestar un tercio de los intentos evita que los defensores burlen las pantallas. Por ello se dedicó a atacar el tablero tantas veces el año pasado.

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Bien, este año el porcentaje de todos sus triples bajo presión incrementaron un 7.0 por ciento, y anotó el 36.6 de ellos. ¿Qué tan bueno es esto? De los 94 jugadores que intentaron al menos tres tiples por partido, sólo Kyle Lowry —quien básicamente no jugó después del descanso All-Star— tuvo un porcentaje más efectivo.

La incorporación de Al Horford a los Celtics sin duda ayudó, pero Thomas se volcó más al ataque son y sin Horford en la duela. A Thomas no le fue tan mal el año pasado en situaciones decisivas, pero no que ha logrado en los últimos seis meses es especial. Terminó en segundo lugar después de Westbrook en puntos decisivos totales. Y aunque se le critica por sus cifras a la defensiva, Thomas jamás da una jugada por perdida en cualquier lugar de la duela. Es inteligente, experimentado y temerario.

Este salto no está muy diferente de lo que Steph Curry logró en sus dos temporadas como MVP. Thomas se merece todo el reconocimiento por pulir sus habilidades y convertirse en una nueva versión de sí mismo.

Mención honorífica: Jimmy Butler

1. La maravilla en evolución: Giannis Antetokounmpo

El año pasado, Giannis Antetokounmpo no estuvo en el juego All-Star. Este año, sus compañeros lo recompensaron con más votos que Paul George y Jimmy Butler juntos. Es una gran salto para el pilar de una franquicia que se encuentra en camino para convertirse en el mejor basquetbolista del mundo.

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Foto por Brian Spurlock-USA TODAY Sports

En la campaña 2015-16, Giannis terminó en el tercer lugar de este premio detrás de Kemba Walker y el ganador C.J. McCollum. En ese entonces con 21 años, Giannis dio destellos de grandeza después del descanso All-Star, al promediar 18.8 puntos, 8.6 rebotes, y 7.2 asistencias en 28 partidos. Durante este transcurso logró cinco triple-dobles, lo cual fue un logro descomunal antes de que Russell Westbrook estandarizara dicha hazaña. El nuevo ícono comenzaba a tomar forma.

Este año, con tan sólo 22 minutos más de juego que la temporada pasada, su porcentaje de eficiencia pasó de 18.8 a 26. Su porcentaje de tiros alcanzó el .600 a pesar de que su índice de triples no pasó del 30.0 por tercer año consecutivo, y su productividad a tres pies del tablero incrementó incluso cuando las defensivas saben que es el único lugar donde puede hacer daño.

La habilidad de Giannis para generar jugadas también se lució. Creó 173 más pick-and-rolls, de acuerdo con Synergy Sports. Y por cuarta temporada consecutiva su porcentaje de asistencias y uso incrementaron, mientras las entregas de balón disminuyeron.

¿Lo más aterrador? Imaginar a este chico con un buen tiro de tres, entonces sí todos se pondrían a rezar.

Mención honorífica: Rudy Gobert