Drogas

Altas dosis de ketamina podrían desconectar tu cerebro, según investigadores

Un equipo de científicos de Cambridge puede haber descubierto accidentalmente por qué los viajes de ketamina son tan similares a las experiencias cercanas a la muerte.
Gavin Butler
Melbourne, AU
ÁG
traducido por Álvaro García
ketamine
Image via Wikimedia

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Investigadores que estudian los efectos de la ketamina en las ovejas podrían haber descubierto por accidente la razón por la cual las personas experimentan un k-hole, un estado que provoca la distorsión de los sentidos y disociación de la conciencia.

Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge midió las ondas cerebrales de los animales sedados como parte de un estudio destinado a comprender el efecto de las drogas terapéuticas en las personas con la enfermedad de Huntington: una condición en la que las células nerviosas del cerebro se descomponen, lo que lleva a complicaciones motoras, cognitivas y psiquiátricas.

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Para la primera y segunda fase del experimento, los investigadores administraron 12 mg/kg de ketamina a las ovejas y monitorearon su actividad cerebral mientras estaban anestesiadas y a medida que el efecto del narcótico desaparecía gradualmente. Para la tercera fase, los investigadores monitorearon la actividad cerebral de seis de las 12 ovejas después de recibir una dosis única de ketamina de 24 mg/kg.

Los investigadores observaron una actividad "inusual" en las ondas cerebrales de las ovejas mientras salían de la sedación —lo que probablemente explica la disociación y las alucinaciones generadas por una alta dosis de ketamina— mientras que las ondas cerebrales de las ovejas que recibieron una dosis más intensa parecieron detenerse por completo durante un período de varios minutos. Los investigadores creen que esta "pausa" podría explicar las sensaciones que se viven en un k-hole.

La ketamina, también llamada "tranquilizante para caballos", se usa comúnmente como anestésico en humanos y animales en entornos clínicos. Pero en los últimos 60 años también se ha convertido en una sustancia recreativa popular precisamente por los mismos efectos de disociación y distorsión sensorial observados en el estudio de Cambridge.

Como era de esperar, la actividad cerebral de las ovejas se encontraba en un estado de baja frecuencia mientras estaban dormidas, pero a medida que la ketamina desaparecía y los animales recuperaban la conciencia, su actividad cerebral comenzó a cambiar entre oscilaciones de alta y baja frecuencia. Los científicos señalan que los usuarios de ketamina reportan alucinaciones durante esta fase.

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"Cuando las ovejas salían de los efectos de la ketamina, su actividad cerebral era realmente inusual", dijo la profesora Jenny Morton, directora de la investigación. "El momento en que aparecieron los patrones inusuales de actividad cerebral en las ovejas correspondió al momento en que los usuarios humanos reportan una desconexión entre sus cerebros y sus cuerpos".

"Es probable que las oscilaciones cerebrales causadas por la droga impidan que la información del mundo exterior se procese normalmente".

Sin embargo, cuando algunas de las ovejas recibieron una alta dosis de ketamina, las cosas se volvieron realmente interesantes. A los dos minutos de recibir 24 mg/kg —que según los investigadores se encuentra en el extremo inferior del rango utilizado de manera recreativa— la actividad cerebral de cinco de las seis ovejas se detuvo por completo. El cerebro de una de las ovejas se detuvo durante varios minutos.

"Esto no fue solo una reducción de la actividad cerebral", dijo el profesor Morton. "Después de la alta dosis de ketamina, el cerebro de estas ovejas se detuvo por completo. Nunca lo habíamos visto antes".

Aunque las ovejas parecían estar durmiendo, los investigadores observaron que sus cerebros estaban completamente desconectados. Cuando se reanudó su actividad cerebral, ocurrieron los mismos estallidos alternos de actividad de baja y alta frecuencia que presuntamente ocasionan las alucinaciones.

"Unos minutos más tarde, sus cerebros volvieron a funcionar con normalidad", dijo Morton. "Fue como si estuvieran apagadas y luego encendidas".

Según testimonios, los k-holes se comparan comúnmente con las experiencias cercanas a la muerte y los usuarios describen con frecuencia un fenómeno conocido como "muerte del ego", cuando el sentido de existencia e identidad se disuelve por completo, seguido de sentimientos de intensa serenidad, aceptación y dicha. Los investigadores de Cambridge concluyeron que los fenómenos cerebrales observados podrían explicar estos efectos por primera vez.

"Las mediciones de las ondas cerebrales de las ovejas sedadas con ketamina podrían explicar la experiencia extracorporal y el estado de inexistencia que puede causar el narcótico", proclaman los autores del estudio. "El estado de disociación inducido por la ketamina es uno de sus atractivos como droga recreativa… y parece probable que el cese total de la actividad cortical sustenta el fenómeno conocido como 'k-hole'… descrito y buscado por los consumidores de esta droga".

"Conocer mejor los efectos de la ketamina en el cerebro ayudaría en gran medida a nuestra comprensión de su uso, no solo como anestésico, analgésico o antidepresivo, sino también como una droga que puede abusarse", agregaron los investigadores, señalando que "los mecanismos fisiológicos precisos a través de los cuales la ketamina ejerce sus efectos son desconocidos".