Están frente a frente, las manos sudan, las pupilas se dilatan. El tiempo corre rápido y no saben qué hacer, cómo proceder. Entonces el cuerpo actúa solo, en modo automático. Se inclinan lentamente el uno hacia el otro, hacia esa persona que los trae loco hasta que sus ojos se encuentran y saben que no hay otra salida. Salivan como el perro de Pavlov y la ansiedad del momento es campana que libera sus estímulos. Entonces pasa, sus labios se tocan y toda esa anticipación cobra frutos. Se consuma el beso, uno cálido e intenso, incluso puede que con amor que los dos siempre van a recordar.
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A veces pasa diferente. Uno no siempre besa a esa persona que ama (que bonita sería la vida si sí). A veces son los tragos, el aburrimiento, tu inseguridad emocional, el simple instinto animal. Muchos pueden ser los orígenes pero de ese intercambio de energía, de esa consumación de un deseo siempre, al final, habrá una tímida sonrisa.
El día internacional del beso se celebra el 13 de abril gracias a una pareja taiwanesa que pasó 46 horas, 24 minutos y 9 segundos seguidos “intercambiando saliva”. ¿Qué harías tu en ese tiempo? Podrías, por ejemplo, ver todas las películas de James Bond (desde Dr. No hasta Skyfall), si hubiese carretera y manejando a una velocidad constante de 80km/h, en ese tiempo llegarías a Ciudad de México. Esa es la duración de un fin de semana en el que te puedes enfiestar varias veces. Pero bueno, este par pasó ese tiempo rumbiándose. Qué bonito es el amor.
Entonces los retamos: ¿cuánto es el tiempo máximo que ha durado rumbiándose? Aquí le dejamos una playlist duradera, a ver si alcanzan a escucharla completa sin separarse.
James Blake – Limit To Your Love
Moderat – Let In The Light
Instra:Mental- Lets talk
Model 500 – Pick Up The Flow
Nicolas Jaar – A Time For Us
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Si quieren robarle un beso a Vanessa, pueden mandarle el requerimiento por acá.