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Cultură

Hitler, Bin Laden y Mussolini: analizamos los poemas de los grandes dictadores y genocidas de la historia

Parece que ellos no veían la contradicción entre matar a decenas de miles de personas y exhibir una sorprendente sensibilidad.
Unos SS leyendo un libreto que realmente no contenía poesía de Hitler. Imagen modificada vía Wikipedia

Hitler, Mussolini y Stalin eran hombres con tendencias homicidas, pero había otro denominador común a estos tres dictadores que gobernaban con mano de hierro: todos ellos hicieron gala de una vena romántica que manifestaron a través de la lírica.

Paul Damen, escritor y periodista holandés, ha reunido tantos de aquellos poemas como ha podido en un libro que tituló Bloemenvan het Kwaad [Flores del mal], publicado la semana pasada por la editorial Koppernik.

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Contacté con Paul para que me contara por qué los dictadores muestran cierta inclinación por la poesía, cómo surgió la idea del libro y si la obra lírica de los dictadores tiene algún valor literario.

Una de las poesías de Hitler

VICE: ¿Por qué te interesan tanto los dictadores?

Paul Damen: La verdad es que no me interesan. Es más bien una afición que se me fue de las manos. Sabía que Hitler y Mussolini habían escrito poemas, y que Nerón era también muy prolífico, lo que me llevó a preguntarme si el resto de dictadores también tenían una vena poética.

¿Cómo conseguiste todos esos poemas?

Fue muy complicado, porque cuando empecé, internet no era tan exhaustivo como ahora. Recuerdo que fui a la biblioteca de la universidad de Nápoles para leer enteritos los treinta y seis volúmenes de la Opera Omnia de Mussolini. Poder buscar cosas por internet me facilitó mucho la labor.

El proyecto fue bastante arriesgado. No tenía ni idea de cuántos dictadores poetas encontraría. Si hubiera encontrado solo cinco después de una larga búsqueda, habría sido una pérdida de tiempo. Como mínimo hacían falta veinte para que fuera viable.

Háblame de la traducción de los poemas.

Sé hablar siete idiomas o así, por lo que me las pude apañar con la mayoría de los poemas. Algunos capítulos eran más difíciles, como en el caso de la poesía árabe y del Lejano Oriente, pero avancé bastante basándome en el contexto.

La poesía de Hiroito es un buen ejemplo: pude deducir el contexto averiguando determinadas palabras clave. Si lees "montaña", "nieve", "árbol verde" y "vistas panorámicas", puedes hacerte una buena idea sobre el tema del poema. Después, comprobaba los caracteres uno por uno —porque mi japonés no es tan bueno— para buscar una traducción apropiada según el contexto. Finalmente daba con una traducción que entregaba a personas que sabían japonés para que la revisaran.

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¿No habría sido más fácil contratar a traductores desde el principio?

No. Me daba la sensación de que habría sido mostrar una debilidad. Quería hacerlo todo yo. Además, muchas veces los traductores la cagan mucho: muchas traducciones, como las de los poemas en chino de Mao, no tienen ni pies ni cabeza. Preferí hacerlo todo yo mismo y que luego me lo revisaran.

Poema de Bin Laden

Resulta muy raro que un dictador despiadado pueda tener una faceta romántica, ¿no?

Bueno, en la mayoría de los países musulmanes es perfectamente normal que los dictadores o dirigentes escriban poemas. Forma parte de su cultura, como ocurre en China o en Japón. Un guerrero también debería ser capaz de escribir poesía; ese es el concepto. Puede sonar raro para el mundo occidental, pero la excepción somos nosotros, no el resto del mundo.

Todos esos Kims de Corea del Norte son una panda de gilipollas, pero tienen nociones de poesía. Lo mismo pasa con Osama bin Laden, de quien también se esperaba que escribiese versos, para lo cual recibió clases de retórica y lírica, como las que nos daban a nosotros en el instituto.

Poema de Isabel I de Inglaterra

Imagino que un dictador tendrá otras obligaciones ¿Por qué se molestarían en dedicar parte de su apretada agenda a escribir poesía?

Sus motivos varían. Unos cuantos de ellos querían demostrar que eran capaces de hacer algo provechoso con sus vidas, aparte de ser dictadores. Buen ejemplo de ello es Hitler, quien siempre se ha considerado a sí mismo un escritor. Alguien como Isabel I, que mandó matar a un tercio de la población irlandesa, también escribió para expresar sus sentimientos. Y Suleimán I.

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Pero también había otros que lo hacían con fines puramente propagandísticos, como Mao, Fidel y Ceaușescu. O el horrible dictador católico de Portugal, Salazar, que escribía himnos cutres a la Virgen María, a Dios y a la bandera lusa para propagar el nacionalismo y los valores católicos.

Ya.

Mussolini también es un caso curioso. De joven escribía poemas y cuando llegó al poder como dictador, se sirvió de su talento lírico para difundir su propaganda. Así, por ejemplo, estableció un día para honrar al pan y escribió un poema sobre él que se imprimió en pósteres y se distribuyó por todas partes, del rollo: "honremos todos al pan, viva el pan, vamos a hacer una fiesta por el pan".

Poema de Solimán I

¿Has encontrado poemas buenos?

Me gustan los de Suleimán. Se aprecia también cierto talento en Mussolini y, sorprendentemente, en Karadžić, el asesino psicótico. Él es un capullo y sus temas son horribles —gente que llega de las montañas en busca de venganza—, pero escribe bien.

La verdad es que estos versos hay que leerlos intentando obviar que fueron escritos por locos sanguinarios. No son los típicos poetas románticos que se levantan una mañana y deciden escribir sobre lo bello que es vivir. Casi todos ellos escribieron su obra con propósitos ocultos o ulteriores.

¿Te falta algún dictador en la colección?

Me habría gustado incluir a personajes como Enver Hoxha, Franco, Pinochet o Jaruzelski, pero desgraciadamente ninguno de ellos escribió poemas. También hay algunos dictadores poetas que no he incluido. Según mi baremos, el profeta Mahoma también podría considerarse un dictador: tenía su propio califato, y en tu califato, tú eres el jefe y, por tanto, el gobernador absoluto. Además, la mitad del Corán está escrita en verso, pero decidí no traducirlo porque aprecio mucho mi vida. No me interesa meterme en problemas.

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Es curioso que haya tantos dictadores poetas. ¿Podríamos darle la vuelta y decir que hay muchos poetas con rasgos de dictador?

No sabría decirte. Un poeta debe albergar cierto grado de romanticismo en su interior y dominar su lengua, puesto que es la herramienta que ha de usar para conmover, sorprender o, cuando menos, influir en el lector. En ese sentido, se produce un paralelismo con una dictadura: el dictador también desea ejercer influencia.

Has trabajado en este proyecto durante casi ocho años. ¿Qué vas a hacer ahora?

Todavía no lo sé. He escrito varios sonetos y quizá los publique, pero no tengo claro qué voy a hacer a continuación.

Gracias, Paul.

A continuación puedes leer más poemas de Bloemen van het Kwaad. El primero de ellos es de Mao Zedong y el segundo, de Fidel Castro.