Tres no son multitud: varias personas nos explican cómo romper con la monogamia

Este artículo se publicó originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

Irune junto a Josep (izquierda) y Marc (derecha)

Irune, 40 años, Barcelona

¡Hola, Irune! ¿Tú cómo te identificas?
Yo me identifico como anarquista relacional. Cada relación que tengo es única por sí sola. Si pienso en mi red relacional ahora mismo, no acabaría nunca. Te podría hablar de las más cercanas hasta las que veo cada tres meses. Pero para mí todas ellas son amores.

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¿Cuántas “parejas ” podemos decir que tienes?
Ahora tengo dos relaciones que son las que podría considerar como más “parejas “. Una de ellas es el padre de mis tres hijos, con el que llevo 14 años, y con quien convivo aunque no coincidimos mucho. También tengo otra pareja con la que llevo alrededor de un año. Ahora mismo es la que más frecuento y tiene más presencia. Pero en todo caso no me gusta jerarquizar: son relaciones completamente distintas.

Existe una especie de mito según el cual la persona poliamorosa no siente celos, pero no es verdad

Y además de estas dos parejas, ¿también mantienes otro tipo de relaciones?
Tengo libertad total. Tengo otra relación con la que no me identifico como pareja. Es menos sexual, le veo un par de veces al mes, pero podemos estar siete horas seguidas hablando. Tenemos sexo de vez en cuando, somos muy cariñosos y seguramente si nos vieras por la calle nos leerías como una pareja. Pero no tenemos una relación romántica. Además de eso, tengo tres “amigas ” que no encajan tampoco en la definición que entiende la sociedad de “solo amiga “. Con una tengo una relación más sexual, he hecho tres tríos con ella, pero cuando estamos solas no tenemos sexo aunque nos queremos mucho. También tengo otra relación con una chica con la que no tenemos sexo explícito, pero hay mucha sensibilidad. Y luego tengo otra amiga con la que tengo una relación más romántica. Como ves, son relaciones muy difíciles de catalogar. Además, siempre me incluyo a mí misma como una relación más. Es la manera que he conseguido de no dejarme a la cola. Dentro de la anarquía relacional también se incluye como relaciones aquellos vínculos que mantienes con cada uno de tus hijos u otras personas. Cada relación es única.

¿Y es difícil gestionar cada una de esas relaciones? Ya solo por una cuestión de tiempo.
Mucho. El amor es infinito, pero el tiempo, la energía y los recursos son limitados. Sobre todo cuando tienes tres hijos, un trabajo, además de las dos parejas más cercanas. A veces el tiempo no da para más. Pero yo soy siempre muy honesta con mis sentimientos y también con mi disponibilidad. Por ejemplo, hace poco conecté mucho con un chico, pero en tres meses aún no he encontrado el momento de verle.

¿Siempre supiste que la “anarquía relacional ” era tu modelo de relación?
Yo soy poliamorosa desde los 16 años. Tuve una primera relación —con la que compartí 10 años— que al principio aceptó que yo pudiese tener otros rollos, porque yo siempre fui honesta y se lo explicaba. Pero con el tiempo se fue deteriorando: yo iba contándole menos y él ya no preguntaba. Mientras estaba con esta pareja, me enamoré del que ahora es mi marido. Y recuerdo que se lo dije y esta persona me pidió que eligiera. Yo le dije que quería estar con los dos. Pero, al final, tuve que acabar eligiendo. Hasta el momento yo había estado en entornos monógamos y pensaba que estaba haciendo algo mal e incluso fui a terapia. Si en aquel momento hubiera conocido que es posible mantener otro tipo de relaciones, quizás hubiera luchado más por mantener a los dos.

¿Vuestros hijos os han preguntado?
Mis hijos lo saben desde siempre, a medida que crecen van preguntando y les vamos contando. Y hasta ahora no habíamos tenido ningún problema. Ahora que el mayor tiene 10 años sí que le han dicho alguna vez cosas en el colegio, pero supongo que es por lo que han oído en casa. Cuando son niños lo entienden todo perfectamente. ¿Verdad que se entiende que puedes tener más de un amigo en el colegio? Es cuando nos hacemos adultos que nos topamos con estas ideas preconcebidas.

¿Y el entorno?
Tenemos mucha suerte, mi familia es súper abierta y lo han sabido desde hace tiempo. Los padres de Josep (su marido) son muy convencionales, pero tienen un amor incondicional hacia a él. Así que dicen que “no lo entienden “, pero que si le sirve a él, ya está bien. Estas Navidades fuimos a una comida a casa de mi madre los siete: mis dos hijos, yo y Josep, más las dos parejas respectivas de cada uno de nosotros.

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¿Tus parejas tienen, a su vez, otras parejas?
El padre de mis hijos lleva un año y medio con una chica poliamorosa y también ha tenido otras relaciones más esporádicas. Mi otra pareja ahora mismo no tiene a nadie, pero de vez en cuando sí tiene citas. Él ha tenido que hacer un trabajo ‘express’ este año para aceptar cómo me relaciono yo. Antes era monógamo, pero ahora se considera poliamoroso.

¿Es inevitable sentir celos?
Hay episodios de celos e inseguridades, claro. Existe una especie de mito según el cual la persona poliamorosa no siente celos, pero no es así. Marc y yo hemos iniciado un proyecto de acompañamiento terapéutico en Craen y una de las cosas que decimos es que el objetivo no es evitar los celos, sino aprender a gestionarlos.

De izquierda a derecha: Nacho, Marta e Iván

Nacho, 25 años; Marta, 24; e Iván, 31, Madrid

¡Hola! ¿Vosotros qué tipo de relación lleváis?
Iván: Nuestra relación es lo que se conoce como una “flecha “. Marta mantiene una relación tanto con Nacho como conmigo, pero nosotros dos no tenemos una relación de pareja entre nosotros. Al mismo tiempo, cualquiera de nosotros puede tener otras relaciones fuera.

¿Cómo acordasteis llevar este tipo de relación?
Marta: Desde el principio han sido ambas relaciones de amor libre puesto que yo no concibo el amor de otra manera, pero sí es cierto que cuando empecé con ellos estaba a la vez con otro chico (llamémosle B.P) con el que nos considerábamos novios y que no podía con el poliamor, por lo que pacté con él una serie de límites para mis otras relaciones (Nacho e Iván). Al final, la incompatibilidad en las formas de amar entre el otro chico y yo hizo que nos acabásemos separando por fuerza.

Más allá de la relación, los tres queremos emprender un proyecto de vida en común

¿Alguno de vosotros ya había experimentado con relaciones no normativas antes?
Marta: Yo tuve otra relación triángulo, con una chica y un chico que a su vez eran pareja. Teníamos entre 16 y 21 años y eran nuestras primeras relaciones, así que previsiblemente fue un fracaso. Sobre todo por mala comunicación y diferentes expectativas de la relación entre la chica y yo.

¿Son igual de importantes las relaciones que mantenéis con otra gente?
Nacho: En nuestro caso, nosotros siempre lo hemos llamado “amor libre ” (que no “sexo libre “, que alguna gente lo parecía entender así). Yo lo entiendo como la libertad de poder tener más de una relación, afectiva, sexual o sexoafectiva, sin que ello afecte a las demás; son independientes. Ya cuántas, con quien, y de qué manera, responde a las necesidades y sentimientos de cada uno de nosotros. Un término parecido podría ser el de anarquía relacional.

Aunque en cuestión de igualdad o jerarquía nuestra relación no está en teoría por encima ni debajo de otras, sí que es verdad que esta relación en V (Iván-Marta-Nacho) tiene más importancia, por el mero hecho de que, más allá de la relación, los tres queremos emprender un proyecto de vida en común. Más que “novios ” o “parejas ” o así, nos gusta referirnos a nosotros como “Compañeros vitales “. ¿Significa eso que es como “la principal ” y las otras relaciones que tengamos son “menores “? Sí y no. En un sentido puramente práctico, ahora mismo sí, pero no nos encasillamos. Nuestra relación es la que es, y se define solo por sí misma.

¿Cómo os organizáis el día a día?
Marta: Todo es muy natural y cómodo, y lo fue desde prácticamente el principio. Cuando hay que elegir quién duerme conmigo, se habla entre los tres, según preferencias momentáneas, y prácticamente siempre llegamos a una solución rápida, y el otro al sillón y sin problemas. Y si nos topamos con camas lo suficientemente grandes, dormimos los tres juntos y yo tan feliz.

¿Qué piensa vuestro entorno?
Iván: En mi caso, lo sabe casi todo el mundo, excepto mi madre. La reacción es casi siempre del estilo de “no lo entiendo mucho, yo no podría hacer algo así, pero bueno, es tu vida, así que tienes derecho a hacer lo que quieras “.

Marta: Nuestras amigas lo aceptan con naturalidad, y en mi familia de sangre, lo saben mi padre y mi madre y algunos tíos.

¿Y estaríais dispuestos a incorporar a alguien más en vuestra relación?
Ivan: Sí, de hecho, ahora mismo yo mantengo otras dos relaciones con sendas mujeres, que a su vez están casadas con sus respectivos maridos. Nuestro esquema de relación es más bien el de una red. Estamos abiertos a dejar que las posibles relaciones fluyan. El número no es importante, el poliamor no se trata de estar forzosamente con varias personas, sino de no prohibir el comienzo de una nueva historia de amor en el momento en que surja. Si no surge nunca, no pasa nada, se puede ser un poliamoroso con una única pareja durante años, y eso no es extraño ni un problema.

De izquierda a derecha: Jordi, Adrià y Pol

Jordi, 40; Pol, 40 y Adri, 23, Barcelona

¡Hola! ¿Vosotros cómo os conocisteis?
Jordi y Pol nos conocimos en 2003 en Lleida y desde el año siguiente comenzamos a vivir en pareja en Barcelona. En mayo de 2015 decidimos ampliar nuestro grupo de amistades y abrimos un perfil en Tinder. Empezamos a escribirnos con Adrià, con quien nos unían muchas aficiones como el cine o viajar. A medida que nos fuimos conociendo nos dimos cuenta de que había algo más que amistad entre los tres.

¿Cómo se plantea formalizar la relación a tres?
Nos gustamos de inmediato y empezamos a quedar cada semana para vernos. Poco a poco, quedamos más a menudo para hacer actividades los tres juntos (ir al cine, ir a la playa, salir de fiesta con nuestros amigos, etc.) al tiempo que crecía la atracción sexual, y dejamos que ésta fluyera sin cerrarnos a nada. En agosto, un mes después de conocernos, Jordi y Pol propusimos a Adrià formalizar la relación ya que nos encontrábamos muy a gusto con él y nos parecía una persona excepcional y única.

Nos turnamos para compartir el centro de la cama y vamos rotando para no dormir siempre al lado del mismo novio. Una de nuestras próximas compras será una cama ‘king size’

¿Hay algunas reglas o acuerdos pactados?
Nuestra relación se planteó como “cerrada ” entre los tres, sin posibilidad de que alguno de nosotros se abriera a otros chicos. Desde el principio hubo el compromiso de ser tres y compartir todo entre los tres, no obstante, en los momentos en los que uno de los tres no está, hay libertad para que los otros dos realicen actividades juntos o mantengan relaciones sexuales.

¿Qué tal la convivencia?
Vivimos juntos desde febrero de 2016, hace ya un año. Nuestro día a día es normal, como el de cualquier otra pareja. Cuando llega la hora de irse a dormir, empiezan las odiseas con Adrià. Es un poco remolón y nunca encuentra el momento para acostarse. Además, tenemos una cama de 1,35 m que nos hace estar un poco apretados. Adrià, que es muy caluroso, duerme siempre en un lado y Jordi y Pol nos turnamos para compartir el centro y que vayamos rotando para no dormir siempre al lado del mismo novio. Una de nuestras próximas compras será una cama ‘king size’.

¿Os habéis encontrado con problemas a la hora de definir la relación?
Al principio tuvimos que encajar un poco la intensidad de los afectos ya que, por ejemplo, Pol reclamaba más cariño y a veces se sentía un poco desplazado, pero después de varias discusiones se ha solucionado casi por completo. También cuando Adrià nos conoció, Jordi y Pol llevábamos 12 años siendo pareja y le costó un poco asimilar que no había formado parte de nosotros en ese tiempo y que había muchas experiencias que no había compartido. Por lo demás, no tenemos ningún conflicto derivado de celos, engaños o infidelidades ya que tenemos confianza plena y hablamos de todos los temas importantes.

¿Qué ventajas crees que tiene vuestro tipo de relación?
La principal ventaja es que se pueden compartir con las dos personas el tiempo, las actividades, opiniones y experiencias. Es más rico y democrático tener otros puntos de vista y estar siempre acompañado.

¿Estaríais dispuestos a aceptar a alguien más en la relación?
Solo si se trata de Jake Gyllenhaal (risas).

Dos imagen vía Dos

Dos, 29, Barcelona

Hola, Dos. ¿Tú cómo definirías tu modelo de relaciones?
Yo me identifico más con la anarquía relacional, pero no considero que lo lleve a la práctica al cien por cien porque tenemos unos aprendizajes y unas bases sobre las que construimos nuestras relaciones que nos condicionan y seguramente nos hacen hacer cosas que no querríamos hacer.

¿Cómo entraste en contacto con este modelo de relaciones anárquicas?
Yo tengo casi 30 años y puedo decir que nunca he tenido una relación monógama convencional. Y no ha sido porque no haya querido. Durante la adolescencia y la primera etapa de la edad adulta buscaba obsesivamente este tipo de pareja, una media naranja. Durante mucho tiempo se nos ha dicho que tenemos que encontrar a la pareja perfecta sentimental, sexual y económica. Todo eso en una sola persona. En definitiva, a un “compañero de vida “. Ya cuesta encontrar a una persona que tenga uno de esos elementos como para encontrar a una que lo tenga todo. Así que me planteé buscarlo en diferentes personas. Un día, mientras conversaba con un colega, hablamos del “Manifiesto de la anarquía relacional “ publicado en el El Confidencial. Ahí me di cuenta que había otra gente que pensaba como yo. A partir de ahí, asimilé el discurso.

Ahora mismo no podría estar con una persona monógama porque habría engaño y no sería honesta

¿Cuántas relaciones mantienes ahora mismo y qué tipo de vínculos te une con cada una de ellas?
Ahora mismo considero que tengo cuatro relaciones muy cercanas en mi vida. Son relaciones. Yo no les pongo la etiqueta de “pareja ” porque yo no me siento cómodo con ella. Dentro de los mitos del amor romántico (y eso también lo hereda el poliamor) se da por entendido que las relaciones de pareja son mejor o más importantes que el resto de relaciones. A mí, por ejemplo, con estas cuatro relaciones no me une ningún vínculo romántico.

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¿Hay tiempo material para cuidar todas esas relaciones como te gustaría?
Sí y no. No, porque creo que vivimos en un sistema laboral que nos ocupa mucho espacio de nuestro tiempo. Si tienes suerte y solo trabajas 40 horas semana, aún puedes hacer algo, pero falta espacio. Yo intento gestionar el tiempo que tengo para dedicarlo a estas personas y también a mí mismo. Ahora mismo creo que les dedico el tiempo que me gustaría. Pero a la hora de forjar otra relación, me lo plantearía, lo tendría que valorar.

¿Hay que avisar al principio de una nueva relación de tu condición no monógama?
Yo siempre lo digo desde el principio, es mi carta de presentación. Ahora mismo no podría estar con una persona monógama porque habría engaño y no sería honesta. Hasta ahora todas las relaciones que he tenido han sido no monógamas y tampoco se me ha dado el caso de tener que sacar a alguien no monógamo del armario o tener que “acompañarlo ” en el proceso, porque todo esto es un proceso.

¿Cómo se lo ha tomado tu entorno?
Mi familia es de esas familias que se cree modernas, pero en realidad son conservadoras. Así que no me dicen nada porque no pueden hacerlo, pero tampoco me preguntan demasiado. Aun así, yo hago activismo y he explicado mi experiencia muchas veces en público y también en la tele. No me importa decirlo.