Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Con dos recientes incautaciones masivas de cocaína, Honduras ha confiscado más droga en los primeros siete meses de este año que en todo 2019. Es un repunte sorprendente en esta nación de tránsito clave para la cocaína dirigida a los EE. UU., donde su presidente, un aliado importante de la administración Trump, ha sido implicado en el narcotráfico.
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Las Fuerzas Armadas de Honduras confiscaron 806 kilos de cocaína a mediados de julio, de una avioneta que incautaron en la costa oriental del país, conocida como La Mosquitia. Apenas una semana después, decomisaron otros 900 kilos en la misma zona, según nuevas cifras del gobierno, esta vez de un pequeño bote.
Las fuerzas de seguridad del Estado tomaron posesión de un total de 2.24 toneladas de la droga ilícita entre enero y julio, más de las 2.21 toneladas incautadas durante todo el año pasado.
Honduras es una de las plataformas regionales más importantes del narcotráfico. Aviones y lanchas motoras utilizan La Mosquitia, que está cubierta por selvas y pantanos, como una parada estratégica de los países productores de cocaína en América del Sur en su camino hacia Estados Unidos.
El aumento en las incautaciones de drogas pueden indicar una serie de dinámicas, incluido un aumento en la cantidad de drogas que pasan por un área, así como una intensificación de la aplicación de la ley dedicada a detectar cargamentos de drogas. Un portavoz del Ministerio Público de Honduras le dijo a VICE News que trabajó con las autoridades de Colombia y Estados Unidos para realizar las incautaciones más recientes en las rutas de la droga de Colombia y Venezuela.
Pero Honduras es un país sumamente comprometido, donde el comercio internacional de cocaína y otros intereses criminales han corrompido a las autoridades allí al más alto nivel. El año pasado, el hermano del actual presidente Juan Orlando Hernández, Juan Antonio Hernández, conocido como Tony -excongresista- fue condenado por tráfico de drogas en Estados Unidos en un caso que también implicaba al mandatario.
El presidente Hernández ha negado las acusaciones de que esté relacionado con el narcotráfico, pero los analistas creen que el reciente aumento de las incautaciones en Honduras podría ser su forma de tratar de evitar el escrutinio.
“El presidente Juan Orlando Hernández está tratando desesperadamente de no ser condenado como narcotraficante como su hermano, por lo que está permitiendo o presionando para que haya más interdicción para mantener feliz a Estados Unidos”, dijo Doug Farah, presidente de IBI Consultants, un grupo de seguridad nacional que se enfoca en crimen transnacional en Latinoamérica. El gobierno hondureño ha trabajado con Estados Unidos para arrestar y procesar a los líderes de algunas de sus principales organizaciones de narcotráfico en los últimos años, y la administración de Trump consideró a Honduras como un tercer país “seguro” para la deportación de los inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos.
Una investigación legal sobre la corrupción en el país acaba de ser cancelada, acabando con lo que había sido una lucha prometedora contra la corrupción por parte de algunas de las élites más poderosas del país.
Las incautaciones de cocaína en Honduras han aumentado durante un momento en que la mayoría de los países de la región han cerrado o restringido sus fronteras como resultado de la pandemia de coronavirus que comenzó en marzo.
“Esto muestra que toda la ruta del norte de Centroamérica que comienza principalmente en la costa de Mosquitos de Honduras está más saludable que nunca”, dijo Héctor Silva, investigador principal de InSight Crime, un grupo de expertos enfocado en el crimen organizado en Latinoamérica.
Portada: Un técnico abre un paquete de cocaína antes de su destrucción en Tegucigalpa, Honduras, el viernes 1 de marzo de 2019 (AP Photo/Fernando Antonio)