¿Por qué hay tan pocos fumadores hospitalizados por coronavirus?

Un fumatore

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Más de la mitad de los hombres en China son fumadores, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un tercio de los cigarros del planeta se fuma en China. Pero a principios de este año, Konstantinos Farsalinos notó algo extraño: muy pocos de los hospitalizados por el coronavirus en el país parecían ser fumadores.

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Desde entonces, Farsalinos, cardiólogo y especialista en reducción del daño del tabaco en Grecia, se ha estado preguntando si la nicotina, la sustancia química que se encuentra en el tabaco, podría evitar que las personas contraigan COVID-19 o evitar que los síntomas empeoren.

Aunque todavía no se pueden sacar conclusiones, la hipótesis predominante de Farsalinos es que la nicotina tiene ciertos efectos antiinflamatorios. Los síntomas más graves del COVID-19 parecen provenir de una reacción exagerada del sistema inmunológico del cuerpo conocida como “tormenta de citoquinas”. Durante esa tormenta, el sistema inmunológico ataca una infección, digamos en los pulmones, y pueden inflamarse, lo que dificulta la respiración. La nicotina, Farsalinos argumenta, podría al menos disminuir esa intensidad.

A simple vista, parece una teoría extraña. Fumar sigue siendo la principal causa de muerte prevenible en el mundo; ciertamente, nadie está promoviendo tomar el hábito como algún tipo de medida preventiva. Y la nicotina es solo una de las muchas soluciones inusuales que también se encuentran en las primeras etapas de consideración científica. Los científicos, con el afán de encontrar la cura, están dosificándole estrógenos a hombres infectados, considerando medicamentos de venta libre para la acidez estomacal y probando medicamentos moduladores del sistema inmunológico destinados para el tratamiento del cáncer, todo con la esperanza de encontrar un forma de controlar el virus o la reacción del cuerpo al mismo. (Ninguno está considerando que alguien beba lejía).



Las observaciones de Farsalinos, disponibles en su edición preliminar, y que pronto serán publicadas en la revista Internal and Emergency Medicine, han llamado la atención de científicos, políticos y expertos en control del tabaco en todo el mundo, algunos de los cuales creen que esta información contradictoria es lo suficientemente importante como para darle seguimiento: aún es demasiado pronto para saberlo, pero el papel que desempeña la nicotina podría tener que replantearse con mucho cuidado, especialmente dadas las circunstancias desconocidas.

“Todos sabemos que fumar es obviamente malo para la salud”, dijo Raymond Niaura, presidente interino del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Nueva York y experto en dependencia y tratamiento del tabaco. “Se deduce lógicamente que los fumadores estarían mucho peor. Yo también pensaría eso. Pero me sorprendió que esa no es la historia que estamos viendo”.

Niaura es coautor de Farsalinos, así como de Anastasia Barbouni, académica griega de salud pública, en el documento de la revista antes mencionada. Se espera que sea el primer artículo revisado por pares sobre el tema. (Farsalinos le dijo a VICE que otro de sus trabajos, con conclusiones similares y más exhaustivas, también estará disponible muy pronto en otra revista, Toxicology Reports).

La teoría no está totalmente fuera de contexto. La nicotina, un estimulante que se encuentra en el tabaco (así como en otras plantas como los tomates, aunque en cantidades mucho más pequeñas), ya ha sido estudiada por sus cualidades neuroprotectoras, lo que es de interés para los científicos que estudian las enfermedades de Parkinson y Alzheimer. Niaura señaló que son los químicos al quemar el tabaco los que causan ataques cardíacos, cáncer y enfermedades pulmonares.

“Como político, debes preguntar cuáles serían las consecuencias en caso de estar equivocados”, dijo Clive Bates, exfuncionario de salud pública en el Reino Unido y destacado experto en control del tabaco. “Las desventajas parecen insignificantes. Existe una salida”.

Un grupo de investigadores franceses liderados por el neurocientífico Jean-Pierre Changeux está haciendo exactamente eso: con la esperanza de probar parches de nicotina en trabajadores de la salud y pacientes que dieron positivo al coronavirus. El equipo, con sede en el prestigioso Pitié-Salpêtrière en París, observó datos similares en la población francesa a los que Farsalinos encontró en la población china: de 343 pacientes hospitalizados, solo el 4.4 por ciento fueron registrados como fumadores; de 139 pacientes ambulatorios, solo el 5.3 por ciento se registraron como fumadores. Esto se compara con la población francesa que es más grande; de la cual más de una cuarta parte fuma cigarros.

El estudio causó tanto revuelo en Francia la semana pasada que el gobierno suspendió la venta en línea de parches de nicotina y otras herramientas para dejar de fumar, aparentemente por temor a que los ciudadanos los compraran a granel para auto-tratarse.

A diferencia del estudio de Farsalinos, el de los franceses aún no ha pasado por el proceso de revisión por pares. Esos investigadores también tienen una hipótesis diferente, aunque siguen una lógica similar: la nicotina podría estar evitando que el coronavirus ingrese a las células en el cuerpo y también podría estar apaciguando esas tormentas de citoquinas. (La hipótesis de Farsalinos se centra en lo que se llama la enzima convertidora de la angiotensina 2, o ACE2, el receptor en el que comúnmente se cree que el coronavirus se adhiere para ingresar a las células humanas; los franceses, por otro lado, piensan que el virus podría ingresar al cuerpo a través de los receptores nicotínicos – otro tipo de receptores en los pulmones o el sistema olfativo).

Los datos preliminares de Nueva York y otros lugares de los Estados Unidos parecen sugerir que la hospitalización de fumadores también es baja, lo que lleva a que cada vez más científicos estén interesados en realizar este tipo de ensayos clínicos.

Aún así, todos los científicos y expertos en control del tabaco con los que VICE habló enfatizaron repetidamente que se trata solo de hipótesis y que no tienen el lujo de recopilar datos perfectos a un ritmo tan rápido; todos están trabajando doble turno para tratar de ayudar antes de que se cree una vacuna. Bien podría haber otras explicaciones de por qué no son tantos los fumadores hospitalizados por coronavirus, una que no tiene nada que ver con la nicotina.

“¿Habrá algún tipo de problema con los informes?” dijo Derek Yach, presidente de la Foundation for a Smoke-Free World y exdirector ejecutivo de enfermedades no transmisibles y salud mental de la OMS. “¿Estarán muriendo antes de llegar al hospital? ¿Estarán clasificando mal el tabaquismo? Quiero ser lo más escéptico posible”.

Hay razones de sobra, como reconoció Yach. El sistema de salud podría estar tan saturado que simplemente no se está registrando correctamente el historial médico de las personas. También existe la posibilidad de que algún otro químico en el tabaco, no la nicotina, pueda estar produciendo un efecto protector. Y el ensayo de los franceses podría ser defectuoso desde el principio, ya que la nicotina ingresa a la sangre de manera diferente a través de un cigarro y un parche de nicotina.

Al fumar, la nicotina ingresa al cuerpo en “picos”, mientras que un parche de nicotina mantiene un nivel mucho más estable, explicó Jed Rose, profesor de psiquiatría y ciencias de la conducta en la Universidad de Duke y co-inventor del parche cutáneo de nicotina.

Michael Siegel, profesor de ciencias de la salud comunitaria en la Universidad de Boston, también tenía una preocupación específica por el estudio francés y, en general, se mostró cauteloso.

“Los fumadores que han desarrollado enfermedades crónicas probablemente hayan dejado de fumar debido a su enfermedad”, dijo Siegel. “Muchos de los fumadores que continúan fumando lo hacen porque todavía no sufren enfermedades. Por lo tanto, se espera que esto distorsione la muestra de pacientes hospitalizados hacia las personas que no fuman”.

Pero la ironía –si resulta que la nicotina tiene un efecto protector sobre el coronavirus– es que las agencias de salud pública de todo el mundo han estado recomendando a las personas que dejen de fumar desde que empezó la pandemia, instando, por ejemplo, a ambos tipos de fumadores de cigarros y vapers a dejarlo por completo. La distinción entre la nicotina y el tabaco es enfatizada por expertos en control del tabaco que se centran en la reducción de daños. Obtener una solución de nicotina de algo más seguro que un cigarro tradicional ha sido crucial en los métodos para dejar de fumar y es una base en la investigación de reducción de daños del tabaco.

Ahora la nicotina probablemente tenga una nueva urgencia.

“Si tomas la decisión equivocada, dijo Bates, “podrías matar personas”.

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