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¿Por qué los antiguos fans del emo ahora son fans del K-Pop?

K-Pop - emo fan

Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.

Ser un emo a mediados de la década de 2000 fue intenso. No solo nuestros flecos eran tan pesados que apenas podíamos ver, sino que también prestamos mucha atención a las divisiones sociales. A diferencia de ahora, cuando a los adolescentes disfrutan más el streetwear que la subcultura, eras un emo o un normie. Escuchabas My Chemical Romance o Justin Timberlake. Es por eso que nunca me habría imaginado como soy ahora: una veinteañera que todavía usa mucho delineador de ojos, pero está tan metida en el K-pop que mi tía abuela me envía recortes de periódicos sobre la banda BTS de los diarios brasileños.

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No soy la única. Cuando comencé a involucrarme más en el fandom del K-pop en internet, noté que había muchos como yo: antiguos emos que habían creado amistades a través de MySpace, y que ahora están obsesionados con el K-pop. Algo sobre estos dos géneros aparentemente dispares parece reunir al mismo tipo de personas. Si te acercas más, comenzarás a ver vínculos no solo entre sus devotos fans, sino también el atractivo emocional de la música y la teatralidad que juega con las estrictas normas de género.

“Ambos géneros están lo suficientemente fuera del mainstream que debes ser ‘intencional’ sobre pertenecer al fandom, pero lo suficientemente cerca del mainstream como para que haya un sentido de comunidad a tu alrededor”, sugiere Kristen, una fan estadounidense de BLACKPINK de 26 años, que pasó sus años de preparatoria escuchando a Evanescence, Linkin Park y Panic! At the Disco. Entiendo a qué se refiere: el emo pudo haber sido considerado alternativo por los padres, pero bandas como Fall Out Boy y My Chemical Romance aparecían en las portadas de revistas para adolescentes. Eran lo suficiente “alternativos” como para atraer a ciertos adolescentes, pero se comercializaron lo suficiente como para tener fandoms enormes y dedicados.

Si bien la energía de estos fandoms es definitivamente un factor clave de unión entre los dos géneros, los fans con los que he hablado también señalan una atracción por la honestidad emocional de ambos géneros. Mencionan la expresión abierta de tristeza y enojo del emo, y la capacidad del K-pop para fomentar la autoestima y la amistad.

“El tipo de catarsis que sentí al escuchar ‘The Last de Suga, uno de los integrante de BTS, es el mismo que sentí cuando era una adolescente angustiada y definitivamente deprimida que escuchaba My Chemical Romance”, cuenta Becca, una fan de 28 años del Reino Unido. “Hay algo muy honesto, abierto y vulnerable en una buena parte de la música de BTS, incluso si la música es divertida y se puede bailar. Creo que eso fue lo que me atrajo”.

Me puedo identificar. Descubrí el K-pop cuando era una adulta joven durante un momento extremadamente difícil en mi vida, y el género fue parcialmente responsable de sacarme de una depresión profunda porque me hizo volver a interesarme en las cosas. Muchos fans hablan apasionadamente de cómo sus grupos favoritos de K-pop los ayudaron a sentirse mejor cuando las cosas parecían no tener sentido. Es algo que el emo hizo durante años.

Sin embargo, no muchos fans de veintitantos se alejaron completamente de la oscuridad melodramática de sus corazones adolescentes. De hecho, la mayoría de nosotros parece haber cambiado el enfoque de nuestra pasión. “Cuando llegué al K-pop, había dejado de ser emo de la misma manera que mucha gente de mi edad, es decir: siempre estaba latente”, asegura Becca. “Podría haber estado escuchando mucha más música contemporánea y mucho más pop de lo que solía, pero apenas escucho la nota inicial de ‘Black Parade’ o el coro de ‘I Write Sins Not Tragedies’, y me pongo a cantar a todo pulmón”. Sabemos que los gustos musicales de las personas se consolidan durante la adolescencia formativa, así que tiene sentido que el emo siga siendo una parte clave de la vida de algunos fans del K-pop en la actualidad.

“El emo me permitió revolcar en el dolor de mi adolescencia, mientras que el K-pop proporciona una distracción bienvenida en la edad adulta y una sensación de esperanza y optimismo”, dice Tori, una fan estadounidense de BTS de 27 años. “El emo tuvo su lugar en mi vida, pero el mundo es más aterrador como adulto. Necesitamos que nos recuerden las pequeñas cosas felices”.

Parte de esa felicidad proviene de lo teatrales que pueden ser ambos géneros, desde videos musicales basados en narraciones hasta atuendos intrincados. No hay mejor ejemplo de esto que los paralelismos entre My Chemical Romance y BTS, a quienes ambas personas mencionan. Si eras fan, recordarás que a lo largo de la discografía de My Chemical Romance, los fans emprendieron diferentes viajes narrativos de acuerdo con cada álbum: pasaron de enfrentar preguntas sobre la vida y la muerte con “The Black Parade” a la diversión postapocalíptica en “Killjoys“.

Del mismo modo, durante los últimos años, BTS ha estado utilizando sus canciones, videos e incluso un cómic para llevar a los fans por un recorrido muy complejo (que incluye viajes en el tiempo), donde exploran sus propias experiencias de crecimiento, juventud y amor propio. La historia es tan complicada que los fans ha creado salvajes teorías sin confirmar, incluso cuando han leído dicha historia durante años. (Mucha suerte, muchachos).

“Al crecer yendo a conciertos emo, he llegado a esperar un cierto elemento de drama y pasión de una banda que generalmente no se ve en los grupos de pop occidentales”, dice Tori. “También hay similitudes con los artistas masculinos que experimentan con su apariencia. Me parece una locura escuchar críticas sobre los ídolos que usan maquillaje, porque crecimos con hombres con cabello largo y delineador. Como una gran fan de AFI, estoy acostumbrada a que Davey Havok use una sombra de ojos azul brillante y pestañas postizas”.

Ella tiene razón. Un giro en las expectativas de género, particularmente entre los ídolos masculinos, es un hilo conductor que une al K-Pop y al emo. Basta con mirar a los siete integrantes del grupo Monsta X vestidos con arneses de cuero en la televisión en vivo; a la banda EXO llena de moretones y perforaciones en su video de “Monster”; a la sombra y delineado de ojos de Ravi, combinados con varios tatuajes falsos en su video “BOMB”.

La mayoría de nosotros, que éramos adolescentes LGBTQ+ a principios de la década de 2000, aún recordamos las implicaciones del término ‘guyliner’ y la consideración de que el emo fue responsable del interés mainstream en la bisexualidad. La relación del K-pop con la identidad LGBTQ+ es un poco más compleja, pero el género se ha convertido sin lugar a dudas en un refugio seguro para algunos adolescentes y adultos jóvenes queer, un espacio en el que pueden deleitarse con un aspecto andrógino, jeans ajustados y videos musicales conceptuales.

En última instancia, el cambio del emo al K-pop muestra que nuestro fandom creció con nosotros: desde adolescentes angustiados que queríamos sentir y escuchar nuestra tristeza mientras escribíamos poesía en nuestras habitaciones, hasta adultos jóvenes que aprendieron que disfrutar de las cosas no es es tan malo y que, a veces, la forma de combatir la tristeza es a través de una coreografía bien organizada.

@bijubelinky / @LordIzxy