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Todo lo que hay que saber para entender los disturbios de Ferguson

Repaso esencial a la crisis causada por el asesinato del afroamericano Michael Brown.

Fotos por Alice Speri

Hoy, Ferguson es un nombre que resuena en todas las redes sociales y medios de comunicación. La ciudad de Ferguson, Missouri, Estados Unidos, vive desde este lunes 24 de noviembre entre la violencia, las protestas y la lucha entre policías y masas incalculables de ciudadanos indignados. Este ha sido el estado normal de la ciudad desde el 9 de agosto de este año, y aunque en las últimas semanas había estado en relativa calma, la decisión que tomó este lunes un fiscal de St. Louis alentó rápidamente el caos en la ciudad y la situación solo parece empeorar.

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En el centro de las revueltas está Michael Brown, un joven afroamericano de 18 años que el 9 de agosto ​fue asesinado por un policía blanco, quien desde el lunes puede respirar tranquilo porque no será juzgado por "falta de pruebas". En medio de duros cuestionamientos a las versiones de los testigos y un intenso debate que revive los fantasmas del racismo en el país que se inventó la segregación, Michael Brown se ha convertido en abanderado de los movimientos de indignados en contra de la discriminación en la era Obama.

Una parte de los testigos dice que Brown estaba caminando por Ferguson con su amigo Dorian Johnson. ​Johnson relató que el policía Darren Wilson se acercó a los dos jóvenes en su coche y les dijo "subíos a la puta acera", porque supuestamente estaban caminando por en medio de la calle. Los jóvenes le contestaron que estaban a unos pocos metros de llegar a su destino. Siguieron caminando y, según el mismo testigo, el policía siguió conduciendo, pero rápidamente paró y echó marcha atrás hacia ellos, casi atropellándolos.

Desde ese momento, la versión de Johnson concuerda con la de otros testigos que estaban en la misma calle, uno que vio los sucesos desde la ventana de su edificio y otro que los presenció desde su coche. El agente Wilson abrió la puerta de su coche agresivamente, golpeando a Brown, y la volvió a cerrar inmediatamente. Todavía dentro del coche, el policía agarró a Brown del cuello mientras, según los testigos, Brown trataba de liberarse. Johnson recuerda que el policía dijo algo parecido a "te voy a disparar" y que casi de manera inmediata sacó la pistola y apretó el gatillo.

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Finalmente Brown se soltó del policía y ambos jóvenes empezaron a correr. Johnson se escondió detrás de un vehículo y Brown, que estaba herido, apenas pudo avanzar unos cuantos metros. Según los testigos, el joven afroamericano cayó arrodillado y alzó los brazos mientras Wilson se acercaba, todavía apuntándole con la pistola. Después de un segundo disparo, Brown empezó a gritar que no estaba armado y que por favor dejara de disparar. El policía siguió disparando mientras que el muchacho indefenso caía al suelo.

La versión oficial de la policía, que no explica por qué inició la confrontación entre los dos, es que Wilson estaba actuando en defensa propia porque Brown no le permitió bajarse del vehículo, y que lo agredió físicamente a través de la ventanilla, tratando de robarle la pistola. Se dice que Wilson tuvo que ir al hospital por golpes en la cara y que "estaba muy afectado".

Los hechos:

••Michael Brown no estaba armado.

••El primer tiro se dio desde dentro del coche de policía. Brown recibió múltiples disparos. La autopsia que dio a concoer la familia dice que recibió seis tiros, dos de los cuales fueron en la cabeza; sin embargo, la policía local se ha negado a publicar la autopsia oficial.

••Ferguson es una ciudad primordialmente afroamericana: el ​67 % de los ciudadanos son negros. El 3 % de la policía local es afroamericana y el resto son blancos; algo que no sería relevante si no se tuviera estadísticas de que el 86 % de las multas de tráfico y el 92 % de los arrestos son a ciudadanos negros. Esta es la raíz de la frustración de los ciudadanos que protestan, que en su mayoría son negros y de pocos recursos económicos.

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••El oficial Darren Wilson no tenía ningún antecedente de mala conducta.

••El departamento de la policía local publicó evidencias de que Brown, aparentemente, acababa de robar cigarrillos de una tienda momentos antes de su muerte. Sin embargo, se comprobó que Wilson no estaba al tanto de este hecho y que la confrontación no se inició por esta razón.

Las protestas empezaron casi inmediatamente después de que los tiros se escucharan por el barrio; incluso comenzaron alrededor del cuerpo de Brown, que permaneció sin vida en la calle durante horas.

Inicialmente, las protestas fueron pacíficas, pero esa situación duró menos de un día. Los manifestantes se concentraron en la calle donde Brown murió y frente a la comisaría de policía. Cerca de 125 personas se reunieron ese lunes con el lema: "No hay justicia, no hay paz". Rápidamente comenzaron los enfrentamientos violentos entre los ciudadanos y la policía, que arrojó gas lacrimógeno y balas de caucho, hiriendo a varios menores de edad y a algunos periodistas. "¿Qué se puede esperar cuando algo se repite continuamente y perjudica a tu comunidad y nadie hace o dice nada al respecto? Siento su ira, siento su repulsión", opinó Johnson sobre las protestas y el sentimiento de indignación que hoy se respira en la ciudad.

Cuanto más violentas se tornan las protestas, más son las personas heridas y arrestadas. Y ahora las manifestaciones se han extendido por todo el país con la muerte de otro menor de edad a manos de un policía fuera de servicio en Shaw, una ciudad ubicada a 15 kilómetros de Ferguson. Hasta el ​Ku Klux Klan ha empezado a distribuir panfletos prometiendo usar "fuerza letal" contra los protestantes, quienes presuntamente han amenazado a los policías y a sus familiares y que por sus acciones "han despertado a un gigante durmiente".

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Este incidente ha generado muchas preguntas sobre el uso desmesurado de la fuerza oficial de Estados Unidos, y ha cuestionado los derechos tan ampliamente difundidos del gobierno estadounidense sobre la "igualdad" entre "razas" y sobre uno de sus derechos fundamentales: no ser arrestado por un policía sin una causa justa.

El fallo estaba programado para darse este lunes 24 de noviembre. Las tensión era absoluta, y todos estaban a la espera de conocer el destino del agente Wilson. Teniendo en cuenta el componente racial del caso, también debería estar presente en la composición del jurado, que está formado por 12 personas: 9 de raza blanca y 3 de raza negra. El fiscal del condado de St. Louis, Robert McCulloch, dijo que no revelaría cuál fue el voto de cada uno de los jurados. El fallo dice que "no existe una causa probable" para poder presentar una acusación contra Wilson.

En el comunicado, McCulloch dijo que las acciones de Wilson fueron las propias de un oficial de la ley y no transgredían leyes ni regulaciones. "El personal que aplica la ley a menudo deben tomar decisiones difíciles en fracciones de segundo", añadió.

La gravedad de la situación se evidencia en el mensaje que ​publicó el Pentágono advirtiendo a su personal militar y a sus familias que evitaran la zona de St. Louis, en Missouri, por "la delicada situación que está atravesando". El comunicado advierte a los empleados del Departamento de Defensa que deben "tener un mayor grado de conocimiento de la situación" y "evitar ciertas actividades" debido al "aumento de tensiones" después de que se publicara el fallo.

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Por lo menos ​una docena de edificios fueron quemados y saqueados este lunes por la noche, se oyeron disparos intermitentes en algunos barrios vecinos, (hubo alrededor de 150 tiros, de los cuales aparentemente ninguno pertenecía a la policía) y los agentes aseguraron que fue el mayor pico de violencia que habían visto desde el incidente del 9 de agosto.

La madre de Brown, Lesley McSpadden, presente en las protestas del 24 de noviembre, aseguró entre lágrimas, "Todavía no les importa, nunca les va a importar, nunca van a pagar… es tan injusto". Las palabras "Manos arriba, no dispares" y "Las vidas negras importan" se han vuelto lema de las protestas de Ferguson. Se han registrado, además, movilizaciones en las mayores ciudades de Estados Unidos: personas lanzando botellas y piedras en Seattle, multitudes frente de la Casa Blanca con pancartas con las que pedían "Justicia para Brown" y un hombre que arrojó sangre falsa a policías y funcionarios gubernamentales en Nueva York, donde se reunieron más de mil personas en Time Square.

El Presidente Obama ​dijo el pasado lunes: "Tenemos que aceptar la decisión del jurado. Hay americanos que están de acuerdo con la decisión, y hay americanos que están profundamente decepcionados. La reacción es comprensible, pero me uno a la petición de los padres de Michael de que todos aquellos que quieran protestar lo hagan de manera pacífica".

Este martes, 25 de noviembre, el primer presidente afroamericano de Estados Unidos volvió a referirse al tema. Obama dijo que hay dos maneras de reaccionar: maneras productivas y maneras destructivas. "Quemar edificios, incendiar coches, destruir propiedad privada y poner a la gente en peligro es destructivo e inexcusable". Señaló, además, que las protestas pacíficas no han tenido tanta cobertura mediática como las protestas violentas. "Están empezando a abrirse vías de diálogo sobre cómo cambiar la situación para que haya más confianza entre las fuerzas del orden y la población civil".

La violencia y la furia continúan en Estados Unidos por el sentimiento general de injusticia reinante. Los protestantes amenazan con continuar las manifestaciones y las tensiones no parecen remitir con el paso de las horas.

Sigue a Christina en Twitter como ​ChrisGomezE