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Esta disparidad se plasmó de manera concreta unos días después: el santuario Gaia, donde viven animales rescatados de la explotación, rechazó una donación de la organización Movimiento Antitaurino de Lucha (M.A.L.), que muchos vinculan con estos grupos de ultraderecha. "Aceptar esa donación iría en contra de nuestra ética", explicó el santuario, que contestó de manera directa al M.A.L. en Facebook. "Algunos de vuestros miembros hacen pública su homofobia y machismo. Como sabréis, los dos fundadores del Santuario somos homosexuales". Por su parte, los miembros del M.A.L. criticaron con dureza la decisión, asegurando que "este movimiento lo formamos muchísimas personas, cada uno con su manera de pensar, de derechas, y de izquierdas", y agradeciendo a las organizaciones que sí aceptaron su dinero, como el Santuario Kukura o El Arca de Zeus.La patria va más allá de una bandera o un gobierno: patria es nuestro entorno natural, patria son los animales que pueblan nuestra tierra, patria es la gente decente que día a día se levanta con el objetivo de mejorar su vida y la de los demás — PECTA
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Eso sí: cuando salen a relucir conceptos como "patria", que llevan grabado a fuego en el propio nombre de su grupo, salen a la luz diferencias más que sustanciales. "La patria va más allá de una bandera o un gobierno: patria es nuestro entorno natural, patria son los animales que pueblan nuestra tierra, patria es la gente decente que día a día se levanta con el objetivo de mejorar su vida y la de los demás".La vieja izquierda, más que reinventarse, lo único que ha hecho es infiltrarse en multitud de frentes, parasitándolos como una bestia inmunda que necesita sangre nueva para no morir de inanición — PECTA
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Otros grupúsculos, como Defensa Aria de los Animales, no tratan de ocultar su posición ideológica, y recuerdan el supuesto respeto por los animales de la Alemania nazi. "Somos nacionalsocialistas y como tales amamos la naturaleza y creemos en el respeto hacia todos los animales", explican a VICE. "Varios dirigentes nacionalsocialistas eran vegetarianos por amor a los animales, entre ellos Hitler. En el III Reich se crearon leyes de protección animal como la prohibición de la experimentación científica con animales y la prohibición de la caza. Finalmente, en tiempos de hambre la caza se regularizo sólo para necesidades alimenticias".Más allá de su lucha animalista, los miembros de Defensa Aria de los Animales señalan a quienes consideran enemigos naturales: "Lo que opinen los del LGTB, perroflautas de Podemos o feministas comunistas que defienden a los animales pero abortan a sus hijos nos importa poco", aseguran desafiantes. "Esa gente protesta por las corridas de toros y luego se van al Burger King a comerse una hamburguesa. Nosotros defendemos a los animales porque forma parte de nosotros. Estamos en contra de la crueldad, y los animales no entienden de rojos o azules", sentencian.Rafael Doctor, comisario de la muestra Capital Animal , organizada recientemente en Madrid, lo tiene muy claro. "Esta gente supone un peligro enorme para el movimiento. Se definen a sí mismos como animalistas, pero no lo son. Todos somos animales, por lo cual carece de toda lógica ser racista u homófobo con otros seres humanos". Para Doctor, una de las raíces esenciales que ha provocado que exista el animalismo actual es el feminismo. "Esa igualdad entre hombres y mujeres por la que lucha el feminismo se hace extensible a la diferenciación por especie. Si no eres antiespecista y no tienes superadas las diferencias con otros seres de tu propia especie, no puedes calificarte como animalista".Somos nacionalsocialistas y como tales amamos la naturaleza y creemos en el respeto hacia todos los animales — Defensa Aria de los Animales
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Doctor pone un ejemplo de esa contradicción: "Dani Rovira participó en la manifestación antitaurina. Es algo que muchos le agradecemos, pero incurre en una enorme contradicción cuando al mismo tiempo anuncia en televisión lonchas de pavo de una conocida marca de embutidos. Lo mismo pasa con gente como El Chatarrero, que también atrae a mucha gente: podrán ser antitaurinos, o amantes de los perros y gatos, pero no animalistas. No se puede ser antiespecista sin ser vegano, ni mucho menos si se es racista, machista u homófobo".Respecto a la defensa de los animales por parte de la Alemania nazi, Doctor es contundente. "Simplemente mienten", afirma. "Una de las formas en que la propaganda nazi encumbró a Hitler fue compararlo con Gandhi, que obviamente era vegetariano. Pero Hitler no lo era: de hecho, era un carnívoro absoluto. Y no existe documento alguno que acredite que en la Alemania nazi existía el animalismo en ninguna de sus formas".Desde el Colectivo Britches, formado por activistas por los derechos de los animales, apuntan que "las ideologías totalitarias y discriminatorias son rivales del animalismo". A propósito del supuesto amor del régimen nacionalsocialista hacia los animales, aclaran: "Determinadas medidas ambientalistas para preservar y proteger la flora y fauna alemanas en la Alemania nazi fueran novedosas, pero todo ello indiscutiblemente respondía a un plan para proteger la raza y la naturaleza arias, quedando patente cómo privilegiaron a ciertos animales por el hecho de considerarlos alemanes o autóctonos. No hay por dónde cogerlo. Lo preocupante no son los pésimos argumentos de los pocos que defienden un animalismo nacionalsocialista. Lo alarmante es que el movimiento por los derechos animales, por el afán de crecer y sumar, no sepa pararse a asentar sus bases y hacerse transversal con las demás formas de opresión. De lo contrario, seguiremos viviendo situaciones absurdas como ésta".Rafa Doctor concluye con un dato ilustrativo: "Recientemente, la revista Forbes citó al veganismo como la tendencia que más está creciendo en el mundo. Es por ello que algunos arribistas se están aprovechando de la situación e intentan abrir una vía muy peligrosa, dada la confusión que puede crear en la sociedad. Por eso hay que expulsarlos. Que no se acerquen a nosotros. Que se vayan, porque son un cáncer para el movimiento".Las ideologías totalitarias y discriminatorias son rivales del animalismo — Colectivo Britches