Probablemente sea malo darle alcohol a los niños, según un estudio

(Foto vía Frederick Dennstedt).

Los padres de clase media están convirtiendo accidentalmente a sus hijos en unos borrachitos elegantes al darles vino en casa desde una edad temprana, según un nuevo estudio. Me resulta un poco difícil relacionarme con esto porque a mí me presentaron el alcohol de la manera correcta —en una banca fría en un parque para niños juntamos unos 200 pesos para dárselos a uno de los adolescentes más grandes para que fuera a la tiendita a comprar algo de alcohol— pero luego me tocó ir a la casa de algunos amigos fresas y ver cómo sus padres les servían un poco de vino. Te puedo asegurar que esto es lo que estos padres de clase media siempre dicen cuando le sirven vino a sus hijos o hijas: “Esto es lo que se hace en Francia”. Siempre dicen lo mismo. Los papá son incapaces de servir media copa de vino a sus hijo sin mencionar Francia. “Ellos lo rebajan un poco con agua. Y las mujeres allá … Oh, por Dios”, dicen los papás mientras ponen cierta mirada como cuando están viendo un catálogo de chalecos. “Por Dios”.

De todas formas, aquí están los datos duros del estudio, en caso de que te interesen. El Centro de Salud y Asistencia Social de la Información, un organismo financiado por el Departamento de Salud del Reino Unido, encuestó a unos 120 mil niños menores de 15 años para documentar sus hábitos de consumo. Encontraron que 70 por ciento de los menores de 15 años que están en zonas menos desfavorecidas han probado el alcohol, en comparación con un 50 por ciento de los niños en las zonas más desfavorecidas. Los niños de clase media tienen el doble de probabilidades que los niños de escasos recursos de ser bebedores frecuentes (8 por ciento contra 4 por ciento), y más probabilidades de beber cuando sean adultos (66 por ciento contra 44 por ciento).

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No es raro que algunos padres den de probar un poco de alcohol a sus hijos durante un partido de futbol, una reunión familiar o en los festejos navideños. Pero, obviamente, a la luz de las últimas investigaciones, las organizaciones benéficas, como Alcohol Concern, sugieren que no lo hagamos. “Los estudios demuestran que a menudo los padres son la principal fuente de alcohol de los menores de edad que beben”, le dijo el director de campañas Tom Smith a The Times. “La investigación indica que cuanto más joven una persona empieza a beber, más probabilidades hay de que tenga problemas con el alcohol en su vida adulta. La evidencia sugiere que lo mejor que pueden hacer los padres es establecer reglas claras y límites a sus hijos acerca del consumo del alcohol, y no darle alcohol a sus hijos durante su infancia”.

Así que no quiero ser un aguafiestas ni nada por el estilo, pero el consejo parece ser que “no le demos alcohol a los niños”. Ya sé, ya sé. La salud y la seguridad se han vuelto locos. Aunque en estos días no podemos decir la palabra “loco”, ¿o sí? Más bien tenemos que decir “con problemas mentales”. Más burocracia de Bruselas, sin duda. ¿Quieres que te sirva más?

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