Música

Punk argentino y futbol: Una relación de amor/odio

La relación entre el futbol y la cultura del rock en Argentina casi siempre fue tensa. En parte porque le llevó mucho tiempo a los músicos del género concretar recitales en estadios de forma regular, lugares que hasta comenzada la década de los noventa solo eran patrimonio de la elite del rock nacional (Pappo, Spinetta,Charly). Durante el comienzo de la democracia, en un recital como el de la banda Riff en el estadio de Ferrocarril oeste, los productores tuvieron que abonar grandes sumas de dinero cuando intentaron cuidar al público de la policía local. Antes de esto, la única chance para la mayoría de los músicos de tocar en un estadio estaba relacionado con algún acto político, bailes de carnaval o de la primavera.

Pero más allá de los conciertos en estadios, la relación entre futbol y rock marcaba al futbol como el deporte popular por excelencia y al rock como a una música que perteneció durante mucho tiempo a un ghetto más reducido.

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Tal es el caso de una banda como Manal, que salió de un círculo de músicos y gente de letras. Cuando la década menemista engendró a una nueva generación de rock chabón (Los Piojos, La Renga, etc.), entre la demagogia de algunos y el aire murguero de otros, crearon el contexto ideal para que las hinchadas de futbol se mimetizaran de forma irreversible con el público de los recitales de rock. El baterista y cantante de Manal, Javier Martinez, vociferó su disconformidad con la situación en uno de sus discos solistas: Basta de boludos.

Seguramente el delay entre la industria discográfica argentina a la hora de difundir el punk rock, y el mundial del 78 organizado por la dictadura militar, contribuyó a que la única canción en contra del futbol en manos del punk sea “Represión” de Los Violadores: “Futbol, asado y vino/ Son las costumbres del pueblo argentino” es tan chocante en su desprecio a la santa trinidad de la argentinidad que no necesita un adjetivo descalificativo, solo agrupar a las tres actividades y cantarlas con un desprecio inédito.

Es importante aclarar que aunque Flema no figure en la lista, los punks de Gerli no solo portaban un estilo tribunero de corte barrial dijo en una entrevista: “mi banda es la del Porve [el club de futbol argentino El Porvenir] , después tenemos un grupo”. Por último, y si bien no refiere exactamente al punk, cabe mostrar la imagen del jugador black metalero darío dubois como una estampita que guie a la siguiente lista.

Los escoceses de Exploited siempre causaron cierto revuelo en sus visitas a Buenos Aires, más que nada intento de boicot de sus shows por su ideología de derecha, mientras que su sonido directo marcó un eslabón entre el punk y el metal. Filmaciones de vhs los muestran junto al periodista local el Ruso Verea en la tribuna de independiente contra un clásico contra Racing Club en el 94, todavía una época donde ir a uno recital punk suponía cierto grado de riesgo. Una de las causas bien podían ser “los obelos” un grupo de punks violentos, que según cuenta la leyenda fueron desalojados a los golpes y navajazos del lugar donde paraban, el obelisco porteño.

Bandas de punk futboleras como Die Toten Hosen crearon una relación especial con el público a base de visitas continuas al país, pero nunca llegaron a crear una fiebre épica, de cierto tinte futbolero, como cuando The Ramones llegaron al estadio de River en el barrio de Nuñez.

Los Violadores – “Represión”

Del disco homónimo a la banda de 1983, el estribillo “Futbol / Asado y vino / son los gustos del pueblo argentino” quedó tatuado en la memoria colectiva. Desde el principio, este hit de Los Violadores identifica al deporte como telón de fondo para el genocidio producto de la última dictadura militar. No es un ataque casual teniendo en cuenta el rol del mundial de 1978 y. si bien el primer disco de la banda es de 1983, es en esta canción donde se produce la principal objeción del punk a las costumbres argentinas, y apunta a la capacidad de evasión de la sociedad civil.

Attaque 77- “Sola en la cancha”

https://www.youtube.com/watch?v=zvVPq4NNDl0

Editado por el mítico sello Radio Trípoli, que también sacó a Hermética y a Massacre cuando se llamaban Massacre Palestina, Dulce Navidad (1983) de Attaque 77 representó el ingreso del punk local a un público nuevo, que los conoció por una cortina televisiva, bien pegados al sonido ramonero que pronto llegaría a llenar estadios. El disco trae “Sola en la cancha”, que incluyendo parte de un cantito de hinchadas en favor a Boca, provocaba peleas en los recitales. Attaque sacó un breve comunicado al respecto que repartían en los conciertos.

2 Minutos – “Sos botón”

Nuestro cop killer inoxidable, este clásico del disco Valentín Alsina de 1994 habla sobre un vecino del barrio que se hizo policía y “se olvidó de pelearse los domingos en la cancha”. Plantados en la contratapa en la estación de tren Puente Alsina, 2 Minutos prometía una bala en la noche al botón de la canción. Tan infeccioso como su sucesor “Volvió la alegría vieja”, su oda a la cerveza “Canción de amor” no habla de ningún deporte más que el de empinar el codo. “Sos botón” fue anterior a su equivalente de la cumbia villera, pero los dos ocupan el mismo lugar en el cancionero popular local anti yuta.

Comando Suicida – “Soy un barrabrava”

La primera banda skinhead local, Comando Suicida recurrió a la relación entre la música Oi! y los hooligans ingleses, para intentar escapar al público fascista que ellos mismos cultivaron. Dato curioso: Su primer EP tuvo la producción del guitarrista de Los Pericos, Juanchi Baleiron. Su cantante, Sergito Anticristo estuvo vinculado con el partido ultra nacionalista Pnosp, pero acá en este tema del disco Sentimiento Inexplicable (2004) volvió a hablar sobre la tribuna de su club, San Lorenzo de Almagro. Un testimonio de la esquizofrenia entre un nacionalismo intolerante y el homenaje hooligan.

Embajada Boliviana – “Se va”

Ok, este trata al futbol solo de forma tangencial y costumbrista, equiparando la cancha el domingo a la rutina laboral del lunes, pero qué buena excusa para nombrar a la mejor banda ramonera argentina oriunda de La Plata. Este tema es un power pop de temática tanguera y fue uno de los que eligió Ricky Espinosa para homenajear a los autores del disco Soñando locuras (1994), probablemente su mejor disco, el que tiene melodías más elaboradas desde las voces y la instrumentación.

Salvando las diferencias, buscaron elevar la canción ramonera al nivel Spector en este disco que los tiene dibujados en la tapa mirando la luna. Incluye la oda a la cocaína “Un montón” que dice: ” La toman en la tribuna/ la toma el jugador/ la toma el dirigente/ el referí y el entrenador.”

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