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El SAT no es solo Marinaleda y atracar un super

Es el patrón el que depende de los trabajadores.

Nací en un pueblo del alto aljarafe sevillano, llamado Albaida del Aljarafe, una zona rica en tierras para cultivar que darían sustento a muchas familias que hoy dia están necesitadas por la falta de recursos causada por los estragos de la crisis económica. Unas tierras que pertenecen a antiguos terratenientes como la duquesa de Alba.

Al adentrarme en el proyecto de los SinTierras, tomé conciencia que lo que le faltaba a los andaluces. Se resumía en una palabra: EMPODERAMIENTO. La vi reflejada una y otra vez en los ojos de los jornaleros y hace referencia al proceso por el cual se aumenta la fortaleza espiritual, política, social o económica de los individuos y las comunidades, para impulsar cambios positivos. “Hasta que no le digamos al patron que él depende de nosotros no empezaremos a estar en el camino”. Es parte de una conversación que se me quedó grabada.

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Con la llegada de la crisis económica y el nacimiento del SAT en 2007, se retomó una actividad de ocupación donde Lola Álvarez , Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo realizan invasiones (permanentes o simbólicas) de fincas públicas con "tierras muertas" y otras acciones no violentas, como expropiaciones a supermercados y asaltos a bancos. Frente a los recortes sociales más fuertes de la historia de la democracia, el SAT irrumpe con fuerza con su lucha por la justicia social y la mayoría de los ciudadanos lo ven como una referencia más allá del plano sindical, como un referente político anticapitalista.

Han pasado ya seis años desde que se decidió llevar el espíritu de lucha del SOC hasta las ciudades, donde cada vez más gente admiraba su lucha y colaboraba con ella. El SOC se unió a otros sindicatos minoritarios andaluces dando forma al que hoy conocemos como el SAT. Fue constituido en Sevilla como un sindicato de clase, alternativo, anticapitalista, de acción directa, autónomo, independiente, solidario, internacionalista, pluralista, abierto, antipatriarcal, confederal, republicano, nacionalista andaluz y de izquierdas.

A pesar de que sus acciones más mediáticas han sido las expropriaciones de supermercados, el SAT lleva mucho tiempo reivindicando la tierra para denunciar la situación de Andalucía, donde un 2% de las personas son dueñas de mas del 50% de las tierras. Tras la ocupación en Córdoba en 2012 de la finca de Somonte, con Lola Álvarez en la primera línea de lucha, llegan a la conclusión de que su forma de lucha tiene que cambiar de una ocupación simbólica a una ocupación permanente de las tierras.

En Marinaleda (con Juan Manuel Sánchez Gordillo como alcalde desde 1979) se explotan en comunidad desde 1991 unas tierras que pertenecieron al duque del Infantado, el cortijo de El Humoso, y cuyos productos se venden en toda España. En Andalucía hay dos millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, y 36% de paro. Y en España los datos no son mejores. Con esta acción se quiere llamar la atención sobre las más de 400.000 familias que no reciben ninguna ayuda ni prestación. El SAT denuncia los recortes en educación y en sanidad. Y reivindica que no sean las personas quienes paguen una deuda de la que no son responsables. Según Diego Cañamero, uno de los miembros más mediáticos del SAT, “para que la sociedad reaccione, hay que hacer cosas que no están dentro de lo habitual, que se salgan de lo normal”.

La pobreza y los recortes son para el SAT efectos de una estafa social que tiene que ser denunciada como tal. Es una idea que promete extenderse a otras provincias arruinadas por la crisis. En breve harán una gran marcha desde Andalucia a Madrid, con algunas acciónes planeadas para esa ruta. Quizá sea aquí donde veremos contagiarse la fiebre de la expropiación.