
Relacionado: La industria mexicana del secuestro virtual
El 23 de febrero de este año, un tribunal sueco condenó a Trenneborg a diez años de cárcel por secuestro. Desde esta noticia, varios expertos en criminología han declarado que este caso es uno de los más perturbadores en la historia penal sueca. En reconocimiento a este hito alarmante, hicimos una breve recopilación de secuestros suecos.

La hija Gevalia
Publicidad

La chica en la caja
Relacionado: El chico que sobrevivió un secuestro de los Zetas
La policía belga localizó a Nilsson después de que utilizó la tarjeta de crédito de Bidegård para hacer algunos retiros de efectivo. Dos días después, la policía hizo una redada en su departamento, lo detuvieron y liberaron a Bidegård de su prisión de madera.Un día después de la detención de Nilsson, llegó una carta cerrada a la finca Bidegård con una fotografía de Ulrika dentro de la caja y exigía 500 mil dólares de rescate. Durante la investigación, las personas cercanas a Nilsson lo describieron como una hombre amable y sensato, sin tendencias delictivas.
El caso Westerberg
Publicidad
La caja donde estuvo Fabian Bengtsson. Foto cortesía de la policía sueca.
Otra persona, otra caja
Publicidad

Estudiantes malos
La imagen de arriba es la copia de un contrato de sexo que se encuentra en una carpeta llamada "Plan maestro" en la computadora de Trenneborg. Apareció en los encabezados debido a su nivel de sadismo.
El Fritzl sueco
Publicidad
Relacionado: Cuando la comida es un castigo carcelario
En su segunda cita, bebieron champán y él le dio de comer fresas con sedantes. Cuando la mujer quedó inconsciente, Trenneborg le entregó un pañal para que ella misma se lo pusiera. Después, el doctor la llevó en silla de ruedas hasta su coche y la acostó en el asiento del pasajero. El trayecto duró siete horas y cada que pasaba una hora le inyectaba sedantes. Lo único que recuerda la víctima después de comer las fresas es que despertó en el coche y con un monitor de frecuencia cardíaca conectado a su dedo.Más tarde, la víctima despertó en el búnker de Trenneborg. El doctor planeaba tenerla encerrada por años, obligarla a que le hiciera de comer, salir y tener relaciones sexuales sin protección dos o tres veces al día. Tomó muestras de su sangre y su vagina para ver si tenía enfermedades de transmisión sexual y le dio pastillas anticonceptivas. También dijo que estaba considerando secuestrar a otra mujer para que le hiciera compañía, probablemente su madre.Cinco días después del secuestro, Trenneborg fue a Estocolmo para recoger algunas cosas del apartamento de la mujer y para ir a un concierto de U2. Cuando volvió a casa al día siguiente, se ofreció a llevarla de vuelta a Estocolmo para que escogiera algunas cosas que quisiera llevarse al búnker. Para ese entonces, la policía ya había dejado una nota en la puerta del departamento de la mujer, que decía que su familia la estaba buscando, aunque en la imagen, el cabello de la mujer era diferente.Preocupado de que la policía estuviera tras él, obligó a su víctima a fingir que eran pareja. Dijo que no quería ir a la cárcel. Como ella estaba era obediente y no había tratado de escapar, él esperaba que no lo denunciara. La pareja llegó a la estación de policía en el centro de Estocolmo, y no fue hasta que la interrogaron aparte que pudo decirle a la policía lo que le había sucedido.El 23 de febrero, Martin Trenneborg fue condenado a diez años de prisión por delito de secuestro. También tuvo que pagar a la mujer una compensación de 19 mil euros [377 mil pesos]. Trenneborg admitió haberla secuestrado pero negó haberla violado y fue absuelto del cargo de violación.