Al Gore, quien fuera vicepresidente de Bill Clinton y que años más tarde ganara el Premio Nobel de Paz por su constante lucha en los problemas ambientales, afirma que en los próximos años una gran cantidad de glaciares, e inclusive la nieve del monte Kilimanjaro en Tanzania, desaparecerán debido al calentamiento global que azota al planeta.
Al parecer la música electrónica no es ajena a este fenómeno, y al igual que Al Gore, también tiene sus líderes ambientalistas que buscan soluciones para afrontar esta oleada de calor. Carl Craig, Richie Hawtin, Dubfire, Luciano y Ricardo Villalobos podrían ser las cabezas más visibles de una tendencia que poco a poco ha ido ganando terreno a nivel mundial, y de la cual Colombia no es la excepción: DJs de camisilla.
Son constantes las noches en que nos dirigimos hacia algún evento, y al acercarnos a la cabina nos encontramos con un selector de discos, por lo general de contextura delgada, usando lo que en Colombia se conoce como la 'sisa'. En tiempos donde el crossfit y lo fitness se ha vuelto casi un movimiento insurgente, esto es una clara muestra de contracultura, una motivación teñida de rebeldía para todos los que cobardemente privamos de la libertad a nuestros bíceps y triceps.
La escena electrónica le ha dado a la camisilla cierto estatus que años atrás parecía imposible. Ligada por mucho tiempo a la comodidad popular, en especial de taxistas, conductores de buses y barristas futboleros, la camisilla de la mano del DJ ha logrado trazarse un camino que, parafraseando a Swedish House Mafia, sería casi de Itagüí a Ibiza. Además de su elegante confort y soluciones ecológicas, la prenda también podría considerarse como un elemento afrodisiaco. Supongo que deben ser varios los casos en donde el sujeto al ir a la tienda o a alguna plaza pública de camisilla, pasaba casi desapercibido, pero al caer la noche y entrar al club con la misma, el acaparamiento de miradas femeninas era casi sofocante. Aunque a veces, pienso que está bien adoptar los parámetros que Ricardo y Ali Shirazinia le han convidado al mundo, pero, ¿por qué no adaptarlos a lo nuestro? Creo que no habría experiencia más grata que mirar hacia una cabina y encontrarse con un DJ que lleve puesta una guayabera, unos Zodiak, elementos autóctonos de nuestra idiosincracia pero con una cabida casi nula en este mundo de BPMs y grooves.
Vale aclarar que la intención de este análisis no es la de generar una connotación de repudio hacia la prenda, ni tampoco llevarla a un plano elitista, simplemente es resaltar su evolución en el ámbito sociológico electrónico local, y de cómo una problemática mundial del medio ambiente sirvió para tomar unas medidas que revolucionarían las tendencias del vestir en el entorno electrónico. Tal vez DJs de camisilla no llegue a ser una ONG, pero más de una noche me han salvado la vida, y con eso tengo para agradecerles por siempre.
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