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el fútbol es bueno para las encuestas

El día en que Evo Morales casi jugó un partido de fútbol profesional

El presidente del Sport Boys Warnes boliviano estuvo cerca de lograr que Evo Morales debutara con su equipo. Ser alcalde y futbolero tiene sus ventajas.
Foto de Shannon Stapleton, Reuters

En septiembre del pasado 2014, los bolivianos más futboleros pasaron una semana entera colgados de un signo de interrogación. ¿Debutará el número 10 del Sport Boys Warnes?, se preguntaban. La liga del país andino no da grandes titulares, pero hace unas semanas las secciones de deportes, desde China a Canadá, se acordaron de Bolivia. Un modesto club sureño recién ascendido a primera división había fichado nada menos que a Evo Morales, el presidente de Bolivia.

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Si el mandatario saltaba al campo, inmediatamente batiría dos récords: sería el primer hombre de 54 años en debutar al más alto nivel del futbol a nivel mundial, y además se convertiría en el primer jefe de estado en ejercicio con un contrato profesional como futbolista. Pasara lo que pasara, había que ir a verlo.

Faltaban poco menos de dos meses para las elecciones, así que nadie sabía si la agenda del presidente le permitiría acudir a defender el azul de los Sport Boys Warnes. Aún así, mucha gente insistía en que Morales es un hombre dado a las sorpresas. No importaba en qué lugar del país estuviera: en poco menos de una hora podía plantarse con su Dassault Falcon 900 en el aeropuerto de Santa Cruz, la ciudad más grande de Bolivia, desplazarse al estadio de los Sport Boys en la vecina Warnes, calzarse las botas, enfundarse la camiseta con el 10 a la espalda y ponerse a las órdenes del técnico del equipo, Néstor Clausen, que fue compañero de Maradona en el Mundial de 1986.

Ese día, los Sport Boys jugaban a las tres de la tarde contra Real Potosí… y en aquel momento nada nos parecía mejor que lanzarnos a la carretera para ver un partido de fútbol de la liga boliviana.

Para desgracia del Potosí, aunque su escudo sea prácticamente idéntico al del Real Madrid, en sus filas no hay un James Rodríguez o un Cristiano Ronaldo. Por suerte para ellos, sin embargo, el Sport Boys Warnes no se parece en nada al Atlético de Madrid, así que el resultado del partido parecía bastante incierto. La tarde prometía diversión.

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Treinta centímetros por encima del resto de sus acompañantes, en Warnes nos recibió Mario Cronenbold, alcalde de la ciudad y presidente del club de fútbol. El lema político de Cronenbold es "¡Soy como vos!", pero Mario, como amistosamente le llaman sus vecinos, no puede ocultar sus diferencias. Altísimo para la media boliviana, con muchas horas de gimnasio a sus espaldas, gafas de sol y sonrisa de espejo, Mario Cronenbold parece un 'playboy'.

A pesar de su aspecto, no obstante, el pasado de Cronenbold dista mucho de haber sido sencillo. Aunque su carrera profesional le haya llevado de los escenarios de baile al marketing, este político con pinta de galán de telenovela ha tenido que trabajar desde niño para salir adelante. Sus últimos años han sido convulsos, con imputaciones por narcotráfico y polémicas con los estamentos del futbol boliviano. Cronenbold, sin embargo, puede presumir de una sólida amistad personal con Evo Morales.

Fruto de esa amistad nació el fichaje de Evo por Sport Boys. La hinchada del Toro, como se conoce al equipo, ya tiene cánticos preparados para el presidente. Sin embargo, hoy la mayoría de los vítores son para su alcalde. Cruzamos el terreno de juego con él en mitad del calentamiento; cuando nos acercamos a la tribuna, el público empezó a cantar: "Oé, oé, oé, oé, Marió, Marió". Cronenbold saluda y, con desparpajo, nos invita al vestuario de los entrenadores debajo del graderío.

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Una vez sentado, relajado y sin perder la sonrisa, el alcalde y presidente de Warnes comienza a pintar la escena como si fuera una obra de teatro. Y reproduce el diálogo que tuvo con Evo Morales cuando le propuso unirse al equipo:

Mario Cronenbold: Presidente, ¿cuál es su sueño?

[Con los codos apoyados sobre sus piernas Cronenbold pone un semblante adusto, agrava la voz y cambia de personaje]

Evo Morales: Mi sueño siempre fue jugar al fútbol profesional.

MC:Presidente, ¿y por qué no juega para Sport Boys?

EM:Ya tengo 54 años. Tengo temor a las críticas y además, no quiero perjudicar a Sport Boys.

MC:No, ¿en qué sentido puede perjudicar? Usted le va a dar un plus a Sport Boys. Va a ser un mensaje para los jóvenes. Nosotros estamos acostumbrados a querer cumplir nuestros sueños sin sacrificio y esfuerzo: usted va a demostrar que a sus 54 años tiene que esforzarse y ponerse físicamente bien para estar ahí 15 minutos.

[El Evo Morales interpretado por Cronenbold duda unos instantes. El Cronenbold interpretado por Cronenbold da la puntilla.]

MC:Presidente, hay que hacerlo.

EM:Ya, está bien, anúncialo.

La hinchada canta enardecida bajo banderas azules y blancas, pero cuando sacamos del grupo a alguno de los fans, todos albergan dudas. ¿Se atreverán a pegarle a Evo? ¿Lo marcarán duro? ¿Y si hace un gol? ¿Y si se lesiona? ¿Y si intenta controlar un balón y resbala? ¿Y si se le cruzan los cables, como ya ocurrió antes, y se lía a patadas?

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"Aquí va a venir tanto el que está a favor de Evo Morales como el que está en contra", advierte Cronenbold, que entró en el Movimiento Al Socialismo en Santa Cruz, una de las provincias donde el partido tiene menos adeptos. El alcalde de Warnes, todo sonrisas y dientes, reconoce sin problemas que el fichaje es un movimiento para atraer la atención, pero recalca las virtudes del presidente sobre un campo de fútbol.

"Evo Morales pisa muy bien el balón. Tiene buen toque, buen remate de derecha y tiene mucha resistencia. Sabe tirar buenos tiros libres. Tiene condiciones", afirma.

El entrenador, Néstor Clausen, no contradice a Cronenbold. Ganador de una Copa del Mundo, una Libertadores y una Intercontinental, el técnico repite casi punto por punto la lección de su directivo. Tan sólo cuando le preguntamos, medio en broma medio en serio, quién ganaría en un uno contra uno, cambia el discurso. "Yo", nos dice. "Soy mejor yo".

El Sport Boys de Warnes comenzó la temporada con dos estrellas latinoamericanas de peso —y pasadas de kilos— en su plantilla: Cristian El Ogro Fabbiani y Limberg El Bomba Gutiérrez. Es parte de la política de marketing de Cronenbold, que mezcla jugadores locales con otros de relumbrón a las que todavía pueda quedarles algo de pólvora. El Ogro y El Bomba calientan con los suplentes. Ni entre ellos ni entre los titulares está Evo Morales.

Mucha gente cree que el club deportivo se gestiona con los recursos de la alcaldía, pero aunque hay un presupuesto en Warnes destinado al equipo, Cronenbold no puede financiar como alcalde sus tareas como presidente del Sport Boys. "Políticamente me podrían hacer daño", señala.

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Sin embargo, el propio Cronenbold reconoce que "tiene sus ventajas" ser alcalde. En Warnes existen 72 empresas de grandes contribuyentes y se está construyendo el parque industrial más grande de Latinoamérica. "El año pasado sacamos más sponsors que Blooming y Oriente [los dos grandes equipos de Santa Cruz]. El empresario dice: 'Tengo que apoyar a Sport Boys porque el presidente es el alcalde. Lo tengo que apoyar por si acaso necesito alguna ayuda'".

Cronenbold ríe. Comienza el partido, Evo no ha venido, pero Cronenbold sigue riendo. El encuentro avanza, sin pena ni gloria, hasta que en el segundo tiempo salen El Ogro y El Bomba. Sport Boys, entonces, se adelanta con un gol de falta directa. En el último minuto, sin embargo, el Real Potosí empata.

Después de ver el partido, nos planteamos la gran pregunta: si el Sport Boys necesitó a dos de sus tres jugadores más veteranos, menos en forma, y más mediáticos para elaborar buen fútbol, ¿qué pasará cuando juegue el tercero? ¿Qué ocurrirá cuando debute Evo?

Por desgracia para los fans, Evo Morales no llegó a debutar con los Sport Boys —al menos de momento—. A día de hoy, además, Mario Cronenbold ya no es el presidente del equipo de Warnes, aunque sí el alcalde de la ciudad… y todavía sigue dando muestras de su habilidad como 'showman'.

Este artículo se publicó originalmente en VICE México.