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Chicas desnudas y purpurina en el nuevo vídeo de Weird Girls Project

La directora Kitty Von-Sometime nos habla sobre el último episodio de "The Weird Girls Project".
Capturas de pantalla cortesía de Kitty Von-Sometime y de The Weird Girls Project, Fotos de Birta Rán

El siguiente vídeo incluye contenido explícito.

Todo empezó como un experimento en Islandia que acabó convirtiéndose nueve años después en una afianzada serie de videoarte con su séquito de acérrimos seguidores. The Weird Girls Project está dirigido por la artista y DJ británica Kitty Von-Sometime y reúne 25 vídeos musicales que muestran paisajes hibernales habitados por conejitos, una piscina en Puerto Vallarta, la Gran Muralla China, varias ciudades europeas y el centro de Reykjavik el Día Internacional de la Mujer, entre otras cosas. Aunque el vestuario y coreografía sincronizados para cada episodio son siempre únicos, el objetivo de Von-Sometime es siempre el mismo: apoyar tanto a las mujeres que participan como a las espectadoras a través de un tributo visual a la diversidad femenina.

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El episodio que se acaba de estrenar, "#EmbraceYourself", nos ofrece un claro ejemplo del mensaje del proyecto. Rodeadas de paredes forradas de espejos, 20 voluntarias —algunas de ellas participantes veteranas y otras novata— se bambolean al ritmo de "Dim The Lights", un tema del dúo de Brooklyn CREEP interpretado por Sia. Sus cuerpos están claramente desnudos, pero su piel brilla cubierta por una gruesa capa de purpurina dorada, que irradia hacia las paredes de cristal y hacia la piel resplandeciente de sus compañeras. “Es un vídeo muy conceptual”, explica Von-Sometime a The Creators Project vía Skype. “Utilizo la figura de las participantes de distintas formas para intentar crear paisajes e imágenes que resulten atractivos, quería que fuera algo más que mostrar sus curvas, quería que la gente lo viera y pensara ‘¡qué flipada!’”.

“Colocamos a las mujeres en un set rodeado de espejos para que pudieran verse reflejadas”, continúa explicando. “El dorado sirve para dar un toque de glamur a toda la experiencia, pero no esconde nada, cada una se presenta con sus propias formas. Quería que las mujeres se sintieran lo más fabulosas posible estando desnudas y de cara a un espejo”.

“Cuando empecé el proyecto era muy consciente de que si no sabía utilizar bien las cámaras podía salirme algo muy hortera o no tan bonito como quería". La directora, que ahora trabaja con un equipo completo de rodaje y una cámara Red Dragon, aprendió el arte de la dirección de forma autodidacta a través de lo que ella llama una educación "muy pública", y empezó la serie utilizando una vieja videocámara DV. "Estuve practicando con eso hasta que estuve segura de que podía hacer algo más que un simple vídeo con el iPhone", explica.

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En un intento de superar sus límites físicos y emocionales, así como los de las participantes, la directora a menudo también se viste —o desviste— para sus vídeos. Para #EmbraceYourself, la intención del desnudo era clara: “Quería presentar el concepto de la imagen corporal, porque en los medios ha habido un cambio a la hora de hablar de las formas del cuerpo femenino y ahora se apoyan las tallas grandes, pero se sigue sin representar a todo el mundo, porque ¡no todas somos iguales!”.

Para presentar esta variedad tan poco representada, “simplemente hice lo que suelo hacer, que es coger a las chicas que están en la lista de espera y luego a las que ya han participado cuando el proyecto se ha llevado a cabo en Islandia. En total hubo 50 chicas entre las nuevas y las que repetían y no se hizo ningún castin en busca de ciertas tallas, sino que se fueron llamando directamente a las mujeres a partir de la lista de espera. Para mí eso representa el grupo medio de mujeres que te gustaría tener por amigas o para quedar o que forman parte de tu familia o lo que sea".

Pero, ¿cómo consiguió Von-Sometime la extravagancia de "#EmbraceYourself"? Aquí van unos cuantos datos: 4 meses de preparación, 15 horas de rodaje, 60 personas sobre el plató y 13 kilos de purpurina dorada. Al igual que con el resto de la serie, el episodio se planificó en absoluto secreto —con la excepción de los 40 confidentes necesarios para formar su equipo de trabajo— para poder mantener el nivel de improvisación en la actuación de las participantes. Von-Sometime no explica nada de su producción a sus actores hasta que se plantan en el plató con nada más que una lista de elementos de preparación y mucha intriga.

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Según cuenta la directora, el episodio causó algo de shock: "Lo que más les sorprendió de los elementos de la lista de preparación es que les dije que trajeran bolsas de plástico o láminas de plástico para poner sobre los asientos del coche al volver a casa, empecé a recibir montones de e-mails preguntándome: ‘¿Vamos a hacer esto?’ ‘¿Vamos a hacer aquello?’, y yo les respondía: ‘Sabéis que no os lo diré’. Dedujeron que iban a estar en ropa interior o algo por el estilo. También les dije que tenían que venir de la forma en que sintieran más cómodas, lo que incluye… la zona de ahí abajo. Así que me preguntaron, ‘¿Debería hacerme la depilazión brasileña? ¿Nos filmarás la vagina?’, y les respondí: ‘No, solo quiero que os sintáis lo mejor que posible, como si fuerais a una cita’. Les llegué a enviar una guía ilustrada para la depilación de esa zona y les dije: ‘Yo iré así para el rodaje, pero no os alarméis, no habrá ninguna toma de vaginas’”.

La información incomodó a muchas de las participantes: “Había algunas mujeres que se sentían muy inseguras con su cuerpo", explica Von-Sometime. "Siempre entrevisto a todas los participantes antes de llevar a cabo el proyecto, no para decirles si pueden o no participar, sino para saber una vez en el set qué mujeres se sienten incómodas con qué tipo de problemas. Algunas son tímidas en general, otras tienen problemas con su cuerpo, otras están en medio de un divorcio complicado… lo que sea. Eso me ayuda a vigilar a ciertas personas en la sala para asegurarme de que no se escondan, dándoles ese pequeño empujón”.

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Cuando las mujeres llegaron a la localización elegida —“un enorme almacén a las afueras”— fueron llenando el plató diseñado por Von-Sometime y construido por el director de su espacio artístico, Ingó Eglis, con el suelo cubierto de cuatro toneladas de arena negra y la sombra de las mujeres reflejándose sobre las paredes forradas de espejos. Entonces las chicas se reunieron con la directora, que empezó a darles instrucciones para el rodaje. “Tengo un vídeo que se está acabando de editar donde se muestra la reacción de las chicas cuando les dije ‘y vuestro vestuario está aquí’, y saqué de mi bolsilló un mini tanga y me dijeron: ‘¿Qué? ¿Es broma?’”.

Una vez en tanga, las mujeres se dispusieron a pasar por las manos del equipo de 21 maquilladores, que les aplicaron una mezcla de pintura negra, fijador de pelo y cantidades industriales de purpurina. “Y tuve la brillante idea de utilizar arena mojada sobre el plató, de modo que cada vez que las mujeres la tocaban se les desprendía la purpurina y tenían que ir a retocarse”, explica la directora, y añade: “Los maquilladores se merecen una medalla por este trabajo porque tuvieron que andar retocando constantemente”.

Tras varias horas de intenso rodaje, la cámara por fin descansó y las mujeres se pudieron relajar, exhaustas y desprendiendo purpurina dorada en silencio. El vídeo final, editado por Gunnar B. Gudbjornsson y con los efectos visuales de Michael Todd, parece esconder toda esta fatiga y dificultades del rodaje y muestra a las actrices meciendo sus cuerpos en harmonía ante la cámara, dejando de lado sus inseguridades. Tal y como describe Von-Sometime: “el número de figuras diferentes que se presenta en el vídeo es increíble y todas ellas están cubiertas de dorado, todas son iguales pero diferentes al mismo tiempo, y todas son realmente hermosas".

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Aquí encontrarás otros episodios de Kitty Von-Sometime y del The Weird Girls Project.

Traducción de Rosa Gregori.

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