FYI.

This story is over 5 years old.

Comida

Para el imbécil que se robó mis cuchillos de chef

Si el tipo que robó mis cuchillos está leyendo esto, espero que se corte la mano y le caiga limón en la herida.
Foto von Tracy Rhodes via Flickr

Cuando tu trabajo es cocinar, los cuchillos se convierten en una extensión de tu cuerpo, en una parte de ti y, por consecuencia, comienzas a formar un vínculo emocional con ellos.

Si eres un cocinero en un restaurante, no es raro gastar buena parte del dinero que ganas solo en cuchillos. Actualmente tengo como $2,000 dólares en cuchillos — para pelar, de carnicero, de chef—, pero me llevó bastante tiempo reconstruir mi colección después de que me los robaran el año pasado.

Publicidad

Nunca olvidaré ese espantoso día. Acaba de empezar un nuevo trabajo en un restaurante cerca del estadio de los Dodgers y, como idiota, dejé mi estuche en el auto mientras iba a ver un juego. Cuando revisé la parte trasera del auto, el estuche ya no estaba. Los hijos de puta también robaron mi chaqueta de cuero y una cajetilla de cigarros. En cuanto me di cuenta de que faltaban mis cuchillos, tuve una sensación punzante y profunda en mi estómago. Era parecida a la terrible sensación que sientes cuando te enteras de que alguien conocido está muriendo y debes procesar el hecho de no volverlo a ver.

Si el tipo que robó mis cuchillos está leyendo esto, espero que se corte la mano y le caiga limón en la herida.

Esos cuchillos me acompañaron a lo largo de mi carrera como cocinero profesional. El estuche incluía un cuchillo de acero bruñido que mis padres me regalaron, era tan perfecto que mi jefe me pedía que lo usara. Estoy seguro de que no podré encontrar uno igual. Sin mencionar un cuchillo muy bello regalo de mi exnovia. Era especial, porque era excelente tanto para picar cebollas como para limpiar la membrana de la carne.

LEER MÁS: Policías le dijeron a un granjero que usara la astrología para atrapar a ladrones de cebolla

Que robaran mis cuchillos fue tan nefasto que llegué al punto de quedar pasmado y sin habla durante unos minutos. Fue una sensación abrumadora, sólo podría describirla como pánico y desesperación al mismo tiempo. Pensé, ¿Cómo pasó esto? ¿Por qué a mí? Eventualmente reaccioné y llamé a la policía para llenar un reporte. Me dijeron que el robo de cuchillos había estado creciendo constantemente en Los Ángeles, porque los ladrones habían investigado y se habían dado cuenta de su valor; especialmente los hechos de acero al carbono. El otro día, a otro cocinero del restaurante en el que actualmente trabajo también se los robaron. Duele mucho más, porque los cocineros saben lo duro que tienen que trabajar para conseguir $10 dólares, ya no digamos los $200 dólares o más, súper necesarios para comprar un cuchillo decente.

Publicidad

A la mañana siguiente, cuando desperté, aún no podía creer lo sucedido. Me sentí desesperado. ¿Cómo se suponía que fuera a trabajar sin las herramientas necesarias para cumplir con mis obligaciones? Si trabajas en un buen establecimiento, tus compañeros te prestarán sus cuchillos viejos. Son los cuchillos baratos que usan y abusan deliberadamente. Si no, vas a tener que usar los viejos del restaurante que usan los cocineros en formación del turno anterior. Esos apenas sirven para cortar las cebollas y las zanahorias. Usar esos cuchillos es el equivalente a usar un zapato talla 13 cuando eres 9. Se sienten muy raro y te retrasan. No serás tan eficiente, y retrasarás a todos los demás en la cocina.

LEER MÁS: Mira cómo un vendedor de kebab impide un robo

Todavía me duele cuando lo pienso y, psicológicamente, es probable que nunca lo supere. Es una de esas experiencias traumáticas que te suceden y afectan la manera en la que piensas sobre las demás personas y cómo te desenvuelves en la vida. Espero que nadie más tenga que pasar por eso. Si hay alguna lección que pueda surgir para otros cocineros, es que no aparten los ojos de sus cuchillos ni siquiera un segundo y no confíen en nadie. Y si el tipo que robó mis cuchillos está leyendo esto, espero que se corte la mano y le caiga limón en la herida.

Tal y como fue contado a Javier Cabral

Adrian Correa actualmente es un cocinero en Rustic Canyon en Santa Monica. Síguelo en Instagram para ver la maravillosa comida que prepara con su nuevo conjunto de cuchillos.