Este club de cena de cannabis quiere que hagas porros en papel de arroz

En la misma semana en que el gobierno del Reino Unido anunció planes para prohibir los poppers y el gas de la risa, se anunció un club de cena de marihuana en Londres.

¿Fue esto para incitar a la gente a despertar y tomar una postura en contra de las leyes draconianas para el uso menor de drogas a través de la escena de la comida popular? Bueno, en realidad, no. Es solo una oportunidad de crear platillos interesantes con temáticas en torno a la noción de drogarse.

«No estamos tratando de hacer una declaración, pero, personalmente, creo que el que venga de un país cuyo consumo de alcohol está bien documentado, tiene que ver con el hecho de tener un poco de perspectiva y de ser de mente abierta a otras formas de relajación», explica Matt Klose, el cocinero detrás de Cannibistro. «Se supone que debe ser muy nostálgico y ver el ritual de drogarse y ver los clichés, así que es un poco divertido, la verdad».

No es que alguien realmente pueda perderse en esta cena de dos noches. Más bien, el menú es una cena de cuatro platillos que se centran en el cáñamo: esa pequeña semilla con sabor a nuez de la que los entusiastas de Whole Foods simplemente no pueden dejar de hablar.

A pesar de que viene de la planta del cannabis, la razón por la que no conseguirás ningún tipo de emoción al comer cáñamo es porque no contiene ninguna de las sustancias psicoactivas, el THC, que se encuentra en mayor o menor abundancia en las plantas hembras de marihuana. En la actualidad es un superalimento publicitado gracias a su alto contenido de proteínas de fácil digestión (una porción de 30 gramos contiene 10,5 gramos), aminoácidos y una tonelada de Omega 3.

«El cáñamo tiene tantos beneficios para la salud», dice Klose. «Es muy bueno para nosotros y realmente está infrautilizado, la cual también es una de las principales razones por las que lo estamos ofreciendo en el menú».

Klose ha dividido el menú en dos partes: la «ceremonia» y los «munchies». Para empezar está el té de cáñamo de marihuana, con las hojas elaboradas con caldo de hueso y se sirve desde la tetera en tazones individuales de ravioli de rabo de toro y hierbas. Después, con un nombre para pachecos bastante apropiado: «Hazte tu propio porro… es broma, bueno, en realidad no lo es». Los comensales pueden jugar con el acto de «pelar hacia arriba» con el papel de arroz, parecido al Rizla, rociado con hebras de hinojo marino, cubos de caballa curada, y las semillas de cáñamo.

«No estamos tratando de hacer una declaración, pero, personalmente, creo que el que venga de un país cuyo consumo de alcohol está bien documentado, tiene que ver con el hecho de tener un poco de perspectiva y de ser de mente abierta a otras formas de relajación».

Luego está la sección de la tarde a cargo de la sección munchies: «Grandes platillos de kebabs para compartir que Klose describe como «hermosos hoggets ahumados, pan sin levadura, y repollo rojo en escabeche y muchas especias, dukka, y semillas de cáñamo». También hay una recreación de una barra de Snickers, con mousse de chocolate negro, maní, y (por supuesto) semillas de cáñamo y caramelo salteado. Todo esto suena muy bien, ya sea horneado o sin hornear.

Mientras tanto, en California, los clubs de cena se están dando cuenta de que debido a las leyes relajadas sobre el uso de la marihuana por cuestiones «médicas», no hay necesidad de salir del THC a cenar. The Luck Pot en San Francisco organiza cenas con reconocidos chefs locales, incluyendo a Robin Songs de Hog &Rocks, quien ha creado un menú a medida.

El grupo incluso usa un sommelier de marihuana para conjuntar cada plato con la cepa perfecta de humo. Si eres un gourmand con tu tarjeta médica en mano (y todas las tarjetas se revisan en la entrada del club de cena secreto) entonces, felicitaciones, estás a punto de llevar la buena mesa a un nuevo nivel.

«Al igual que con el vino, hay una miríada de componentes a tener en cuenta con respecto a la vinculación del cannabis con la cocina, como la acidez frente a la riqueza», explica Tanner Wyer, socio fundador de All Things Good que produce The Luck Pot. «Es importante obtener todos los elementos del cannabis en lo que se refiere a lo que está siendo presentado. Para una experiencia de conjunción verdadera, una cosa muy recomendable es el «golpe seco». Agarrar un porro de cannabis y fumarlo de un golpe seco, sin prenderlo, para que realmente se puedan apreciar y degustar las variedades de la flor y la forma en que podrían vincularse con ciertos alimentos».

El hecho de que San Francisco se considere una ciudad «entusiasta» es una de las razones por las que Wyer y sus amigos decidieron comenzar cenas en las que juntan el fumar con los alimentos.

«La ciudad tiene una rica historia y es reconocida como un centro internacional para la comida, el cannabis y la cultura en todo el mundo. La idea surgió de años de experiencia de viajar por todo el país y alrededor del mundo», dice. «Nos dimos cuenta de inmediato de que un enorme mercado estaba siendo groseramente desatendido».

De vuelta en el Reino Unido, y aunque los comensales de Cannibistro no puedan disfrutar realmente la oferta real en su cena, Wyer aprueba el menú del club de cena.

«¡Eso suena maravilloso!», dice.

Esa parece ser la respuesta que busca Klose, con o sin una guarnición de humo.