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Comida

Entramos al mundo del Feederism para conocer el fetiche por comer y ganar peso

Conoce el mundo del feederism, una comunidad multifacética de personas con un fetiche por comer y aumentar de peso.

A pesar de que los movimientos para aceptar todas las formas y tallas siguen creciendo en el mundo occidental, las personas todavía le temen a la grasa. Les da miedo ponerse gordos, o critican a los demás, generalmente bajo el falso disfraz de preocupación por la salud de un desconocido. Pero ese no es el caso cuando se trata del Feederism: una comunidad multifacética de personas con un fetiche por comer y aumentar de peso.

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Salvo unos cuantos artículos reveladores de los mismos miembros de la comunidad del Feederism, la imagen que la mayoría de la gente tiene sobre el Feederism es uno de los extremos –Historias de los hombres y mujeres más gordos del mundo o notas de opinión que cuestionan si la relación entre feeder y feedee es abusiva.

"Cuando era niño, me metía almohadas en la ropa y pretendía que estaba súper gordo. También me encantaba jugar en el lodo y hacer un desastre con la comida. Me emocionaba, incluso antes de saber que era algo sexual".

Con el fin de obtener una comprensión más completa de lo que realmente significa ser parte de la comunidad del Feederism, me dirigí a Fantasy Feeder, un sitio en línea donde los que "quieren ser gordos o engordar" se reúnen para charlar sobre todo tipo de cosas, desde recetas y consejos de estilo de vida hasta aumento de peso y BDSM.

A aquellos interesados en el Feederism, el interés por el peso y la gordura les llegó a una edad temprana. "Siempre me atrajo la gente gorda", explica Patch Lumpkin, un feedee y aumentador de peso por muchos años dentro de la comunidad. "Me encantaba cómo se veían sus cuerpos y me encantaba verlos comer. Cuando era niño, me metía almohadas en la ropa y pretendía que estaba súper gordo. También me encantaba jugar en el lodo y hacer un desastre con la comida. Me emocionaba incluso antes de saber que era algo sexual".

Otro aumentador de peso, Martin Silva, reflexiona: "Empecé cuando era muy joven –tenía como 14 años– me gustaba la idea de que las niñas engordaran. Me imaginaba cómo se verían con 9 kilos más, luego con 18 y así, y me parecía muy erótico", me dice. "Al mismo tiempo, me excitaba engordar –ser alimentado por una feeder. Así que decidí subir de peso, ya que ambas cosas me excitaban".

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Aumentar de peso es algo que muchos feedes hacen solos en un principio, tal vez con un poco de ayuda de la gente de la comunidad feeder en línea. Pero frecuentemente la relación entre feeder y feedee no está desde el principio de manera directa.

"Para mí, [aumentar de peso] es algo personal, pero también recibo el apoyo de los feeders en Kik", dice la feedee Kyle Chessner. Un feeder directo o indirecto no siempre es necesario para que los feedees disfruten del placer que otorga el amor a la gordura y el ver cómo aumentan de peso, o las humillaciones juguetonas –o no tan juguetonas– con respecto a ese aumento.

"Me encanta ser objeto de burlas por lo gordo que soy y por lo gordo que seré –que me midan, me pesen, me hagan usar ropa muy ajustada para que al comer se revienten los botones".

Para algunos, el acto del feeding puede ser tan simple como comer todo el día. "Yo como carbohidratos, y muchos", dice Chessner. " Constantemente estoy comiendo y rara vez me ves sin comida. Me encanta despertarme en la mañana y examinar mi cuerpo en el espejo y tratar de rastrear visualmente mi aumento".

Para otros, la alimentación puede ir desde una indulgencia semanal hasta planificar una especie de producción: "Básicamente, comida con el juego previo", dice Silva.

"A veces las sesiones de feeding más calientes son las públicas, donde debes pretender que no estás excitado", dice Lumpkin. "En privado, puedes ser salvaje y mezclar el sexo con el feeding directamente. Disfruto que me alienten a comer con placer sexual. Por ejemplo, si estoy comiendo, me estimulan como recompensa, o me dan nalgadas y me penetran el ano si no como como un cerdito bien portado. Me encanta ser objeto de burlas por lo gordo que soy y por lo gordo que seré –que me midan, me pesen, me hagan usar ropa muy ajustada para que al comer se revienten los botones".

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Aunque atascarse de comida puede ser increíblemente erótico para algunos feedees, el aumentar excesivamente de peso rara vez es la meta. "Solo un pequeño número lo lleva a niveles de obesidad extrema", señala Silva. "He visto que para una mujer que pesa 54 kilos su ideal es pesar 74. Otras dicen que 74 kilos es solo un punto de partida y aspiran a pesar 90, etcétera".

Lumpkin está de acuerdo. "Cada cuerpo es diferente. Si tienen problemas de salud debido al peso, la mayoría de los feedees bajarán esos kilos hasta llegar a un peso seguro. Como el BDSM –seguro, sano, consensual", añade. "Algunos de nosotros podemos fantasear acerca de estar inmóviles [debido al peso], pero en realidad todavía queremos una vida activa".

La relación entre feeder y feedee frecuentemente implica una parte dominante y una sumisa, compartiendo ciertas características con la cultura BDSM. Pero como con cualquier relación BDSM, la transacción erótica debe ser mutua –ambas partes tienen que disfrutar de la ganancia de peso. Y como con BDSM, los feeders y feedees responsables se toman su rol muy en serio y son cuidadosos en practicarlo de una forma segura que respete los límites de sus parejas.

Pero ese no siempre es el caso. En el extremo final del espectro feedee hay gente como Donna Simpson, la chica feedee en webcam de Nueva Jersey que una vez se esforzó célebremente para llegar a los 453 kilos con el apoyo de su entonces prometido, Philippe Gouamba. Simpson se alejó de la vida de comer frente a una webcam, regresó a Ohio, y pasó de pesar 272 kilos a 213 con el fin de cuidar mejor de sus dos hijos.

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"'Philippe siempre quería que comiera y aumentara de peso y comiera y aumentara de peso, pero luego se enojaba conmigo porque no podía aspirar el piso. No puedes desear que alguien sea inmóvil y luego enojarte porque no pueden ir a caminar por el parque contigo'."

"Lo único que [Philippe] veía en mí era mi vientre, mi figura, no es que yo fuera inteligente o que debiera ir a la escuela", me dice Simpson. "Creo que se puede decir lo mismo de quienes se encuentran en el otro extremo –cuando las mujeres se ven exactamente como las de la revista Vogue y los hombres solo ven su cuerpo".

Aunque Simpson haya renunciado a sus metas extremas, todavía le atrae la idea de una relación de feeder y feedee. "Si hay un chico que piense que es lindo alimentar y le agrade si subes un poco de peso, entonces no me molestaría", dice. "Por ejemplo, que le parezca genial que te comas otra rebanada de pizza o lleve a casa una caja de siete donas, pero ya caer en los extremos es demasiado".

De hecho, su relación fracasó porque las realidades de dicha ganancia de peso se enfrentaban frecuentemente a las fantasías de su pareja. "Philippe siempre quería que comiera y aumentara de peso y comiera y aumentara de peso, pero luego se enojaba conmigo porque no podía aspirar el piso", dice Simpson. "No puedes desear que alguien sea inmóvil, y luego enojarte porque no pueden ir a caminar por el parque contigo. Cuando llega a ese extremo se convierte en una forma de abuso. Tienes que ser muy egoísta, ser un feeder intensamente hardcore para desear que tu pareja no pueda caminar ni disfrutar de la vida".

Como demuestra la experiencia de Simpson, el Feeding no es intrínsecamente abusivo, sino que puede ser explotado por personas abusivas.

"Philippe era un sociópata de buena fe. Una vez me dijo que había una mujer sin brazos ni piernas, y su marido la paseaba en una caja", me dice Simpson. "Y pensó que sonaba como la mujer perfecta".

Lumpkin reconoce que aunque la mayoría de las personas en una relación entre feeder y feedee están perfectamente ajustadas, la aceptación natural de la comunidad puede ser atractiva para aquellos que no lo están. "Hay una atracción por este estilo de vida para el facilitador y la víctima", dice. "Una comunidad y familia que acepta todo y te ama incondicionalmente es un lugar seguro para esconderse. Esa gente necesita ayuda y estar en su sano juicio antes de hacerle modificaciones a su cuerpo con plena comprensión, con control total".

Son los casos sensacionalistas de aumento de peso extremo y abuso lo que le da una mala reputación al Feederism, impidiendo a muchos feeders y feedes (aunque no a todos) de ser completamente abiertos sobre su estilo de vida. Como dice Lumpkin, "Hay desafíos al vivir este estilo de vida, sin duda. Cargamos con nuestro fetiche".