Visitamos el gimnasio de muay thai que es referente mundial

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Visitamos el gimnasio de muay thai que es referente mundial

En menos de una década, un gimnasio de Bangkok se ha convertido en el referente mundial de los luchadores de muay thai más fieros y experimentados.

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Mi primera impresión cuando atravieso las puertas del gimnasio Sitsongpeenong de Bangkok es que es bonito. Y no me refiero a que esté preparado para turistas extranjeros que están de viaje; después de todo, Sitsongpeenong es conocido por sus luchadores de muay thai y sus duros entrenamientos.

Al contrario que la mayoría de gimnasios enfocados al luchador de thai, Sitsongpeenong es, como digo, bonito. El complejo es espacioso y lo completa una mesa de billar limpia y pulida. Un repaso al recinto deja claro que los interioristas que diseñaron el espacio se lo pensaron un poco.

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Los estudiantes foráneos, igual que los luchadores de muay thai, pueden vivir en el mismo gimnasio. La población de luchadores extranjeros fluctúa durante el año, pero raramente pasa de las 15 personas. "Tenemos diez habitaciones y cuando está lleno, está lleno", explica Tim, el dueño de Sitsongpeenong. Quiere que sea así siempre para mantener la calidad del entrenamiento.

Desde su fundación en 2008, Sitsongpeenong —que significa "estudiantes de dos hermanos", una referencia a los dos hijos de Tim— se ha labrado un buen nombre tanto en la escena local como internacional gracias al éxito de sus luchadores. El gimnasio también es el escenario principal de las memorias de Paul Garrigan Muay Thai Fighter.

Los estudiantes extranjeros están presentes, pero pocos se quedan más de dos semanas o meses. Al contrario que otros locales que se dedican a ganar pasta con los guiris —por ejemplo, la mayoría de la zona de Phuket—, Sitsongpeenong mantiene la esencia gracias al liderazgo de los luchadores nativos como Sittichai y Kem Sitsongpeenong, que ahora luchan habitualmente en arenas internacionales.

Kem, que posee un gimnasio en las montañas Khao Yai junto a su esposa y su familia, ha estado con Sitsongpeenong desde su apertura. Cuando Tim abrió la paradita en 2008 inició una búsqueda para encontrar "al mejor entrenador y al mejor luchador". ¿El mejor luchador? Ese era Kem, que tenía un contrato superior a los 35 000 dólares.

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Después de algunas negociaciones, Tim compró sus servicios por algo menos de esa cifra: "Es un precio barato sabiendo que es él", explica Tim. Kem es una de las mejores inversiones de su vida, ya que mantiene un buen nombre y reputación además de sacar buenas carteras para los combates.

Tras construir su gimnasio ideal y encontrar su luchador de cabecera, faltaba el entrenador. Desde los 15, Tim viajó a Tailandia desde Australia cada año para entrenar en el gimnasio Fairtex. Para su nueva aventura eligió a un viejo llamado Monlit, que llevaba más de 30 años enseñándole el arte del Muay Thai en sus escapadas a Fairtex.

Hacía tiempo que Monlit había dejado el deporte, así que le costó lo suyo convencerle para que volviera a enseñar muay thai. Por fortuna, la empresa de pollería que había montado el entrenador retirado no iba bien, así que le ofreció retomar su viejo trabajo. En menos de un año todo iba sobre ruedas.

Ser solvente no es una tarea sencilla para un gimnasio nuevo. En su caso fueron dos años sin conseguir beneficios. De hecho, el gimnasio perdía dinero cada mes, pero Tim y el equipo mantuvo una actitud optimista y poco a poco la situación fue mejorando. Pero seguía con la misma duda: ¿por qué hacer un gimnasio de muay thai tan acogedor?

"Sabía que no podría sobrevivir con los ingresos de los luchadores, así que lo hemos construido pensando en las comodidades que buscan los visitantes extranjeros", explica Tim. "Queríamos algo bonito". Eso sí, el dinero de los estudiantes foráneos, según él, tampoco habría sido suficiente por si solo.

"Lo que atrae a estudiantes extranjeros es la posibilidad de entrenar con luchadores de clase mundial en un lugar acogedor", sentencia Tim, que cree que en áreas más turísticas como Phuket la gente prefiere quedarse en la playa y salir de noche a dedicar sus estancias en gimnasios a la lucha.

El gimnasio sigue creciendo y la vitrina sigue llenándose de cinturones y trofeos de campeón de sus luchadores, y todo apunta a que Sitsongpeenong seguirá manteniendo los altos estándares de sus inicios.