Hace un par de cientos de años, una invención llamada fotografía cambió la forma en que el mundo se masturbaba. Aquella época oscura de masturbarse usando nada más que la imaginación terminó y empezó a florecer el relativamente nuevo concepto de la “pornografía” como la conocemos hoy en día. Avancemos a la era del internet y veremos que el porno nuevamente se reinventó. De repente fue posible encontrar, con relativa inmediatez, el perfecto y depravado escenario que necesitaras para venirte. Más fácil y más rápido que nunca.
¿Pero exactamente qué tipo de porno hace que la gente se venga más rápido? Para averiguarlo contactamos a los tipos de Pornhub, quienes han analizado cifras sobre la pornografía desde 2013, como el hecho de que en Día de San Patricio las búsquedas de “leprachaun” —aquel clásico duendecito irlandés— incrementaron en un 9 mil por ciento. O que la estrella porno favorita de Ruanda es Kim Kardashian. O que a las mujeres de Rusia, Ucrania y Bielorrusia en serio les gusta el porno anal.
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Le pedimos a Pornhub que compilara una lista de categorías porno —como “anal” y “MILF”— y que las clasificara de acuerdo con la duración promedio del tiempo de visualización de todos los videos de esa misma categoría. El producto fue una lista de los videos vistos por menos tiempo hasta los vistos durante más tiempo, de los cuales el más corto estaba por los 7 minutos y 37 segundos y el más largo en los 11 minutos y 13 segundos.
Aunque claro que hay dos razones por las que alguien podría ver un video porno por poco tiempo: en el mejor de los casos, estaba tan bueno que el espectador se vino luego luego y, ya satisfecho, dejó de verlo. En el peor de los casos, el video era tan malo y perturbador que el espectador lo cerró de inmediato. Para mantener a esta segunda categoría fuera de nuestros resultados, Pornhub removió los valores atípicos —tanto los tiempos de visualización extremadamente cortos como los increíblemente largos—.
De acuerdo con las cifras restantes, la categoría vista durante más tiempo fue la de “viejos/jóvenes”: porno con un hombre más grande, a menudo arriba de los 45, teniendo sexo con una adolescente o veinteañera. De manera nada sorprendente, Pornhub relaciona esta categoría con su audiencia de más de 45 años, lo cual es también el caso con la categoría de “maduros” (porno de viejitos). Según Paul Bryant, un profesor de la Universidad de Indiana que trabaja con el Instituto Kinsey —un centro de investigación sobre sexualidad y reproducción—, esto sigue la línea de investigaciones previas sobre sexualidad. “Uno espera que los viejitos se tarden un poco más en llegar”, dijo a VICE. Además, podemos asumir que, así como lo son con la tecnología en general, los masturbadores mayorcitos probablemente no sean tan buenos para navegar entre videos o para quitarlos justo en cuanto terminan.
Las categorías vistas por menor tiempo fueron las pelirrojas, el hentai, las rubias, universitarias, chichis pequeñas, POV —videos “en primera persona”—, culo, morenas, chichotas y tríos. La mayoría de estos tienen que ver con descripciones físicas. Del otro lado del espectro —viejos/jóvenes, maduros, gay, amateur, interracial, negros, casting—, los términos tenían más que ver con el contexto situacional.
“El contenido que probablemente haga que la gente se venga más rápido es el de los cuerpos que se vean más fértiles, los más núbiles: se trata de una combinación de valor altamente reproductivo”, explica Bryant. Biología simple.
Las preferencias pornográficas también difieren entre espectadores masculinos y femeninos. Al observar la lista de los videos vistos por mujeres, apreciamos que los términos como masturbación, chicos masturbándose, asiáticos y universitarios fueron los vistos durante menos tiempo. Esto significaría que el porno con universitarios asiáticos masturbándose parece ser la fórmula secreta para hacer que las mujeres lleguen al orgasmo rápidamente. Bryant no tiene idea de por qué ocurre esto.
Sin embargo, sí señaló que las categorías con tiempos de visualización mayores, como el hentai, involucraban mayor contenido situacional. “El hentai suele ser para aquellos interesados más en las historias que en el contenido sexual”, menciona Bryant. “Hay más fantasía en las historias”. Algunas investigaciones han mostrado que a las mujeres les prenden más las historias que lo gráfico, lo que sugeriría que en realidad les gustan más estos videos y son más pacientes con la cantidad de tiempo que les tome venirse (contrario a los hombres, quienes podrían aburrirse después de unos minutos y dar clic en el botón de “cerrar”).
También hay en las mujeres una diferencia en la acumulación del deseo, según la investigación de Rosemary Basson. Su análisis encontró que muchas mujeres empiezan sus experiencias sexuales desde un punto de neutralidad que posteriormente se convierte en deseo durante el juego previo o en el acto en sí. Eso podría explicar por qué, en promedio, las mujeres pasan más tiempo que los hombres viendo videos de personas solas.
Finalmente, Pornhub analizó las cifras de términos relacionados con grupos étnicos. Bryant sugiere que la gente busca sobre todo palabras que concuerden con su propia identidad cultural (y de hecho Pornhub confirmó que términos como “japonés” son más populares en Japón, y así con otros términos). Con algunas pocas excepciones, parece que el porno relacionado con culturas conocidas por su apertura sexual (latinoamericanos, italianos) hacen que los espectadores se vengan más rápido que con aquellos relacionados con culturas más reprimidas sexualmente (árabes, japoneses).
“En nuestra investigación encontramos que el contenido japonés, árabe e incluso indio suele ser mucho menos explícito. No muestra tanta penetración, no hay sexo oral recíproco”, explica Bryant. “Por el otro lado, el porno brasileño y latino suele ser del contenido más explícito que existe, y sabemos que lo más explícito lleva a mayor excitación sexual”. Y más excitación sexual lleva a venirse más rápido.
Aunque todo esto suena bastante lógico, Bryant señala que es difícil sacar alguna conclusión concreta de las cifras sin antes ir a la computadora de alguien y verlo masturbándose. En tiempos más simples, antes del internet, la gente veía algunas escenas de cualquier video a la mano. Pero ahora “lo que vimos al analizar cómo es que la gente está viendo porno es que ésta ve varios videos por sesión para llegar al orgasmo”, explica Bryant. Así que los videos vistos por menos tiempo quizá no sean los que inducen orgasmos; más bien, parecen ser sólo la entrada de una sesión masturbatoria multi-video.
¿Entonces sabemos exactamente qué tipo de porno hace que la gente se venga más rápido? No. Pero si tuviéramos que adivinar, apostaríamos todo al porno con lesbianas pelirrojas latinas. O algo así.
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