¿Quién era la mujer asesinada por supremacistas en Estados Unidos?

Heather Heyer, la joven asesinada el sábado pasado por un joven neonazi durante una manifestación de blancos supremacistas, había ido aquel día al centro de la ciudad de Charlottesville, Virginia, en Estados Unidos, para apoyar la decisión gubernamental de remover de la vía pública una estatua en honor a un célebre esclavista.

La joven de 32 años quería mandar un mensaje claro a todos los neonazis y simpatizantes del grupo racista Ku Klux Klan (KKK), quienes habían organizado una gran concentración pública ultraderechista para defender la estatua de su héroe, un tipo que gustaba de comprar y coleccionar “negros”.

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Sin embargo, su decisión se convirtió en tragedia cuando un manifestante de 20 años aceleró su automóvil hacia los opositores del KKK y lo estrelló contra ellos, matando a Heather Heyer e hiriendo, al menos, a 19 asistentes más.

Alfred Wilson, el exjefe de la joven, contó a la agencia de noticias Reuters que la vida de Heather Heyer estuvo marcada desde muy joven por un fuerte sentimiento de lucha contra la injusticia social.

Heather Heyer, de 32 años, falleció el sábado a causa de deliberado atropellamiento. (Imagen por Heather Heyer via Facebook/Handout via Reuters).

“Había veces en que entraba a su oficina y ella estaba llorando por varias casos de injusticia que veía en el mundo”, recordó Alfred Wilson, quien contó que alguna vez encontró a su exempleada sollozando por los comentarios islamofóbicos que leía en internet.

“Era una mujer muy fuerte, tenía grandes convicciones para ser tan joven. Todo lo que ella hacía era trabajar por un mundo equitativo”.

Heather Heyer nació en Charlottesville, la casa del campus principal de la Universidad de Virginia. Fue criada en un pueblo cercano y se graduó de la preparatoria William Monroe en Stanardsville. Una gran parte de su trabajo social era ayudar a las personas que enfrentaban un juicio de pérdida de sus hogares o que necesitaban ayuda para pagar sus deudas por servicios médicos.

Además, fue voluntaria en la campaña presidencial de Bernie Sanders, el aspirante demócrata que quería ser presidente, pero que perdió la nominación de su partido frente a la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton.

Ella consideraba injusto que, al ser una mujer de piel blanca, pudiera disfrutar de ciertos privilegios que su exjefe, Alfred Wilson, no tenía por ser un hombre afroamericano.

“Tú eres un hombre estudioso y educado, pero si entras a una tienda habrá gente siguiéndote porque piensa que te robarás algo sólo por el color de tu piel y eso no es justo”, le dijo alguna vez Heather Heyer a su exjefe, según lo contó a la agencia de noticias Reuters.

Heather Heyer era una férrea opositora del presidente Donald Trump y también una abierta detractora de Jason Kessler, el blogger que organizó la marcha “Derechas Unidas” que costó la vida de la joven activista.

“Una de las cosas que más le molestaban a Heather era la pasada elección presidencial”, dijo Alfred Wilson. “Literalmente, se ponía a llorar en la oficina porque le preocupaba lo que pasaría con nuestro país, si este odio se seguía esparciendo”.