2019: El año en que nos dimos cuenta de que nuestra vida se limitaba a trabajar y preparar 'tuppers'

Nadie recordará el 2019 como uno de los años más felices de su vida. Nos hemos dado cuenta de que el planeta se va a la mierda. Nos han bombardeado una y otra vez con la llegada de una nueva crisis. Hemos votado tropecientasmil veces y los acuerdos han tardado en llegar.

Han exhumado a Franco y la extrema derecha ha subido. La gente ha salido a la calle a protestar, por la lucha feminista, por el cambio climático, y aún así se ha celebrado una cumbre en Madrid por el clima donde los principales patrocinadores son las empresas que más contaminan.

Ha sido un año de impasse que ha servido para abrirnos los ojos y darnos cuenta de que nuestra vida se limita a trabajar y preparar “tuppers”. De pequeños nos habían inculcado que teníamos que estudiar para el día de mañana ser alguien “de provecho”. Aún no sabemos muy bien qué significaba aquella expresión. Lo que sí hemos descubierto es que el tiempo corre y estamos inmersos en dejavú sin fin que se limita a currar y preparar comida que envasamos en un recipiente para comérnosla al día siguiente. Nuestra vida es bastante aburrida y no hacemos nada para solucionarlo.

Pero también este año han pasado muchas otras cosas no tan de mierda que merecen ser comentadas. Nos hemos dado cuenta de que hay que hacer algo para evitar que el mundo se colapse, el auge de la conciencia ecológica ha venido para quedarse y que hay cosas de nuestro día a día que hay que cambiar. Por ejemplo, que deberíamos dejar de viajar. Que en 1950 había 25 millones de turistas. Hoy 1400 millones. Y que estamos viviendo una situación totalmente insostenible ecológica y socialmente.

También ha sido el año en la que las redes han sido dominadas por inesperadas influencers que ponen de manifiesto que no queremos ver productos prefabricados en nuestras redes sociales. Desde la Reina del Brillo, una auténtica visionaria de las Stories, a Perro Viejo y Ramón, que se han convertido en personajes entrañables de nuestro imaginario, o a la camaleónica Maria Rispa y sus inexplicables y sorprendentes cambios de imagen y personalidad.

Los españoles somos personas con una fijación muy pasional por nuestra historia y 2019 se recordará en ese sentido como el año en el que se sacó a Franco del Valle. Pero la ¿buena? noticia es que parece que nos preocupa toda nuestra historia y no solo las partes más dolorosas de la misma, como la del vídeo porno más visto de España. Y no, no es el de Apolonia Lapiedra haciendo la técnica de la batidora que contó en la Resistencia. Se titula “Mom and son share bed” y Pol Rodellar consiguió hablar con Mandy Flores, productora y actriz de la pieza.

Pero el presente también nos ha traído más de un dolor de cabeza este año: con dos eleccioness generales, unas municipales y algunas autonómicas, hemos visto más veces la cara de Ferreras flipándolo con el pactómetro que la de nuestros padres. Por suerte, las campañas nos regalaron momentos increíbles, como el tobogán más largo de Europa que inauguró el Ayuntamiento de Estepona en dicha localidad y que desde un primer momento se preveía como una auténtica locura. Sabíamos que iba a dar juego, pero no podíamos prever el vídeo de la concejala del PP de la localidad que se quedó en bragas al lanzarse por él. La prueba irrefutable de que cumplir las promesas electorales tampoco es garantía de nada.

En fin, esperemos que el 2020 sea un poco mejor ¯\_(ツ)_/¯.

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