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Relaciones

Este es el número máximo de amigos que puedes tener

No, Roberto Carlos. No puedes tener un millón de amigos para así muy fuerte poder cantar.
La peñusa de fiestusa. Imagen vía usuario de Flickr Split the Kipper/CC BY 2.0

Lo sentimos, Roberto Carlos. No puedes tener un millón de amigos para así más fuerte poder cantar. De hecho no puedes tener más de 150. Así lo estimó en los 90 el antropólogo y psicólogo Robin Dunbar en su Teoría del Cerebro Social. Tras estudiar distintas sociedades a lo largo de la Historia, desde grupos neolíticos primitivos hasta oficinas modernas, Dunbar determinó que existe una relación entre el tamaño de una región del cerebro (el córtex prefrontal, involucrado en la planificación de comportamientos cognitivamente complejos) y el número de relaciones estrechas que cada uno de nosotros puede establecer.

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Así lo explicaba el antropólogo en una entrevista con Eduard Punset en el año 2011: "A diferencia de lo que ocurre en otros mamíferos o en las aves, el tamaño de los grupos sociales de las especies de monos y simios guarda relación con el tamaño de su cerebro. Creemos que lo que sucede es que los primates (los monos y simios) han aprovechado el tipo de cognición o psicología que otras especies utilizan para las relaciones monógamas y la han hecho extensiva a todos los miembros de su grupo, para crear amigos, por así decirlo.


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De ahí la relación tan estrecha entre el tamaño cerebral y el tamaño del grupo en los primates. El ser humano no es más que la versión más radical de este fenómeno: tenemos el cerebro más grande y también los grupos más grandes. Nuestros grupos sociales suelen incluir a unas 150 personas. En algunos la cifra es ligeramente menor y en otros mayor, pero por lo general tenemos unos 150 amigos y allegados, incluidos nuestros parientes", afirmaba.

A ese grupo de amigos o allegados se le llamó "Número de Dunbar". Y un grupo de científicos, encabezados por investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid y la Universidad de Oxford lo ha corroborado mediante fórmulas matemáticas de la física estadística.

Partiendo de la premisa de que el número y la organización de nuestras amistades está condicionada por nuestra capacidad cognitiva, es decir, por la cantidad de tiempo y esfuerzo mental que les podemos dedicar, estos científicos han aplicado la teoría matemática basada en la física de la máxima entropía para explicar el fenómeno social y corroborar la tesis de Dunbar.

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Cada persona tiene un promedio de uno o dos mejores amigos y aproximadamente cinco amigos íntimos. Después habría alrededor de diez buenas amistades

Según explica Anxo Sánchez, catedrático de Matemáticas de la Universidad Carlos III, algunas de sus conclusiones han sido que, potencialmente, personas con una elevada capacidad cognitiva podrían ampliar el círculo de amistades íntimas o que cuando hay pocas personas accesibles para establecer una relación, el círculo de las amistades estrechas entre la gente disponible se amplía.

También ocurre a la inversa como afirma otro de los investigadores del estudio, Ignacio Tamarit, del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos de la UC3M. "No podemos tener relaciones con unas 150 personas y que todas sean íntimas. Por tanto, si se tienen muchísimas relaciones, tiene que ser al coste de que casi todas sean superficiales”.

Porque de los 150 amigos que podemos tener, no todos tienen la misma relevancia, por eso también estableció la Teoría de los Círculos. Según esta, cada persona tiene un promedio de uno o dos mejores amigos y aproximadamente cinco amigos íntimos. Después habría alrededor de diez buenas amistades, un grupo de 30 a 35 personas con las que el trato es frecuente y, en el último escalón, un grupo de aproximadamente 100 conocidos con los que se trata ocasionalmente.

“Si tienes un mejor amigo y se va a vivir fuera, o rompes con tu pareja, de repente te queda un hueco. El cerebro parece que lo detecta y dice: hay sitio libre"

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"Hasta ahora había pocas evidencias empíricas para los círculos de Dunbar, pero ahora lo estamos verificando con datos reales", declaraba Anxo Sánchez, que afirma que, tras recoger datos a partir de encuestas sociológicas, en combinación con un modelo matemático de la física estadística, "la distribución de Dunbar se cumple para la mayoría de las personas".

Otro de los daros curiosos del estudio es que la estructura de estos círculos de amistad es dinámica. “Si tienes un mejor amigo y se va a vivir fuera, o rompes con tu pareja, de repente te queda un hueco. El cerebro parece que lo detecta y dice: hay sitio libre. A lo mejor en la capa de conocidos no lo notas pero en los primeros círculos sí que detectas ese vacío y lo llenas. Nos comportamos de alguna manera como si fuéramos átomos y tuviéramos electrones”, explicaba Sánchez e El País.

Pero, ¿qué pasa con Facebook, Instagram, y esa peña a la que conoces "de Twitter" pero con la que hablas más que con tu madre? ¿De qué manera afecta esa "memoria externa" que son las redes sociales a nuestra capacidad cognitiva? Dunbar ya puso de relevancia la importancia de las relaciones "en analógico" y sus diferencias en la interacción mediante las redes, y eso es en lo que los investigadores están trabajando ahora.

"Evidentemente, nadie tiene ni tiempo ni capacidad cognitiva para relacionarse ni revisar el perfil de Facebook de miles de persona. Las redes están causando una cierta redistribución del capital o esfuerzo que dedicamos a cada relación, hacen que tengamos menos amigos y más conocidos", comenta Anxo Sánchez. "Es verdad que ahora puedo saber qué has desayunado leyendo un tuit, pero ¿significa eso que te conozco mejor?", se preguntaba Dunbar en una entrevista a The Guardian en 2010. Una cuestión que quizá deberíamos plantearnos de vez en cuando entre storie y storie, "megusta" y rt.

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