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Eurovision

Analizamos las canciones rivales de Amaia y Alfred en Eurovisión

Aunque no están entre los favoritos, si te sobran 20 euros apuéstalos al dúo español. Viendo a sus rivales, quizás dan la sorpresa.
Imagen vía Eurovision/YouTube

Aquí va un consejo gratis: si te sobran 20 euros, apuéstalos a la victoria de Amaia y Alfred en la gala de Eurovisión que se celebra mañana en Lisboa. Con las inexistentes opciones de victoria que tiene la pareja española según todas las casas de apuestas, un triunfo te asegura unas vacaciones de verano a cuerpo de rey. Para lograr semejante proeza, altamente improbable, los exconcursantes de Operación Triunfo tendrán que competir con un amplio elenco de canciones mejor posicionadas entre el gusto del público y los entendidos en la materia. Las analizamos a continuación.

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“Toy”, de Netta Barzilai
Israel La gracia de Eurovisión es que da voz, voto e incluso opciones de triunfo a canciones que cualquier A&R y ejecutivo discográfico o cualquier jurado de Factor X o Got Talent rechazaría sin tan siquiera pestañear. La canción de Israel, una de las pocas que no se ha movido de las apuestas ganadoras desde que se dio a conocer, es una de ellas. ¿Una mezcla de Paquita Salas y Björk cacareando como si fuera una gallina a ritmo de EDM cutre y con un trasfondo feminista? Hombre, póngame dos, por favor. Gane o no, ahora ya qué más da, “Toy” es la gran triunfadora de esta edición: ha hecho el ruido suficiente para que medio mundo conozca a su cantante y ha vuelto a demostrar que Eurovisión sigue siendo la última esperanza de cientos de outsiders del panorama musical.

“Fuego”, de Eleni Foureira
Chipre

¿Alguien se imagina un cruce entre Inma Cuesta y Raquel Bollo haciendo de Beyoncé? Más o menos es lo que ha convertido a Eleni Foureira en una de las sorpresas de esta edición. Su actuación en la semifinal del martes disparó sus opciones de triunfo y se convirtió en la pesadilla inesperada de los Amaiers: parece muy complicado competir con tres minutos de coreografías extenuantes, mucho booty talk, sensualidad de brocha gorda y una producción que se sabe al dedillo todos los tics y trucos del nuevo R&B estadounidense.

“Mercy”, de Madame Monsieur
Francia Francia es ese amigo pedante que se pone estupendo incluso cuando en una cena se debate sobre Supervivientes o la cobra de Chenoa a Bisbal. Ni tan siquiera en un evento como Eurovisión el país vecino se deja llevar y explota su faceta más frívola y desenfadada: “Mercy”, del dúo Madame Monsieur, es un auténtico coñazo. Otro ejercicio más de superioridad cultural y moral made in France que incomprensiblemente está pujando muy alto en las apuestas de última hora. Si consigues escucharla del tirón sin bostezar te has ganado todo mi respeto.

“That’s how you write a song”, de Alexander Rybak
Noruega

Más conocida como “la del freak hiperactivo del violín”. Noruega no se anda con muchos rodeos: si Alexander Rybak ya ganó en 2009 con “Fairytale”, ¿qué nos hace pensar que no pueda volver a lograrlo este año? Y si entonces su victoria ya fue bastante discutida por algunos eurofans, ¿qué nos hace pensar que no vuelva a serlo este año en caso de producirse? Personalmente me gusta más “That’s how you write a song” que la anterior, síntoma inequívoco de que tiene menos opciones. Con ese toque funky algo demodé, los insertos forzadísimos del violín y la voz inexpresiva de Rybak, el país escandinavo aplica la ley del mínimo esfuerzo y aun así vuelve a tener posibilidades de triunfo. Putos nórdicos.

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“When we’re old”, de Ieva Zasimauskaite
Lituania

Baladote romántico y preciosista, con el piano como principal acompañamiento musical, que juega a la emoción más primaria y epidérmica. Aunque no es un dueto, al término de la canción aparece de la nada un maromo con el que la vocalista lituana se funde en un sentido abrazo. ¿Os va sonando, no? Por temática, estética y puesta en escena, la gran rival de Amaia y Alfred. Básicamente son dos gotas de agua desde el punto de vista conceptual, pero a mi modo de ver esta resulta considerablemente inferior a la española. Su elevado puesto en las apuestas más fiables sigue siendo uno de los misterios por resolver más complejos de 2018.

“Dance you off”, de Benjamin Ingrosso
Suecia

Benjamin Ingrosso se conoce al dedillo los discos de Justin Timberlake, Bruno Mars y Justin Bieber. Su más que correcto “Dance you off” es un resultón ejercicio de estilo disco-pop que no desentonaría en cualquier playlist motivacional de Apple Music o Spotify. Y su puesta en escena, más cercana al videoclip que a una actuación en directo, es de las más elegantes y refinadas de esta edición. Pero le falta chicha: como si fuera una cafetería con wi-fi, paredes de ladrillo visto, mesas de madera de roble y camareros simpáticos en la que sirven café aguado y bollería congelada, la canción sueca entra bien pero no invita a repetir.