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Drogas

Así de fácil es comprar Rubifen, la cocaína de los pobres, en España

También la llaman “la droga inteligente” y mucha gente la toma para estudiar.
CS
ilustración de Carla Sánchez
Rubifen
Ilustración por Carla Sánchez

Hace unas semanas agentes de los Mossos d’Esquadra detuvieron a un hombre que trabajaba en una farmacéutica de la provincia de Barcelona y lo acusaron de llevar a cabo un delito contra la salud pública y contra el patrimonio. El señor en cuestión se dedicaba a sustraer pastillas de Rubifen de su puesto de trabajo aprovechando su puesto de coordinador y supervisor del turno de noche. Recogía las píldoras que no cumplían con los estándares y luego las ponía a la venta por setenta euros en lotes de cien. Solo durante el mes de octubre hizo un total de 154 envios por los que consiguió más de 17 000 euros.

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Este mismo año la fiscalía pidió dos años de cárcel a un médico del Hospital Doce de Octubre de Madrid que falsificaba recetas para prescribirse a sí mismo grandes dosis de Rubifen. El doctor reconoció los hechos y finalmente fue inhabilitado durante un año y nueve meses para ejercer la medicina en el Sistema Nacional de Salud, además se le impuso una multa de 1260 euros.


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Pero, ¿qué es el Rubifen y para qué sirve? Se trata de un medicamento compuesto por metilfenidato, un psicoestimulante similar a las anfetaminas, que es usado con receta médica para tratar algunos casos de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. El fármaco en sí, según nos cuenta Fernando Caudevilla, médico experto en drogas y asesor de Energy Control, provoca lo que vienen a ser los efectos secundarios de las anfetaminas: taquicardia, ansiedad, contractura de mandíbula… Pero según explica Fernando, sin los efectos estimulantes buscados en otro tipo de pastillas. A pesar de que mayoritariamente es usado por jóvenes en época de exámenes como estimulante, hay personas que lo usan con fines recreativos.

Aunque no existen estadísticas fiables sobre la compra-venta de este producto sí que podemos decir que las búsquedas de Rubifen y de otros nombres comerciales del metilfenidato, se han duplicado en el último año y, a pesar de que no sea un dato representativo por lo que se refiere al consumo de este producto, sí puede resultar significativo en cuanto al interés por el mismo.

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Si analizamos otras marcas que contienen esta sustancia veremos que también han aumentado aunque no tanto como en el caso del Rubifen. Sin embargo, las búsquedas de Rubifen acompañado de las palabras “para estudiar” se disparan en Google Trends. Además son varios los hilos de foros en el que se recomienda el producto para esta finalidad.

No hace falta buscar mucho para dar con un sitio de venta de este producto en una web normal, sin necesidad de entrar en la deep web, en el que encontrar un número de teléfono al que escribir para conseguir esas pastillas. Hice la prueba y contacté con ellos:

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En el portal contactado pedían 25 euros por una caja de Rubifen de 30 comprimidos, pero hemos encontrado a personas que lo venden aún por menos a través de otros portales de anuncios: 15 euros la caja de 20 mg. Incluso hemos encontrado una oferta de Black Friday a 4,84 euros el cajetín.

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Si lo compramos en la farmacia nos saldrá más caro que por internet pero el producto será mucho más fiable y no habrá que pagar gastos de envío. Muchos de los fármacos vendidos por internet provienen de América Latina, donde es más sencillo conseguir la sustancia en el llamado mercado gris. Sin embargo la OMS ha alertado en varias ocasiones que la mitad de medicamentos vendidos en sitios fraudulentos por internet son falsos. Desde Energy Control recuerdan que habría que analizar las sustancias para reducir cualquier tipo de riesgos, pues no siempre lo que venden bajo un determinado nombre por internet es realmente lo que dicen que es y eso puede resultar peligroso.

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En España, para conseguir Rubifen o metilfenidato en cualquiera de sus nombres comerciales, es necesario tener una receta del medicamento. Hice la prueba en tres farmacias distintas de Barcelona y en todas ellas me la han pedido. A pesar de ello consumidores habituales del producto aseguran que años atrás eran mucho menos estrictos en este sentido.

Conseguir la prescripción médica, en determinados casos y ambientes puede resultar a veces sencillo. Andrés tiene 29 años y admite que era consumidor habitual de Rubifen en su época universitaria. A los 24 años la probó por primera vez y asegura que en cada época de exámenes sentía la necesidad de tomársela. “La receta la conseguía a través de un amigo mío que es dentista. Era realmente fácil comprarlo y nadie preguntaba nada. No tenía ni idea que los dentistas pudieran recetar este tipo de sustancias, pero el caso es que en su día colaba”.

Andrés explica que fue él el que les presentó el Rubifen a sus amigos: “Poco a poco mis compañeros también se fueron enganchando, pero ellos compraban la pastilla a través de internet. Lo hacíamos solo para estudiar”. Explica que alguna vez ha utilizado la pastilla para estar más concentrado en el trabajo, pero ha sido en contadas ocasiones. “Por mi personalidad y mi manera de ser prefiero no usarla actualmente”, nos dice.

Es bien conocido que en Estados Unidos, en el ambiente de los campus universitarios, este tipo de pastillas son muy comunes, aunque las más conocidas son el Adderall y el Ritalín, que tienen compuestos distintos al Rubifen porque son de liberación prolongada. De hecho medicamentos como el Ritalín son clasificados por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos como un narcótico de clase II, la misma clasificación que la cocaína, la morfina o las anfetaminas.

Aunque en España el consumo de metilfenidato no esté tan extendido como en otros países europeo , los expertos aseguran que este tipo de fármacos psicoestimulantes tienen tendencia al alza y pueden crear adicción, entre otros efectos secundarios.

El uso prolongado de este tipo de fármacos puede producir tolerancia y puede llevar a necesitar dosis cada vez más elevadas, así como también un efecto rebote, es decir la reaparición de los síntomas cuando finaliza el efecto del medicamento.

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