El 26 de febrero de 1964, el día después de que Cassius Clay —entonces de 22 años— derrotara al campeón de peso completo Sonny Liston, un periodista le preguntó en una rueda de prensa si era miembro de la Nación del Islam (NOI, de sus siglas en inglés).
La pregunta intentaba confirmar los rumores sobre la asociación del joven boxeador con la organización religiosa gracias a la amistad que le unía con el líder activista Malcolm X. La situación estaba envuelta en una fuerte polémica: poco antes del combate entre Clay y Liston, el padre de Cassius le había dicho a la prensa que sus hijos (Cassius y Rudolph Valentino) habían recibido un “lavado de cerebro” por parte del NOI.
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Antes del combate, sin embargo, Clay Jr. se negó a comentar las declaraciones de su padre. “No me importa lo que diga mi padre. No me interesa. No hablaré. Estoy aquí entrenando para la pelea y es todo lo que diré”, aseguró. Después de ganar la pelea, sin embargo, Cassius se mostró dispuesto a hacer comentarios más directos.
“¿Miembro? ¿Qué significa eso?”, musitó el boxeador tras vencer a Liston. “Sé hacia donde voy, y conozco la verdad, y no tengo que ser lo que ustedes quieren que sea. Soy libre de ser lo que quiero ser”, afirmó. Seguidamente, Cassius rechazó su apellido al considerar que los nombres de los afroamericanos eran heredados de sus amos. “A partir de ahora seré conocido como Cassius X“, dijo.
Cassius se encontró con los líderes del NOI Elijah Muhammad y Malcolm X a través de amigos que pertenecían al Templo Islámico. Los discursos de Malcolm X le impactaron.
“Mi primera impresión fue, ¿cómo es que un hombre de color puede hablar sobre el gobierno, sobre las personas blancas, y ser tan atrevido y no recibir un balazo?”, aseguró Muhammad Ali en una entrevista concedida muchos años después, en 1989. “Hablando sobre todo un movimiento, siendo tan diferente de los demás y tan valiente… ¿Cómo podía decir esas cosas? Sólo Dios podía estarlo protegiendo. Malcolm X caminaba solo, no tenía miedo, y eso me atrajo”.
Ali se unió secretamente a la Nación del Islam, y de manera menos secreta se hizo amigo de Malcolm X, quien pronto demostró ser un espíritu afín. “X y Ali estaban en lo mismo”, escribió J. Tinsley para el medio estadounidense Uproxx. “Ambos eran jóvenes, atractivos, inteligentes… eran hombres afroamericanos honestos, que asustaban mucho a los blancos durante un período en el cual las tensiones raciales eran la norma”.
Durante tres años, Ali se mantuvo asociado con NOI de la manera más privada posible, “escondiéndose, manteniéndose callado, actuando como si estuviera loco”. Al boxeador le preocupaba seriamente el impacto que su afiliación religiosa y política con la organización podía tener en su aún incipiente carrera deportiva.
“Asumí que me presionarían si lo revelaba, así que me mantuve callado durante aproximadamente tres años. Me escabullía hacia las reuniones, entraba por la puerta trasera, buscaba al policía y dejaba que me revisara antes de entrar. Pero cuando me enfrenté a Sonny Liston, al ver que estaba a un paso de la cumbre de mi deporte, dije… no lo sé, les dije que esa noche pelearía con Liston y lo revelaría todo después del combate”.
“En aquel entonces, la Nación del Islam era considerada por los medios estadounidenses como un grupo altamente peligroso”, escribió Jeff Nilsson del Saturday Night Post. “Habían rumores que apuntaban a que los musulmanes de color crearían por la fuerza una nación separada para los afroamericanos, así que cuando Ali anunció su conversión, los medios reaccionaron como si hubieran sido traicionados”.
Estos mismos medios habían presentado previamente a Sonny Liston —un tipo a quien antes habían tachado de gorila— como la Gran Esperanza Blanca contra el arrogante novato Muhammad Ali. Un reportero de deportes llegó a escribir que “Liston era un matón, pero ahora es nuestro policía; es el gran Negro al que le pagamos para que mantenga a los Negros insolentes en su lugar”. Sí, la cita es literal.
Tras el anuncio de Ali, el prominente escritor de boxeo Jimmy Cannon acusó a Muhammad de utilizar el deporte como “un instrumento de odio masivo” y como “un arma de maldad”.
Más allá del tratamiento mediático, es cierto que la Nación del Islam era un movimiento ciertamente polémico y no exento de sectores violentos. Cassius Clay padre estaba decididamente del lado anti-Nación; que su hijo renunciara al apellido le dolió especialmente. De hecho, llegó a sospechar que NOI le estaba quitando dinero a Ali.
“La Nación negó que pidiera dinero a Ali, pero Herbert Muhammad, hijo del líder Elijah Muhammad, pronto se convirtió en representante del boxeador. Le cobraba un 40 por ciento de las ganancias por sus servicios”, escribió Mikal Gilmore en Men’s Journal. El padre de Ali también se sentía molesto por las creencias de la organización: “Los musulmanes dicen a mis hijos que odien a los blancos y a las mujeres, que odien a su madre. Los musulmanes me llaman malo porque creo en Dios. Lo único que quieren es dinero”, aseguró Clay sénior.
En un perfil redactado en 1964 por el escritor de The Saturday Evening Post Myron Cope, Muhammad Ali se refirió a las preocupaciones del “diablo blanco”: “Solo me dedico a señalar las cosas malas que los blancos han estado haciendo”, aseguró el boxeador. “Explotan a todas estas personas de color en la iglesia y lanzan manguerazos de agua hacia la gente de color en las calles [en las manifestaciones]. No es el color lo que te vuelve malvado, son tus acciones” dijo Ali.
“Así nos lo ha enseñado nuestro líder, Elijah Muhammad”, proseguía el boxeador. “Nadie puede discutirlo. Yo soy una autoridad en el Islam: solo soy un seguidor. Si eres de raza azul y haces acciones del diablo, entonces te llamamos diablo. Hay personas blancas que han muerto en manifestaciones bajo las ruedas de tractores conducidos por afroamericanos: a esas jamás las llamaría demonios”.
El padre de Ali, sin embargo, no estaba tranquilo. Una noche, se emborrachó y llevó un cuchillo al gimnasio en el que estaba entrenando su hijo jurando “asesinar a todos los musulmanes negros”.
“Lo que el padre no entendía —o tal vez sí, lo cual intensificaba aún más su rabia— era que su hijo había encontrado en la Nación del Islam un nuevo tipo de familia que no había conocido antes”, escribió Gilmour en el libro Cómo Muhhamad Ali conquistó el miedo y cambió el mundo. “En la persona de Malcolm X en particular, Cassius descubrió un camarada y un ejemplo a seguir, a pesar de que luego terminó siendo la relación más problemática de su vida”.
Las tensiones entre Elijah Muhammad y Malcolm X estaban llegando a un punto crucial en el momento en que Cassius X públicamente se unió a la Nación. Entre los puntos de choque ideológico entre los dos líderes se encontraba el mismo Cassius.
“Algunos miembros de la Nación aseguraron que la amistad con un un ‘peleador tonto’ como Cassius Clay era irresponsable por parte de Malcolm. El líder, Elijah Muhammad, creía que ‘no había manera de que Clay ganara’ contra Sonny Liston y quería que la nación se distanciara de él”, explica Gilmour.
Ali anunció públicamente su cambio de punto de vista tras la derrota de Liston, pero el daño ya estaba hecho. Apenas una semana después del combate, Malcolm X habló públicamente sobre su partida de la Nación del Islam, denunciando a Elijah Muhammad y declarando su intención de continuar el activismo con un nuevo grupo propio. Días después de eso, Cassius X cambió de nombre y se convirtió definitivamente en Muhammad Ali.
Cuando el cineasta y profesor universitario Sam Pollard preguntó a Ali sobre la importancia de cambiarse el nombre en la entrevista de 1989, el boxeador respondió lo siguiente:
“Una vez conocí a un hermano. Vestía un dashiki, una bata africana, y sandalias, y tenía la piel muy oscura. Le pregunté, ‘¿Cuál es tu nombre?’. Él me dijo: ‘George Washington’. Un afroamericano llamado George Washington. Le dije, ‘Yo me llamo Clay, y mi padre se llama Clay por que hace 200 años le llamaban propiedad de Clay. Estos son nombres que nos identificaban como propiedad de ciertos amos’”.
“El nombre de Muhammad Ali es común cuando viajo. Muhammad es el nombre más común en el mundo: un tercio de la población mundial es musulmana. Así que cuando adopté el nombre Muhammad Ali y peleé contra Floyd Patterson, y el ‘speaker‘ anunció mi nombre, todos en la arena dijeron, ‘¿Cómo?’. Todo el mundo saltó, porque es un nombre común en el mundo pero no en Estados Unidos”.
“Cuando escucho el nombre de alguien, quiero la verdad. Las personas que ven esta entrevista ahora, tienen nombres de esclavo si son negros. Si dejas el país y vas a Asia y África, lo único que escuchas son nombres como Hassan, Omar, Ishmael, Elijah, Muhammad, Ali, Akbar. Estos son nombres de personas de color. Ahora que soy libre, ¿por qué no oponerme al Tío Sam y escoger un nombre bonito? Es por eso que cambié mi nombre”.
Pasar de Cassius Clay a Muhammad Ali, sin embargo, tuvo un precio personal. Según Gilmour, “La orgullosa aceptación del joven boxeador sobre su cambio de nombre le facilitó la elección entre la Nación del Islam y Malcolm X [que entonces ya eran opuestos]”.
Ali eligió Muhammad: “Elijah Muhammad me dio un nombre, Muhammad Ali. ¡Sentí que me había liberado!”, escribió el campeón sobre su elección en su autobiografía de 2004, El Alma de una Mariposa: Reflexiones sobre el Viaje de una Vida. “Estaba orgulloso de mi nombre, dedicado a la Nación del Islam. En ese momento de mi camino, simplemente no estaba listo para cuestionar las enseñanzas de Elijah Muhammad. Me vi obligado a elegir cuando Elijah Muhammad insistió en que rompiera los lazos con Malcolm”.
Después de eso, Ali solo volvió a ver a Malcolm X en una ocasión. “Estaba de gira por Egipto, Nigeria y Ghana. Vi a Malcolm X en Ghana, donde se había detenido en su camino de regreso a Estados Unidos. Había terminado una peregrinación hacia la Meca, un viaje que todos los musulmanes devotos deben hacer una vez en la vida: vestía la tradicional bata blanca musulmana, lo cual era un signo más de su ruptura con Elijah Muhammad, y caminaba con un bastón que parecía una vara de profeta”, explicó el boxeador. “Pensé que había ido demasiado lejos”.
“Cuando se acercó a saludarme, me di la vuelta para hacer pública nuestra separación”, escribió Ali sobre el encuentro. La ruptura era definitiva.
“La leyenda de Ali en el ring continuaba formándose mientras Malcolm X marchaba en lo que creía la ruta de la rectitud tras su regreso de la Meca. No soy nadie para decir lo que pensaba cada uno en 1964, pero estoy seguro de una cosa: a pesar de sus sonrisas y discursos, Ali pensaba en Malcolm y Malcolm pensaba en Ali”, escribió Tinsley para Uproxx.
“Ambos habían luchado juntos durante mucho tiempo, mientras se convertían en los rostros de sus respectivas profesiones, por causas que ninguno de los dos sabía si vería cumplidas durante su vida”, decía Tinsley. “Ambos probablemente querían hacer bien las cosas y seguro que pensaban el uno en el otro. El orgullo, sin embargo, es una droga muy poderosa: es la daga que el hombre ha estado dispuesto a clavarse en su propia espalda desde el inicio de los tiempos”.
Malcolm X fue asesinado el 21 de febrero de 1965 mientras se preparaba para hablar en Harlem, antes de que Ali o que todos los Estados Unidos pudieran comprender su manera de pensar. Ali, al menos, lo entiende ahora: como lo dijo en su libro, siente mucho no haber tenido nunca la oportunidad de decírselo a su viejo amigo.
“Darle la espalda a Malcolm fue uno de los errores más grandes de mi vida, seguramente del que más me arrepiento”, confiesa Ali. “Ojalá hubiese sido capaz de decirle a Malcolm que lo sentía, que tenía razón sobre muchas cosas. Pero fue asesinado antes de que tuviera la oportunidad de hablar con él”.
“Malcolm era un visionario, más adelantado que cualquiera de nosotros”, prosigue Ali. “Malcolm fue el primero en escribir la verdad, que el color no hace malvado al hombre. Es el corazón, el alma y la mente lo que define a una persona. Malcolm era un gran filósofo y un amigo aún mejor”.
“Tal vez nunca me hubiera convertido en musulmán si no fuera por Malcolm. Si pudiera regresar y hacerlo todo de nuevo, nunca le hubiera dado la espalda”.
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