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Música

El porno más hardcore del mundo no está en imágenes, sino en audio

Lo peor del porno no está en Youporn, sino en tracks que tenemos aquí adentro.

A principios de los 70, cuando el porno apenas estaba cociéndose, la idea de buen contenido sexual consistía en medio verle las tetas a Dyanne Thorne mientras medio se cogía a un "doctor" (porque parecía "doctor" como moneda de tres pesos) con trips bastante sadomasoquistas. Había entonces (o al menos así me imagino que era, porque si no es así no encuentro otra razón aparente para lo que estoy apunto de escribir) un hambre voraz por porno en cualquier presentación.

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Gracias a esa fiebre sexual, los magnates que se encargaban de producir sexo en cantidades masivas, aumentaron su fortuna con la manera más fácil y económica de trasportar porno: audios sexuales puestos en tapes que se podían reproducir en cualquier estéreo. Estos tracks, que resultan ser una especie de radio novela con gemidos mal grabados y títulos como Locas fornicadoras, eran (probablemente) uno de las máximos disfrutes para los adictos al sexo.

Seguramente, tu papá y sus amigos se juntaban a escuchar algo como lo que hay aquí abajo en algún terreno. Aventureros. Escuchar la historia de dos mujeres frígidas que gritan como hienas en pleno parto es lo equivalente a masturbarse con un mixtape de Sabrina cantando rolas de Paquita la de Barrio. Enfermo.

Quien se encargo de crear la narrativa de estos audios tiene la cabeza frita y un sentido muy distorsionado sobre lo que funciona para excitar a cualquier ser humano. Todo está mal; si no son mujeres mal cogidas por sus esposos, son entonces universitarias secuestradas por mafiosos de la trata de personas que se las cogen sin piedad alguna.

Aquí un mensaje especial para él:

Oye, tú, genio de los tapes porno, ya sabemos que te encantaría lamerle su berruguita a la Paca pero eso no te da derecho de aprovecharte de la cabeza hambrienta de sexo de los pubertos de la época. Retorcerle la mente a millones de personas con “Quiero chuparte el coño, no la sangre” probablemente ha dejado daños irreversibles en la industria. Tal vez incluso fuiste tú el culpable de que ahora exista tanta porquería. El porno se trata (o por lo menos el buen porno) de imaginar o ver cómo los otros hacen lo que tú no puedes en ese momento, no tiene nada que ver con escuchar cómo se dan a una morra mientras llora. Eso es horrible.

Gracias por nada.

Escucha estos horrores aquí.

O aquí.