El 6 de enero de todos los años, día en que los Reyes Magos visitan a la niñez ávida de capitalismo en su forma más hermosa, las familias de México y algunos otros lugares de Latinoamérica se reúnen para partir la tradicional rosca con muñecos en forma de niños escondidos dentro de ella que, comprometen a quien los encuentra, a entregar de manera puntual y sin pretextos una cantidad previamente acordada de tamales el siguiente Día de la Candelaria, o sea el 2 de febrero.
Todo es muy bonito, hay carcajadas y júbilo natural flotando en el ambiente. Aunque, de alguna forma, también hay espacio para clavarse con mayor ahínco en el asunto y preguntarse ¿qué pedo con los niños metidos en una masa de dimensiones claramente superiores sin poder salir? ¿qué pasa con todas esos niños que no son hallados y se van a la basura junto al pan? ¿qué sucede con los muñequitos que tu tío el marro se tragó? ¿dónde están los niños perdidos?
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Trasladando esa coyuntura a lo real, al país donde más de cinco mil infantes han desaparecido –por llamarlo de una forma simplista y quitando responsabilidades– en los últimos doce años, y con el Día de la Candelaria como pretexto, Sonido Gallo Negro nos entrega su nuevo tema “Niño Perdido”. Se trata de una cumbia espantamuertos habitual en la baraja de sonidos del combo de Aragón aunque ahora haciéndose acompañar por el mito colombiano Carmelo Torres en el acordeón.
Su video, exclusivo por el momento solo a través de los canales de Vive Latino –donde los Gallo Negro participarán en la edición de este año el sábado 16 de marzo–, está dirigido por Cañaclara y es un ejercicio visual de cine noir que encaja en la trama muy antañamente mexicana del panadero, el Coco, y el “Niño Perdido”, que dicho sea de paso, fue el nombre de la Avenida Eje Central en algún momento de la historia.
Checa “Niño Perdido” aquí abajo, y ve preparando esos tamales en memoria a todos nuestros niños perdidos.
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