Fotos por Nicolás Astorga Hering
Son las 8 de la mañana y acabamos de bajarnos del camión que nos deja en el terminal de Estrella dorada. Una vez que nos quedamos sin aire acondicionado sabemos que estos días de festival van a estar hardcore. Zayuri nos viene a buscar; nos subimos a su auto, vislumbramos Zihuatanejo y llegamos a desayunar a Loot, la sede del Summer Fest. En la mesa del frente están los chicos de Sotomayor, la mayor sorpresa del Festival. Una dupla de hermanos que se unieron para darle al soul y los ritmos latinos unos pasos de baile que fluctúan entre el meneo de la cumbia y la cintura quebrada del moombahton.
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Antes de su show, platicamos con ellos sobre su increíble álbum debut, Salvaje, el cual ha sido uno de nuestros favoritos de este 2015, así como de su relación como hermanos, y lo difícil que es adaptarse al éxito.
NOISEY: Hola chicos. Cuéntenme: ¿cómo aparece la música en su vida?
Pau: Yo me di cuenta de que me gustaba a los 6 o 7 años. Mi papá me metió en un coro de música mexicana popular al estilo mariachi, pero sin tener nada de trompetas o instrumentos de viento. Era de cuerdas acompañadas con voces de chicas haciendo coros. Tipo coro de iglesia. También cantábamos para bodas, y cosas así. Después mi papá me empezó a regalar un montón de percusiones, timbres, congas, bongós, batería; de todo.
Raúl: Yo soy baterista también, desde los 14. Pero dejé la batería y me hice DJ. Y lo chistoso aquí es que no habíamos hecho música juntos nunca. O sea, aunque vivimos 20 años juntos, siempre hicimos música por separado.
¿Cuándo se dieron cuenta que podían trabajar como hermanos?
Pau: Mmm, pues es una buena pregunta. Hace unos cuantos años nos dimos cuenta que sí queríamos trabajar juntos, pero más que nada fue por mi hermano. Él ya tenía unas cuantas maquetas hechas y dijo “bueno, vamos a probar con Paulina a ver qué tal; y ya vemos si así se da.” Y ha sido muy fácil, porque —de primera— ya no vivimos juntos, entonces eso hace que tengamos una mejor onda. Cuando nos vemos es muy divertido y disfrutamos mucho de cualquier momento. Y claro, esto de viajar y todo. Pero creo que si viviéramos aún juntos, tal vez sería distinto. Igual todo ha funcionado, los temas fluyen muy bien y tenemos mucha apertura con la idea de trabajar juntos y también con invitar a otros músicos. Mi hermano más que nada es el líder y creo que sí tiene que haber un líder que sepa tomar decisiones y saber hacia dónde va la banda. Eso ha sido muy bueno.
Raúl: Bueno, pues siento que, cuando escoges, cuando haces una canción y escoges a alguien para cantar, siempre piensas quién va a hacer esto mejor que otra persona; y justo me pasó que Pau lo hace mejor que cualquier otra cantante que pudiese haber metido en el proyecto. Entonces va un poco más por ahí.
En ese sentido, ¿influyeron en su sonido los proyectos que tuvieron separados anteriormente?
Raúl: Pues Big Buffet, el proyecto que yo tenía antes y donde Pau tocaba la batería, de cierta forma tenia esta onda latina, pero no como ahora. Iba más hacia el funk y el hip hop. Siento una evolución de lo que he venido haciendo. Con Pau es una integración: ya no teniéndola atrás en la batería, sino que al frente. Haciendo lo que yo sabía que podía hacer bien. A mí este proyecto me ayudó a saber que su talento es cantar, donde verdaderamente brilla es en la voz.
Pau: Aparte de Big Buffet, tuve otro proyecto en el que también toqué batería y canté. Me pasaba mucho ahí que tenía la confianza de tocar con un instrumento, que da una seguridad y no te expones tanto como cuando cantas. Ya después agarras confianza al tener a un público que de alguna manera se conecta contigo.
¿Esta experiencia previa les ha llevado a complementarse?
Raúl: Pues para mí ha sido muy fácil, pues sé perfecto qué música le gusta a Pau. Todo el tiempo que vivíamos juntos no tocábamos juntos, pero sí compartíamos un montón de música.
Pau: En cuanto a la música me gusta mucho Chancha Vía Circuito, me encanta Bomba Stéreo, Buraka Som Sistema, toda la cuestión latina y un montón de grupos como Massive Attack, Tricky y ese tipo de cosas.
Raúl: Portishead también, que es como esa fusión entre la onda latina moderna y el trip hop soul que nos gustaba.
Pau: En lo personal, creo que estamos cercanos a una chica que se llama Carolina Camacho, que también es una onda soulerona y que, a la vez, tiene mucha cuestión latina y electrónica.
Raul: E Ibeyi, que lleva esto más al extremo porque son dos hermanas gemelas cubano-francesas. Viven en Francia, pero hacen música de fusión yoruba con hip hop y soul.
¿Y tú sabes las cosas que le gustan a él? Porque él parece que sí sabe las cosas que te gustan a ti…
Pau: Ehmmm, me acuerdo que le gustaba Femi Kuti y de hecho se nota un buen en las cosas y en las maquetas que hace. También Willy Colón, Poncho Sánchez. Ese tipo de cosas latinas que ahora son bien distintas. Además le gustaba un montón el house, de DJs de la movida noventera como Danny Tenaglia o Satochi Tomiie.
Raúl: También me gusta lo que hace Quantic. Es un inglés que se fue a vivir a Colombia y, pues, se enamoró de un sonido y saca discos nuevos todo el tiempo. Pues eso es un poco lo que buscamos con el proyecto. No tanto por el sonido, sino por cómo está creando.
Oye, y ¿qué piensan sus papás de que trabajen juntos y salgan de viaje?
Pau: Está bien padre para ellos. Hace poco llegamos a la conclusión de que mi papá nos regalaba instrumentos para que los tocáramos de más grandes o hiciéramos algo juntos. Pero no se había dado. Ahora que van a los shows, los vemos bailar y todo, están súper contentos. De verdad lo disfrutan: los llena vernos.
Raúl: Pues ven todo el trabajo. Siento que como todos los papás igual quieren que su hijo sea doctor o abogado. Entonces imagínate que acabas haciendo música, ¡y los dos! En proyectos anteriores no sentía que estuvieran conectados con lo que hacíamos y ahora sí lo veo. Hay un aprecio importante a lo que estamos haciendo. Ya sabes, como que quieren presumirlo, jajaja.
¿Cuando componen las canciones trabajan en equipo, o cada uno por su lado?
Raúl: En este proceso hicimos casi igual todas las rolas. Fue: yo hacía una maqueta en mi casa, tratando de grabar la mayor cantidad de cosas orgánicas que podía. Luego llamaba a Pau y hacíamos una letra para la canción. Las letras casi todas las escribe Pau; yo más bien hago el trabajo de dirigirla y ver cómo arreglamos los flows. Y ya de ahí vamos con Eddie de los Liquits, que es el que nos produjo el disco. Fuimos rebotando ese trabajo y revisando, arreglando cosas y volvíamos con Eddie para grabar otra vez las letras. Así hasta que teníamos una canción completa y de ahí volvíamos al estudio a regrabar todo lo que en mi casa no podíamos sacarle el sonido que queríamos.
¿Pau, cuando escribes, en qué piensas?
Pau: Pienso, por lo general, en la naturaleza. Creo que es algo en lo que nos quisimos basar: en cuestiones de belleza, en disfrutar la naturaleza y no tanto de hablar de amor o de situaciones personales. Creo que funciona mucho eso, tomar de referencia lo natural, los animales, la selva y la historia que tiene que ver con el arte del disco —que se llama Salvaje. Es un poco el trip de un chico que entra a una selva y se encuentra con un montón de animales que no sabe si son animales o no, o si esa persona es un humano o no.
¿Y esto de trabajar entre hermanos les ha permitido conocerse en una dimensión que antes no conocían?
Pau: Sí, jajaja.
Raúl: Pues sí nos pasa un montón que nos preguntan si nos peleamos.
Pau: Jajaja.
Raúl: Pues nos peleábamos un montón antes y ahora no. Maduramos y eso lo hace más fácil. A tu hermano siempre lo vas querer —aunque lo odies, siempre lo vas a querer y eso no significa que lo vayas a querer menos o que no lo aprecies a un nivel intelectual. Como es tu hermano sabes perfectamente cómo es y tienes eso en mente, y así vas conociendo su dimensión artística.
Pau: Y también para mí. Para mí ha sido redescubrir que tienes al lado a un genio y no lo notas todos los días porque tal vez no teníamos tanta convivencia y ahora es distinto. Ahora lo veo como que sé que mi hermano es buenísimo en lo que hace y que cualquier locura o cosa nerd o geek, él sabe hacer. Tiene una mente brillante.
Chicos, y ¿cómo es trabajar con dos hermanos?
Daniel: Muy a gusto. Llevo un rato con ellos porque empecé como bajista de Big Buffet. Ha sido fácil porque ya sabia de qué se trataba. Me tocó todo el proceso desde el principio, en el punto donde Raúl no sabía con certeza si iba a meter a Pau de full. En mi proyecto anterior no habían hermanos y la diferencia es que esto funciona mejor como proyecto porque es muy comprometido, muy funcional, a pesar de los problemas que puedan surgir en cualquier negocio, en cualquier proyecto.
Octavio: Bueno, yo soy el más reciente, la verdad. Llevo como 2 meses pero vamos a una velocidad… Me ha tocado estar en varios proyectos donde sí se trabaja como familia, o sea, yo a ellos además los conozco desde hace mucho tiempo, por mi proyecto aparte en El Mostro Funk —que es de Daniel— y mi banda que es La Hora de la Hora. La verdad es que nunca tengo tanta conciencia de que sean hermanos. Como que siempre estoy con compañeros de trabajo. Pero sí hay momentos en que he observado tensión que sólo es tensión de hermanos y que no hay de otra. Y también se nota ese cariño que sólo es de hermanos. Se notan las dos cosas.
¿Cómo aparecen en su sonido los ritmos latinos como la cumbia, el moombahtón y todo eso?
Raúl: Pues, a mí me pasó que todo el año pasado hacía una fiesta que se llamaba Day Off. Era una fiesta que pasaba en la Ciudad de México los domingos y siempre traíamos a un DJ internacional. Era una fiesta gratis para la gente, al aire libre. Poco a poco nos fuimos enganchando con el tema de global bass pues trajimos a bandas como Frikstailers, Dengue Dengue Denge!, trajimos a Slaptop, a Dj Saboypuros DJs que estaban haciendo lo mismo que nosotros, pero en otros países. Eso hizo que, al menos yo, me enamorara de esa movida y que quisiera explorarla.
Tú venías de una electrónica un poco más estricta…
Raúl: Pues sí, pero enredarme con todos estos actos hizo que no quisiera hacer exactamente lo mismo. Sotomayor tiene esa onda, pero no; está mucho más tirado al soul cuando lo escuchas. Nos costó mucho trabajo decirle a la gente qué es lo que yo quiero proyectar. Como que al principio yo sentía que esto era Bomba Estéreo y pues no, esto es más Massive Attack que Bomba Estéreo. Hay una vibra distinta en lo que tú proyectas en el escenario a la hora en que te subes. Bomba Estéreo se sube y es fiesta desde el principio. Y con nosotros es una cosa que se trabaja un poquito más, es un poquito mas hipnótico. Por eso lo relaciono más con Massive Atack. Nosotros vamos creando una atmósfera de efectos que van sucediendo, una onda que de pronto te tiene así, hipnotizado.
¿En este sentido, retomar los ritmos latinos es un gesto político?
Raúl: Pues no. Siento que a mí me tocó la época en que todas las bandas querían sonar a Interpol y todas eran bandas de rock indie. Pero también me tocó que la cumbia fuera lo que se escucha en el pesero. Aquí en México estamos súper desconectados con las cosas que son nuestras. Todo el tiempo se habla del malinchismo, pues aquí hay cosas bien padres y nunca nadie las quiere hacer suyas; todos quieren ser europeos, sonar como suena California. Para mí tiene más que ver con eso. No es político; yo diría que es más bien cultural.
¿Qué significó pasar por el Vive Latino?
Raúl: Pues, fue nuestra primera tocada. Es así de fuerte. Entonces no es lo mismo que ir probando en bares y ver qué le gusta a la gente. Más bien sales y tienes que dar un show perfecto. Si falla tu show en el Vive, estás muerto
Pau: Fue nuestro debut e hizo que nosotros mismos nos exigiéramos más. Y tiene que salir mejor y cada vez mejor. Todos los shows van a ser distintos y el chiste es darlo todo y lo mejor en cada uno.
Raúl: Nuestra evaluación estuvo bien. Mucho mejor de lo que esperábamos, porque nos tocó abrir la carpa de los Djs el viernes, que es básicamente ser el primer acto del festival. No esperábamos mucho. Nos dijeron: “Vas a tocar a las 3” y nosotros “¿hay gente a las 3?” Pero de pronto sales 5 minutos antes y ves que no hay nadie, vuelves para salir a tocar y está lleno y es como: “Órale ¿qué pasó?” y ya estás tocando arriba y empiezas a ver cómo la gente baila y dices “Órale ¿qué está pasando?”. Cuando lo evalúo pienso que estuvo poca madre.
¿Ha sido muy acelerado este proceso de darse a conocer?
Daniel: Pues sí.
Raúl: Sí, parece que sí. Por ejemplo, para cuando fue el Festival Marvin, fue a un mes del Vive y de pronto ya había reseñas en Marvin, en Indie Rocks, en Remezcla, y como que sales y ves que todos son medios y dices: “Puta, está peor. La cago aquí y está peor”. Tienes esa presión de bueno, están saliendo bien las cosas y no puedes fallar. Como que mientras más alto estás más dura es la caída. Esto va súper rápido, pues te estas exigiendo dar un show de Vive Latino todas las veces, cuando llevas pocos meses tocando.
¿Cómo le hacen para soportar el ritmo?
Raúl: Pues ha sido un proceso difícil. Siento que más que el ritmo, ahora el hecho es cómo hacer sustentable una banda a la que le esta pasando esto. No sé por qué cuando lo ves desde el tema económico, por ejemplo, si hiciéramos muchos menos shows, a lo mejor podríamos tener otro trabajo que sustentara nuestra vida diaria. Pero estamos abocados al 100%, entonces no es “ven gratis a la tocada”. Entonces se vuelve difícil ese proceso de hacer sustentable a la banda. Nosotros nos autogestionamos.
Pau: Igual sería bueno que alguien nos ayude con las redes y todo eso. Que sea tu soporte para estar siempre moviendo las redes sociales, poniendo fotografías, viendo cómo esta funcionando. Ahora lo estamos viendo nosotros y alguien más que nos está apoyando.
Raúl: Pues sí, es bien difícil subirte a un show y estar preocupado de quién esta en la entrada, jalando las visuales, que haya alguien que saque fotos, saber si ya pasó el invitado que tenías. Y que ahora por favor que alguien suba algo a Instagram, jajaja… es bien difícil hacerlo todo.
Daniel: Y cuando se acaba le acaba la pila del celular yo me convierto en el Community Manager de la banda, jajaja.
Raúl: Pero también lo que le esta pasando a la música te orilla a que las cosas estén así. O sea, ya no veo que una banda pueda funcionar como funcionaba hace 10 años y esperar que la disquera haga todo por ellos. Así no van a pasar las cosas. Si no estas tú al pendiente, no pasa. Me encantaría sólo hacer música y que alguien se encargara, pero ya no es así y creo que hasta la gente lo ve así. Ya no ve al artista como un ser lejano con el que nunca se va a topar. Ahora le puedes mandar un mensaje en Facebook y te va a contestar él. Ya no hay 6 grados de separación; estás a un click y eso hace que tú como artista, también tengas que involucrarte con todas esas cosas, con las redes.
Conoce más de Sotomayor en su Facebook y SoundCloud. Sotomayor se estará presentando en el Lunario del Auditorio Nacional, en la Ciudad de México, mañana jueves 3 de septiembre. Pueden comprar sus boletos aquí.
Andrea Ocampo Cea tiene un gran lado Salvaje. Síguela en Twitter —@andreiii