Música

Space Dynamite, de la academia a la anarquía

Mi papá nació y vivió toda su infancia y parte de su adolescencia en Tlaxcala, hasta los 17, cuando emprendió su escape hacia la capital del país en busca de mejores oportunidades. Esto fue hace unos 50 años. La cosa ha cambiado poco, el suyo sigue siendo un pueblo recóndito y olvidado; otro de los tantos Comalas que hay en el país. Las visitas familiares siempre me resultaban eternas y aburridas. Si podía, hacía todo lo posible por no ir.

En general Tlaxcala es un estado más oscuro qué brillante en muchos aspectos, es pequeñito, de hecho es el estado más pequeño de nuestra querida república. También el número uno en desempleo, en trata de blancas, ultra-conservador y uno de los estados con mayor índice de pobreza extrema. Con todos estos factores en contra, es difícil imaginar que haya alguien si quiera intentándolo, sea la disciplina que sea. Sin embargo, pese a todas estas adversidades, hay personas realizando un plausible esfuerzo por crear y promover la cultura, en este caso la musical, ya sea de manera prevista o no.

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Tal es el caso de Space Dynamite, una chica de apenas 20 años de edad que lleva más de la mitad de su vida metida en el dulce pantano de la música y que yo me atrevería a perfilar como un posible futuro referente por su precoz talento y singular estilo.

*Todas las fotografías fueron tomadas por Miguel Huerta

Quien hoy es una prolífica y consumada productora de música electrónica de lúdico corte experimental, otrora era una nobel estudiante de música clásica en el ITC (Instituto Tlaxcalteca de la Cultura) en donde aprendería a tocar el piano, la guitarra, el violín y otros instrumentos musicales de manera más que aceptable para sus escasos nueve años de edad.

De pronto, durante esa compleja etapa que los occidentales llamaron ‘adolescencia’, comenzaría a interesarse e introducirse de manera paulatina en la música electrónica. La oportunidad que la escuela le otorgó de manipular el Reactable (aquel tablero-sintetizador-futurista-tripeante que Bjork puso en boga hace ya muchos años) le ayudó a darse cuenta de la potencialidad de la producción digital. Sin embargo los violines no serían abandonados, en esta instancia, si no que comenzaron a mezclarse con atmósferas arquitectónicas concebidas a través del software. Este sería el glorioso nacimiento de Primitive Medulla, su primer proyecto “electrónico” por definirlo de alguna forma.

Posteriormente vendría una época de dulce noise, de la cual desafortunadamente no se encuentra ya nada en internet. Ya animada por las muestras de respeto que algunos productores anglosajones le dedicaban a sus tracks, superaría esta ruidosa etapa, depurando su sonido y estilo hasta el del día de hoy, no sin antes pasar por un sinfín de pseudónimos que cambiaban con cada evento al cual era invitada, hasta que terminó como Space Dynamite, el cual queda ad hoc con sus espaciales producciones y los explosivos sets, de los cuales pocos afortunados hemos sido testigos.

Ahora mismo se viene un año más bien neutral para Space Dynamite, quien nos cuenta que en sus últimas vacaciones perdió su disco duro con mucho material que ya estaba listo para ver la luz; sin embargo no se agüita y toma la situación como un nuevo comienzo. Para este año se vienen muchas colaboraciones con un montón de artistas y muchas fiestas que están a nada de concretarse. Yo cruzo los dedos.

Los dejo con unas cuantas preguntas que tuve la oportunidad de hacerle la semana pasada, que espero complementen la información en torno a sus orígenes, procesos y contexto.

THUMP: Cuéntame cómo se dio esa transición de crear y tocar música clásica, a producir música electrónica.

Space Dynamite:Son procesos de composición completamente diferentes, ambos muy placenteros; la transición comenzó después de un largo background académico en el que me enfoqué, principalmente, en lo clásico y el jazz con instrumentos que no son sencillos de manipular; con el tiempo descubrí que me interesaban otras cosas, lo electrónico y análogo. Sin embargo la finalidad siempre ha sido expresar la belleza de los cambios, perfecta e incesantemente.

Has estado tocando un poquito más, al menos más que en Tlaxcala, ¿Cómo te has sentido en tus más recientes presentaciones en la Ciudad de México?

Hasta ahora el D.F. ha sido bastante agradable e inesperado.

¿Qué hay en Tlaxcala que no haya en el D.F.?

Tlaxcala siempre ha tenido una especie de vibra mítica oculta, un lugar muy pacífico. Como todos los estados, tiene sus pros y contras, bastantes facetas, un lugar bizarro y trippy; hasta cierto punto lo recomendaría a aquellos que disfrutan el bosque, la naturaleza.

¿Por qué es crees que hay pocas mujeres haciendo música electrónica?

En realidad hay una inmensa cantidad de mujeres con proyectos muy interesantes pero gran parte de los medios enfocan sus artículos en temas sexistas pretenciosamente vanos, es algo que la mayoría de los receptores espera obtener de lo que se llama Mass Media por lo que no encuentras información de muchas personas haciendo cosas nuevas allí, las razones de esto son absurdamente bastas.

Existen algunas plataformas y personas como SPF 420 que muestran el trabajo de chicas (y chicos) con proyectos increíbles, otros claros ejemplos de estos genios que a la vez son productores serían Ryan Hemsworth, Tomohiro Konuta (Tomad), Modeselektor, Robin Carolan, Skrillex, Ag cook, Nina Las Vegas, etc.

¿Qué productor@s mexas nos recomendarías?

En México existen labels como Goldframe, PIRA.MD, NAAFI, Ten Toes Turbo, etc.

Hay demasiadas personas haciendo cosas sorprendentes en tantos diferentes géneros y propósitos que es imposible ponerlos a todos en 4 renglones, un de ellos serían:

Lisboa Bear aka Marshmallow biscuit, JACK, Haxan Cloak, Qrion, DUCKY, Billie Mandoki, Todo el Staff MALTINE, Danny L Harle, Wave Racer, Naked Geometry, Sarah Bonito, Ryan Playground, Arms & Sleepers, CROCAT, Henrik the Artist, Boen, Tennyson, Fonobisa, Alphabets, Mus.hiba, little cloud, Holly Herndon, Gabo Ávila, Mija, Zora Jones, MOTHICA, Ryan Playground, Diveo, et aliae y Maxo.

No cabe duda de que la figura femenina sigue siendo relegada de manera quizás inconsciente en muchos ámbitos dentro de la cultura androcentrista en la que vivimos. Y el hecho de que Rebeca haya tocado sólo una vez en su estado natal, es tan sólo un pequeño ejemplo de ello. En el D.F. ya tocó en el famoso festival Bahidorá, en una carpa alternativa, gracias a las gestiones de Otoño en Hiroshima. Me parece increíble que Rebeca no esté tocando en todos los festivales del país.

El principal cometido de esta nueva columna es el de develar talentos, cuya desarticulación del medio simplemente nos resulta inverosímil. Nos interesa señalar, cuestionar y despreciar actitudes anacrónicas que permean nuestra sociedad e impiden el crecimiento colectivo, el sano desarrollo cultural y el afianzamiento de nuestras propias narrativas.

Conéctate con Space Dynamite en: Soundcloud // Twitter.