El escenario: Tu amigo siempre pide que le regalen un cigarro en las fiestas, porque comprar los suyos lo convertiría en un fumador de verdad.
La esperanza: Que sólo hacen daño si fumas una gran cantidad de ellos.
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La realidad: Fumar pocos cigarros es mejor que fumar muchos, pero definitivamente, una fumada de tabaco es peor que no fumar nada. Mucho peor. Lo siento.
Resulta que el tabaquismo no se traduce en lo que los científicos llaman una relación dosis-respuesta, en la que el riesgo aumenta gradualmente con cada fumada que das. No, la dura realidad es que incluso la gente que no se expone tanto al tabaco podría sufrir aproximadamente el 70% de los efectos nocivos que padecen los fumadores regulares, de acuerdo con un análisis de la investigación sobre el tabaquismo intermitente.
Las mujeres que fuman entre uno y cuatro cigarros por día tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón que los no fumadores; los hombres tienen tres veces más probabilidades. Fumar uno o más cigarros al día también te da una probabilidad más alta de desarrollar cáncer esofágico y gástrico: de 140 a 325% más de riesgo que la persona promedio.
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Espera, protesta tu amigo, ¡sólo soy un fumador social que sin duda fuma menos de un cigarro por día! Si bien no hay una investigación exhaustiva sobre el 41% de los usuarios estadounidenses que fuman menos de una vez al día, la información disponible sugiere que “los resultados de salud adversos [para este grupo] se asemejan a los peligros que enfrentan los fumadores regulares, en particular los que generan las enfermedades cardiovasculares”.
También existe la posibilidad lamentable pero real de que tu amigo sea una esponja de carcinógenos. “Algunas personas retienen más agentes carcinógenos, por lo que no se eliminan del cuerpo tan rápidamente”, contó a VICE Alexander Prokhorov, profesor de ciencias del comportamiento del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas. “Al no tener conocimiento del nivel de riesgo al que te someten tus genes para padecer una enfermedad relacionada con el tabaquismo, ser un fumador social es como jugar ruleta rusa. No existe tal cosa como un número seguro de cigarros”.
Qué hacer: Si tu amigo ha pasado de fumar como chimenea a echarse un cigarro ocasional, dale una palmada en la espalda y dile que siga bajando el ritmo. Pero si acaba de empezar a fumar, incluso si sólo es uno los fines de semana, empieza a pensar en una estrategia para dejar de fumar.