Ojalá los Smiths también hubieran paseado conmigo cuando era niña

En realidad, el mundo es un lugar terrible. No importa cuántas series increíbles estén diendo en Netflix o cuántos discos extremadamente buenos tienes guardados en tu ordenador. Al final estamos dentro de un sistema donde hay que trabajar más de ocho horas al día para poder vivir y morir en condiciones dignas. No nos queda mucho tiempo para disfrutar. Los Smiths dieron en el clavo cuando lanzaron “Heaven Knows I’m Miserable Now” en el 84. Y ahora, décadas después, la situación de cualquier asalariado promedio sigue siendo la misma. ¿Por qué nadie nos advirtió de esto cuando éramos niños? 

Tal vez porque el panorama es demasiado depresivo o porque las almas jóvenes no son capaces de soportar tanta ansiedad. Aunque, viéndolo en retrospectiva, si mi profesora de primaria me hubiera enseñado la música de Morrisey y compañía, tal vez la decepción de toparme con el mundo real al salir de la Universidad me hubiese afectado menos.

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Alguien que debía pensar lo mismo que yo decidió juntar a los Smiths con un grupo de niños de primaria en 1984 para un clip de  SPLAT, un programa de televisión para niños que se transmitía en Reino Unido. Dentro de sus cápsulas especiales tenían una titulada “Charlie Bus”, en la que un montón de niños salen de paseo con artistas famosos. Fue exactamente en uno de esos clips donde la banda originaria de Manchester compartió con un montón de críos su depresión. 

En el video se ve a Johnny Marr explicándole en tono sarcástico a un niño por qué no nombraron a la banda “The Rolling Stones” y cuando una niña entusiasmada pregunta a Morrissey que si saben a donde están yendo, este le contesta: “directos a la locura”.

Además, y solo para terminar de darle el toque depresivo a este choque de realidades, mientras el autobús se dirige al parque, la canción que se escucha de fondo es justamente “Heaven Knows I’m Miserable Now”. En el video sale Sandie Shaw cantando para los niños “Jeane” acompañada de Johnny Marr a la guitarra. Ese es el único momento de luz y alegría que tiene el video. Y a pesar de su cara larga, Morrissey parece estar disfrutando. 

Ojalá los adultos que en su infancia participaron en este video hayan entendido de que iba todo aquello y no se estén tomando su existencia en este mundo tan en serio.

Puedes ver el clip aquí abajo: