La serie de Todd Midler ‘Madison Square Garbage’, que aparecerá en nuestro próximo número, constituye el artificioso archivo fotográfico de un aficionado al baloncesto.
Todd Midler es un fotógrafo residente en Nueva York cuyo trabajo ha aparecido en publicaciones como New York Times y New Yorker. El año pasado se graduó en Fotografía por la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, lo cual da una idea de que, hasta ahora, no lo está haciendo nada mal.
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Nos cuenta que lo que más le gusta es la fotografía, el baloncesto y la fotografía sobre baloncesto. Algo que quedó patente al ojear las imágenes que nos envió para incluirlas en nuestro número fotográfico de este año, una de las cuales se ha convertido en la imagen de portada.
Para esta serie, Midler se inspiró en la obsesiva relación amor-odio que mantiene con su equipo de baloncesto favorito: los New York Knicks. Charlamos con él sobre su trayectoria, la foto de nuestra portada y su pasión por el baloncesto.
VICE: Cuéntanos la historia que hay detrás de la foto de nuestra portada.
Todd Midler: Estoy obsesionado con la cultura en torno a la afición al baloncesto. Decidí centrarme en los espectadores, más que en los jugadores. Me interesaban mucho las diversas formas en que los aficionados expresaban su lealtad a sus equipos favoritos. Unos mostraban amor, obsesión y devoción, mientras otros expresaban pesimismo y desencanto. Quise crear una imagen que aunara todas esas ideas: un superfan tan entregado como para pintarse la cara como un balón de baloncesto pero que a la vez no muestre ningún interés por lo que está viendo. Aunque el de la imagen es mi amigo Nick, empatizo totalmente con él. Es básicamente un autorretrato: un tipo que se disfraza simplemente para ver cómo su equipo, los Knicks, pierden contra los Cavs por 24 puntos.
¿Tenías claro qué expresión facial querías mostrar en la foto de la cabeza pintada de balón?
Tenía una visión. Obviamente, hubo varios cambios aquí y allá, pero creo que la imagen resultante es exactamente lo que tenía en mente.
Tu portfolio bebe de la relación amor-odio que mantienes con los New York Knicks. ¿Cuándo y cómo te hiciste fan del equipo?
Mi padre es el culpable de que sea seguidor de los Knicks. De niño, llevaba sus jerséis por casa y hacía ver que estaba en el equipo. Hubo una época en los 90 en que mi padre tenía pases de temporada para los Knicks. Imaginó que se deshizo de ellos cuando nací, en 1995. A día de hoy, sigo convencido de que si hubiera nacido en 1994 y mi madre hubiera dejado a mi padre llevar a su hijo de seis meses a ver la final de la NBA, los Knicks habrían ganado el torneo y todo estaría en orden en su mundo. Pero bueno, siguen siendo mi equipo a pesar de que no ganan nada desde 1973.
¿En qué te ocupas cuando no estás fotografiando cabezas pintadas de pelota de baloncesto?
Me encanta la fotografía. He estado trabajando en un proyecto personal y haciendo algún que otro encargo editorial. Siempre intento superarme y progresar como fotógrafo. Quiero hacer fotos toda mi vida.
Tu trabajo está muy centrado en imágenes de naturalezas muertas. ¿Nos puedes guiar a través de tu portfolio? Parece una mezcla de material de tu archivo personal, con cartas y dibujos de tu infancia, y de fotografías más conceptuales.
Con “Madison Square Garbage” en concreto, quise centrarme en crear imágenes muy específicas, Fue la primera serie en la que anoté varias ideas de fotos e incluso creé una lista detallada. Antes de eso, era más bien de los que intentaba buscar una imagen en el mundo. Con este proyecto, dibujé cosas que dibujaría mi yo de ocho años. Usé marcos de foto viejos como los que me hacía mi madre cuando era niño. Me apropié de imágenes de internet con la intención de crear imágenes específicas. El proyecto pretendía ser el artificioso archivo fotográfico de un aficionado al baloncesto.
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