Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.
Trabajaste muy duro toda la semana y parecía que el viernes nunca iba a llegar. Ahora solo tienes 48 horas para empezar a tener miedo del lunes. Necesitas relajarte mucho, pero también hacer todas las cosas cool. Tal vez ir a una fiesta que algún compañero del trabajo haya mencionado. Pero no te puedes quedar hasta tarde porque necesitas apretujar en tu itinerario una caminata antes del brunch de la mañana del domingo—un amigo fue a una caminata el fin de semana pasado y sus publicaciones de Instagram eran irreales. Esa noche, tus amigos quieren ir a ver una función de stand-up. Pero, ¿qué tal sea terrible y malgastes tu noche de sábado? Podrías salir a correr el domingo por la mañana, pero si hace mucho frío en cambio puede que simplemente optes por una clase de spinning de medio día a unas cuadras de distancia.
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Aunque no es un término médico oficial, el Síndrome de Ansiedad por el Fin de Semana paraliza mi fin de semana, todos los fines de semana. Tenía que averiguar qué estaba detrás de eso. “Como la gente trabaja tan duro y por tantas horas, sienten la presión de hacer que el fin de semana sea perfecto”, dice Catherine Cook-Cottone, una investigadora de mindfulness y yoga en la Universidad de Búfalo, quien se especializa en trastornos psicosociales. “¿Es lo suficientemente divertido? ¿Es lo suficientemente emocionante? Existe mucha presión socialmente, quizás percibida, para tener un fin de semana genial”.
Estos cortos parpadeos de tiempo libre estresan a las personas por múltiples razones. Las redes sociales usualmente interrumpen nuestra habilidad de estar presentes y aumentan nuestro miedo de quedarnos atrás. Constantemente veo amigos que presumen sus momentos divertidos con un filtro favorecedor. Siento que yo nunca hago nada divertido, pero que mis amigos están esquiando en Colorado o viajando de mochileros por Sudamérica todas las semanas. El error, por supuesto, es que me estoy aferrando a un estándar que no es real. “Las personas publican fotos de sí mismos en ese momento de máxima actividad”, dice Mary Helen Immordino-Yang, una profesora de educación, psicología, y neurociencia en la Universidad del Sur de California. “Lleva a la falsa impresión de que la vida de todos está llena de esos momentos”.
Esto no sorprende, pero me encuentro sintiéndome decepcionado si examino demasiado las redes sociales. Mi propio tiempo libre, aunque es relajante, empieza a sentirse como un desperdicio si no comienzo a realizar algunas de esas actividades dignas de Instagram. Necesito ir a un paseo en bicicleta. Ir a una cervecería. Asistir a un concierto. Y necesito hacerlo todo antes de que anochezca, o me pondré ansioso.
Las redes sociales no son la única causa de la ansiedad del fin de semana. Si el trabajo lo consume a uno y uno no logra cuidar de sí mismo —por ejemplo, consumir alimentos balanceados y dormir al menos siete horas por noche— en el transcurso de la semana, se puede considerar el fin de semana como el único momento para relajarse. Eso pone mucha presión en esos dos días. Un fin de semana no puede deshacer el hecho de que uno descuidó sus necesidades toda la semana, dice Cook-Cottone. “Nuestro sistema nervioso no funciona así”.
La ansiedad sobrecarga a las personas de forma especialmente intensa cuando el fin de semana se acerca a su fin. El miedo del domingo afecta a las personas en todo lado (incluso existen gomas de CBD diseñadas para tratar la enfermedad—yo no las he probado todavía). Aunque el estrés del lunes juega un papel importante, la depresión del domingo por la noche también se relaciona con la ansiedad del fin de semana. Si uno ve el fin de semana como el único momento para pasarla bien, es difícil no estar deprimido y sentirse amenazado cuando se termina.
Por cierto, el miedo al domingo no significa necesariamente que uno odie su trabajo o su vida. Podría simplemente ser una crisis existencial que aparece al final del fin de semana. Es común sentir que uno está en un ciclo de agotamiento y de trabajo en exceso, dice Cook-Cottone. “Los fines de semana bien uno está corriendo 50 millas, o está bebiendo sin parar, y no está seguro de adónde se dirige todo”. Así que no es que tu vida apeste necesariamente, pero igual no deberías amortizar esta ansiedad. Considérala un mensajero, dice ella. Examina lo que está faltando en tu vida que te hace tener miedo por el inicio de la semana.
Evitar las redes sociales puede hacer una gran diferencia para reivindicar tu fin de semana en nombre de la relajación. “Si tu celular te recuerda el mundo exterior, apágalo por el fin de semana”, dice Immordino-Yang. Puede que uno no sea capaz de apagar su teléfono, pero disminuir la cantidad de noticias y de redes sociales ayudará. “Aléjate de la avalancha constante del mundo exterior”.
Un apunte sobre el espectro aterrador del domingo: si te pones fácilmente nervioso con tus seres queridos, tienes dificultades para concentrarte en el trabajo, o te sientes ansioso gran parte del tiempo durante unos meses, son signos de que el problema es más grande que la ansiedad del fin de semana. Cook-Cottone dice que podría ser un trastorno de ansiedad que significa que es momento de ver a un profesional de la salud mental.
Otro mecanismo de afrontamiento para la ansiedad del fin de semana es dejar algún tiempo para simplemente “ser” en lugar de hacer, dice Metta McGarvey, profesora de educación y directora del programa de Mindfulness para Educadores en la Harvard Graduate School of Education. “Es importante desarrollar un acercamiento más consciente mientras realizamos nuestra rutina diaria”, dice. Los fines de semana deberían tener algún tiempo para enfocarse en un solo ritual simple. “Toma té o café, date un baño, dale tu atención completa a un ser querido, o realiza algún quehacer más despacio y mantente completamente presente”.
También podemos aliviar nuestra ansiedad del fin de semana al divertirnos más durante la semana. Si te tomas un tiempo para hacer más de las cosas que amas durante la semana (incluyendo después del trabajo), el fin de semana no se llenará de toda la presión para encontrar diversión. Cooke-Cottone le dice a los pacientes que piensen en sus días en ciclos de tres horas. En esas tres horas, uno debería tomarse el tiempo para comer algo, tomar agua, y darse un descanso. Cuando se acerque el fin de semana, programa eventos asequibles que realmente disfrutes con personas que realmente te agraden.
Un último consejo: pasar tiempo en la naturaleza puede disminuir el estrés. Inhalar profundamente, escuchar música, y pasar tiempo con amigos también puede ayudar a disfrutar el momento presente. Pero hazte un favor y reserva la experiencia para ti mismo. “Yo me abstendría de subirlo a Instagram”, dice Immordino-Yang. Si subes todas tus experiencias, seguirás comparando tu fin de semana con el de tus amigos. “Cálmate y no sientas la necesidad de compartir todo lo que estás haciendo”.