Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.
A la gente le gusta el jugueteo anal y el sexo anal por una variedad de razones, pero a pesar de su creciente popularidad y de estudios como uno que muestra que las mujeres que tienen sexo anal experimentan orgasmos con más frecuencia que las que no lo tienen, el estigma entorno al sexo por el ano permanece.
Videos by VICE
Para algunas personas, ese estigma es resultado de la idea de que el jugueteo anal es sucio porque, ya sabes, involucra excremento. Para otros tiene que ver con temas relacionados con la identidad sexual. De hecho, la mayoría de las personas que practican sexo anal no son hombres homosexuales, como ha señalado el especialista en sexo Justin Lehmiller. El reciente aumento en la popularidad del sexo anal en prácticamente todas las variantes tiene mucho sentido. Claro, los humanos siempre han tenido anos, pero solo recientemente han podido buscar y elegir en línea una serie de elementos insertables y otros accesorios que les pueden ser entregados discretamente en la comodidad de su hogar al día siguiente.
Si deseas subirte al tren A o mejorar tu versión del sexo anal, considera los siguientes puntos.
Háblalo
Si el jugueteo anal es algo que deseas explorar con tu pareja, comienza la conversación haciéndole algunas preguntas sobre lo que piensa al respecto. ¿Lo ha hecho antes? ¿Le gustó? ¿La idea de hacerlo le atrae? A partir de ahí, puedes establecer si tú y tu pareja pueden iniciar la exploración anal en algún momento.
Familiarízate con la anatomía del ano
Tu ano es tu culo y, como dice el viejo dicho, todos tienen uno. “Está rodeado por dos conjuntos de músculos que abren y cierran dos esfínteres, uno externo y otro interno”, dice el entrenador sexual Kenneth Play, explicando que es fácil acceder al esfínter externo y relativamente fácil contraerlo o relajarlo. El esfínter interno está ubicado aproximadamente entre 2.5 y 3.5 cm más adentro. No es tan fácil de controlar a voluntad pero, con la práctica, también puede lograrse.
En pocas palabras, el trabajo de estos músculos es evitar que las heces se salgan de tu trasero y terminen regadas por doquier. Más allá del vestíbulo del ano está el recto. Es un saco con forma tubular que mide alrededor de entre 10 y 15 cm de largo en la mayoría de las personas. En la parte superior del recto, el tracto digestivo hace un giro de 90 grados como una vuelta en una tubería. Más allá de esa vuelta está el colon sigmoide. Durante más del 99.99 por ciento de la historia humana, todos se ponían en cuclillas para defecar. Es una postura que desenreda el tracto digestivo inferior y es más probable que resulte en sacar todo de una sola vez. Es importante recordar esto cuando decidas comenzar a experimentar con las posiciones más adelante.
Explora tu propio ano
La próxima vez que te estés bañando y justo después de haberte aventado una buena caca, pon un poco de jabón en tus dedos y procúrate una suave sesión explorativa. Ten por seguro que esto deben hacerlo tanto el receptor como el dador. ¿Por qué? Porque si eres el dador, tienes un ano que es prácticamente idéntico al de tu pareja. Descubrir lo que se siente tener algo metido en el trasero de primera mano te dará una información invaluable cuando tengas el honor de explorar entre las nalgas de tu pareja. “Si nunca has puesto ni siquiera un dedo dentro de tu culo, tienes que ser muy desvergonzado para pensar que deberían permitirte meter algo en el culo de otros”, dice Play.
El sexo anal bien hecho no debe doler
El sexo anal implica mucha información sensorial intensa y novedosa. De hecho, a eso debe gran parte de su popularidad. Pero si bien es probable que el sexo anal sea una experiencia sorprendente y posiblemente desafiante, nunca debe ser causa de lo que los fetichistas clasifican como “dolor intenso”. Si la pareja receptora es nueva en el juego anal, te aconsejamos que seas muy amable y cuidadoso con su trasero para que tenga asociaciones positivas y placenteras con él cuando tengan sesiones sexuales no-anales.
No tengas miedo de cagarte
Sí. Sale excremento de tu ano. Sin embargo, en circunstancias normales, el recto debe estar libre de cualquier cantidad significativa de excremento. En el momento en que la materia fecal ingresa al recto, por lo general, ya estás en camino al baño más cercano. “El ano y la parte inferior del recto en realidad tienen muy poca materia fecal, lo que significa que tienden a no estar tan sucios como creemos”, dice la terapeuta sexual Kat Van Kirk. Pero para disminuir las probabilidades de que haya un desastre…
Lávate y disfruta
Los efectos psicológicos de ponerse un enema, que es esencialmente una bolsa con una boquilla con la que se puede introducir algún líquido en el recto para limpiar el área, pueden ser tan importantes para el sexo anal placentero como los efectos físicos. Limpiar el recto es simplemente una medida preventiva contra la posibilidad de un desastre y si la pareja receptora está menos preocupada por ensuciar el área inmediata con excremento, es más probable que se relaje y disfrute de la experiencia. Puedes conseguir un kit de enema desechable en tu farmacia local, pero si descubres que te gusta el sexo anal lo suficiente como para ponerlo en tu rutina sexual, puedes comprarte un kit reutilizable. Este incluso viene con la aprobación de la FDA, pero aún así no estaría mal hablar con tu médico sobre cómo hacer un enema de manera segura y efectiva.
Consigue un buen lubricante anal
Las dos cosas más importantes a tener en cuenta al seleccionar un lubricante para sexo anal son la viscosidad y la composición. Los lubricantes más densos son los mejores para el sexo anal. Esto se debe a que las paredes del ano son más delgadas que las paredes vaginales y requieren un lubricante que las mantenga en buen estado y resbaladizas para reducir las posibilidades de cortaduras y desgarres (¡auch!) dentro del recto. Un lubricante con base de silicona es probablemente tu mejor apuesta para el sexo anal porque es seguro para los condones (a diferencia de los lubricantes con base de aceite), no se evapora rápidamente (a diferencia de los lubricantes con base de agua) y es el que tiene la consistencia más resbaladiza.
Invierte en un tapón anal
Otra compra que quizás desees agregar a tu carrito de Amazon es un tapón anal de calidad. Al usar un tapón anal, la pareja receptora se acostumbrará a la sensación de tener algo en el culo. Empieza a usarlo mientras tienes relaciones sexuales regulares y comenzarás a asociar la sensación de estar excitado analmente con el sexo en lugar de, ya sabes, con la caca. También puedes usar un tapón en el período previo al jugueteo anal para que estés más flexible cuando llegue el momento. Una gran opción es el modelo Bootie de Fun Factory.
Espera lo mejor pero prepárate para lo peor
A pesar de todo este trabajo de preparación, todavía hay una pequeña posibilidad de que el sexo se ponga sucio en el sentido equivocado. “Pongan una toalla o sábana vieja, tengan a la mano algunas toallitas húmedas y, en el caso relativamente improbable de que ocurra un desastre fecal, asegúrense de no hacer un escándalo y de tener un plan de contingencia para remediarlo”, advierte Play. Pongan la toalla en la lavadora, vayan a la regadera y procúrense algo de cuidados amorosos.
Ve a un lugar mentalmente tranquilo
Nuevamente, la capacidad de la pareja receptora para respirar y relajarse es la diferencia entre una experiencia que los haga decir “wow” o “auch”. Tomen una copa de vino o un té herbal si eso les ayuda a relajarse y destensar el cuerpo. Pero no se aloquen demasiado. “Del mismo modo en que no se debe operar maquinaria pesada estando bajo el influjo de esas sustancias, tampoco se debe experimentar con el sexo anal estando ebrio o dopado”, dicen Emma Taylor y Lorelei Sharkey, autores de Sex: How to Do Everything. “El dolor es señal de que están haciendo algo mal, y si están ebrios, no sabrán cuándo detenerse”.
Experimenta con diferentes posiciones
Si en el sexo anal eres el dador, puede ser una buena idea ponerte detrás de tu pareja y dejar que se encargue de la situación introduciéndose tu pene a su propio ritmo. Ya sea que la persona en cuestión sea neófita en el sexo anal o no, es probable que necesite un momento para aclimatarse a la sensación y que pueda necesitar que te quedes tan quieto como una estatua. Usa ese tiempo para aplicar más lubricante en el área. Una vez más, realmente nunca es demasiado cuando se trata de sexo anal. Para algunas personas, el sexo anal es más cómodo en la posición de “perrito”. Otros prefieren estar cara a cara, o incluso arriba.
No intercales cavidades
No importa cuánta preparación y limpieza previa hayas tenido, el ano y el recto contienen bacterias que no pertenecen a la vagina. En la pornografía, la lengua, los dedos, los juguetes y el pene se sacan de una cavidad y se introducen en la cavidad vecina de manera inmediata, pero en la vida real ese tipo de prácticas podría causar una infección bacteriana. Si introduces algo en el ano, debes lavarlo antes de introducirlo en la vagina. ¿Entendido?
Incorpora abrazos y caricias
El sexo anal puede ser una experiencia intensa, especialmente para el receptor de primera vez, así que no olvides administrar muchos cuidados posteriores —sobre todo si a tu pareja no le gusta tanto el sexo anal— en forma de besos, mimos y palabras cariñosas cuando termines.
El sexo anal es una actividad sexual de alto riesgo
No es por arruinar la diversión, pero sería negligente si no mencionara que el sexo anal pone a las personas en un mayor riesgo de contraer VIH y otras infecciones de transmisión sexual, a diferencia de la mayoría de las otras actividades sexuales. Esto se debe a que el coito anal difiere del vaginal en que involucra “tipos distintos de tejido, fuerza muscular y lubricación natural, o falta de ella”. Entonces, como de costumbre, usa condón si sientes que estás en una situación en la que deberías hacerlo.