Dada la naturaleza omnipresente de los microbios, todos esperamos encontrar cierta cantidad de bacterias en nuestras cocinas, en artículos como esponjas para lavar trastes, y alimentos como pollo crudo. Pero hay ciertos lugares donde resulta más sorpresivo encontrarlas, por ejemplo, en el congelador.
Sin embargo, un nuevo estudio desafía dicha creencia y podría hacernos dudar un momento antes de ponerle hielo a nuestras bebidas.
Videos by VICE
Un grupo de investigadores realizó pruebas a cubos de hielo hechos para consumo humano con la intención de detectar la presencia de bacterias. Tan sólo en los Estados Unidos, un total de 5,600,000 bolsas de hielo se venden cada año. El hielo se usa para consumirse directamente —para enfriar bebidas— o indirectamente para mantener alimentos frescos, como los mariscos.
Se analizaron 60 muestras de cubos de hielo producidos en tres niveles diferentes (en casa, restaurantes e instalaciones industriales). Una vez descongelados, los investigadores colocaron tres tipos de bacterias en los cubos: bacterias mesófilas, (bacterias que crecen óptimamente en ambientes calurosos, por lo general alrededor de los 90 grados), bacterias psicrófilas (bacterias que pueden sobrevivir y/o crecer en ambientes extremadamente fríos), y pseudomonas (una clase particular de bacteria).
Una vez que las bacterias cultivadas crecieron, se llevó a cabo la purificación y secuenciación de su ADN. Los resultados arrojaron un total de 1113 bacterias, y los niveles de contaminación de las muestras de hielo fueron significativamente diferentes en cada uno de los tres niveles de producción.
Relacionados: Estudio dice que es malo comer alimentos que han tocado las moscas
Algunas pruebas tuvieron presencia negativa de bacterias psicrófilas, mientras que las pseudomonas estuvieron presentes en la gran mayoría de los cubos analizados. Las pruebas producidas a nivel doméstico y aquellas recolectadas en bares tuvieron la mayor densidad de células. Se identificaron 31 especies de las cuales pseudomonas, estafilococos, bacillus y acinetobacter formaron los grupos más numerosos. Muchas de las bacterias encontradas en el hielo clasifican como patógenos humanos, lo que significa que pueden provocar infecciones.
Los investigadores se preguntaron qué tan probable es que los cubos de hielo transfieran sus bacterias a los humanos. Para responder su duda, tomaron diferentes bebidas que suelen servir en los bares (whiskey, vodka, martini, agua tónica, té de durazno, refresco de cola) y los sometieron a exámenes para probar su capacidad de incubación de bacterias.
Los cubos de hielo que acompañaron dichas bebidas se contaminaron intencionalmente con cuatro tipos de bacteria, y los resultados mostraron una constante reducción en el crecimiento de las bacterias. Esto se debe a la presencia de alcohol, CO2, el pH, y otros ingredientes antibacterianos del vodka, whiskey, martini, té de durazno, agua tónica, y refresco de cola. Las cuatros bacterias se escogieron para pruebas de supervivencia en diferentes líquidos (Acinetobacter lwoffii ICE100, Bacilus cereus ICE170, Pseudomonas putida ICE224 y estafilococos haemolyticus ICE182).
Como puede observarse en las gráficas de abajo, las bacterias crecieron de manera muy diferente en las distintas soluciones, de las cuales todas pudieron crecer en el vodka y té de durazno. Sin embargo, sólo una de las cuatro pudo crecer en al agua tónica, y dos en el refresco de cola. Como indican los datos, nada creció en el whiskey.
¿Puedes enfermarte por el hielo que pones a tus bebidas? Probablemente no. Pero es bueno conocer las fuentes potenciales de contaminación por bacterias. La próxima vez que quieras un scotch, pídelo en las rocas.
Juliana LeMieux es bióloga molecular de la American Council on Science and Health, organización para la educación científica con sede en la ciudad de Nueva York.
Este artículo se publicó originalmente en ACSH.org.