Las tormentas de Cristina Fernández: lavado de dinero, corrupción, falsificación…

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Son días difíciles para la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner: a poco más de tres meses de dejar el poder, la justicia federal la investiga en distintas causas y suma varias denuncias de corrupción que pesan sobre sus espaldas.

El viernes pasado, el fiscal federal Guillermo Marijuan pidió abrir una investigación en contra de Kirchner y su exministro de Planificación, Julio De Vido, en una denuncia que investiga una red de lavado de dinero.

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El proceso judicial, conocido como “la ruta del dinero K”, tiene como personaje central a Lázaro Báez, un empresario constructor de la Patagonia y amigo de la familia Kirchner, quien se enriqueció gracias contratos con el Estado durante los doce años de gestión.

Báez fue apresado sorpresivamente la semana pasada y su detención implosionó directamente en el corazón de la familia Kirchner. Con Báez tras las rejas, un testigo clave en el caso, Leonardo Fariña, se animó a contar su verdad y se adjudicó, entre otras cosas, haber sido uno de los arquitectos de esa maraña de sociedades para lavar dinero.

‘Si la citan a ella, nos citan a todos’.

En su declaración, el testigo Fariña — quien está preso hace dos años por evasión fiscal — involucró a Cristina Fernández de Kirchner. Bajo la figura del arrepentido y pretendiendo lograr algún tipo de beneficio y protección, Fariña contó cómo presuntamente se montó y funcionaba la red de lavado de dinero orquestada desde el Estado por el expresidente Néstor Kirchner y sostenida con dinero de la obra pública.

No es la única nube negra que tendrá que esquivar la expresidenta argentina en medio de esta tormenta judicial: el miércoles, el juez Claudio Bonadio citó a indagatoria a la exmandataria por la venta de dólar futuro, una maniobra en la que se vendió divisa norteamericana a una cotización que generó pérdidas para el fisco calculadas en poco más de 5 mil millones de dólares. Si bien en esa investigación están involucrados el entonces presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, y el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, para el juez fue Cristina Kirchner quien ordenó la medida.

El lunes por la noche, la expresidenta llegó en un avión de línea desde la provincia Santa Cruz al aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires, donde miles de militantes se convocaron para apoyarla.

Y este no será el único acto kirchnerista por estos días. Bajo la consigna “Si la citan a ella, nos citan a todos”, distintas organizaciones kirchneristas se concentran afuera de los tribunales desde la noche del martes y durante todo el miércoles en lo que se espera será una manifestación multitudinaria.

En imágenes: miles de personas despiden al kirchnerismo tras 12 años de gobierno en Argentina. Leer más aquí.

Kirchner no tiene una buena relación con el juez Bonadío. Parece que entre el abogado y la expresidenta hay un encono personal. En agosto del año pasado, cuando aún era presidenta y conservaba el poder, ella se refirió al juez en cadena nacional como “pistolero, mafioso y extorsionador”. Además de magistrado, Bonadío es instructor de tiro, en 2001 mató a dos desconocidos que lo atacaron, y quienes lo conocen de cerca aseguran que tiene una vasta colección de pistolas Glock y que disfruta que lo provoquen.

Hay otras causas que complican la situación judicial de Cristina Kirchner. En el llamado caso Hotesur, la exmandataria está siendo investigada por supuesto lavado de dinero junto al fallecido mandatario Néstor Kirchner. Se investiga la operadora hotelera de los Kirchner con diversos empresarios, como Lázaro Báez y Cristóbal López, quienes habrían alquilado por sumas millonarias las habitaciones de los hoteles de la familia Kirchner sin ocuparlos.

‘[El juez era] pistolero, mafioso y extorsionador’.

Otra causa que involucra a la expresidenta es la de Los Sauces S.A., una de las sociedades que la familia Kirchner utilizó para realizar operaciones inmobiliarias con Austral Construcciones, la empresa de Lázaro Báez. La sociedad presenta contradicciones entre lo que declaró ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y lo que dejó asentado en los documentos públicos del Registro de la Propiedad Inmueble. Estas inconsistencias le valieron una denuncia por “falsificación de documentos públicos”.

La semana pasada, un fiscal imputó al presidente Macri por presunta “omisión maliciosa”.

Que los tribunales argentinos se mueven al son de los tiempos políticos no es ninguna novedad. Sin embargo, el avance en las causas que investigan a distintos miembros del anterior gobierno, con Cristina Kirchner a la cabeza, ha sorprendido a la población.

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