Traes abajo el cierre de campaña
@corolarios
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Decimos de los rostros impresos en la propaganda política lo mismo que la madre naturaleza ha de decir de los seres humanos: son feos, ocupan mucho espacio, quienquiera que sea el encargado de removerlos ha tardado demasiado tiempo en hacer su trabajo.
A pocos días de las elecciones estamos un poco hartos de que los candidatos crean que no basta con saber de ellos o escuchar sus aburridos discursos, sino que deseamos verlos. Verlos a todas horas. Verlos en lonas de tres metros por cinco.
“Claro”, parecen decirnos los políticos, “si pueden soportar a chicas en ropa interior y a hombres con la barba de tres días que se ven bien ―es decir, si pueden soportar la mentira―, pueden soportarlo todo”. Pensándolo un poco: tienen razón, de eso se trata la publicidad.
Y es que todo pareciera indicar que a la hora de hacer propaganda política, el único límite es la imaginación. Pongamos este caso: ¿Vas a tu cine favorito porque estás dispuesto a ver el último churro de Tim Burton? Nada mejor que abrir el apetito con un comercial de Beatriz Paredes quitándose el maquillaje. El horror, aunque, en términos generales, es lo mínimo que te mereces.
Hoy, A tranquear el Zorro celebra el fin de la publicidad electoral planteando algunas dudas sexuales que nos han quedado tras un extenuante periodo de campañas.
¿Puede el sufragio efectivo provocarte un orgasmo?
Así lo creen los chicos y chicas de la Juventud Socialista de Cataluña, para quienes el sexo es la mejor arma contra el abstencionismo (paradójicamente, la derechista Josefina Vázquez Mota cree lo mismo. Al respecto, Joan Herrera, del partido ecologista ICV, declaró: “Veo difícil tener un orgasmo, votando a cualquiera de los candidatos, yo incluido”.
2. ¿Es la política el mejor anticonceptivo?
Rodolfo López, comerciante de Tepito, ha aprovechado el furor electoral en nuestro país para lanzar una nueva línea de preservativos llamados “Candidato”. Cada producto viene acompañado de la foto de alguno de los aspirantes presidenciales junto a un slogan:
EPN: “Como lo vio en la TV, una y otra y otra y otra y otra y otra vez”.
AMLO: “Porque con AMLO, como con Chávez, la cosa se va a poner dura”.
Quadri: “Porque con Quadri no pasa nada”.
A JVM su religión le impide ser la imagen de un condón.
Honestamente, a los autores de esta columna nos preocupa que dichos preservativos sean igual de malos que los nombres a los que representan y consideramos que lo único que va a suceder con ellos es que vas a sentir para tu vida la angustia que pronto va a sentir el país. La nota aquí.
Por cierto, los chicos de #YoSoy132 también sacaron su línea de condones. La chica que nos los regaló también nos dijo: “Yo que ustedes lo usaba sólo como souvenirs”.
3. ¿El concepto de “transparencia electoral” incluye quitarse la ropa?
A Soledad Sánchez ―candidata a alcaldesa de Ciutadella, en el archipiélago español de Baleares― le pareció que sus pechos eran atributos consistentes para convencer al electorado. Por ese motivo, lanzó un cartel que la mostraba con el torso desnudo. Después que la imagen causara la indignación de uno de sus contrincantes, Soledad Sánchez declaró: “Cada persona es libre de expresarse como quiera y yo utilizo mis pechos y mi cuerpo como me da la gana”. A los pocos días, el Instituto Balear de la Mujer ordenó quitar el cartel. Desde México, le enviamos nuestro respaldo a dicho instituto.
Pero no sólo en España, los aspirantes a un puesto de elección popular acuden al nudismo para lograr su cometido. En Guadalajara, la candidata a diputada por el PRD, Natalia Juárez, hizo lo propio en una campaña que ella misma llamó “diferente y alegre”:
Pese a los esfuerzos de estas mujeres, el Rey de la Propaganda Política con Desnudos sigue siendo ―a nuestro parecer―Wilfrido Salazar, quien en 2007 se quitó la ropa con el propósito de llegar a la alcaldía de Zacatecas:
El resultado: su partido Alternativa desapareció de la faz de la tierra.
Y ya para terminar, un mensaje del partido Nueva Alianza:
Piensen también en esto cuando acudan a votar.