Hace cuatro años, el edificio Sacar, en Dhaka, Bangladesh —más conocido como el Rana Plaza— se derrumbó, matando a 1.129 personas e hiriendo a otras 2.500. Los fallecidos trabajaban en la industria textil, que da trabajo a unas 3.5000 personas en el país. La mayoría son mujeres. Fue la mayor tragedia provocada por el hombre en Bangladesh y una tragedia que se podría haber evitado: hacía tiempo que el edificio tenía grietas pero los propietarios decidieron ignorarlas.
Alrededor del 80 por ciento de las personas que murieron ese día eran mujeres jóvenes de entre 18 y 20 años. Cuatro años después, las condiciones siguen siendo duras para la mano de obra de Bangladesh: los salarios son bajos, el acoso sexual está en alzay la seguridad en el lugar de trabajo es deficiente. El fotógrafo Claudio Montesano Casillas entró en las fábricas de Dhaka para documentar las condiciones.