Este artículo fue consultado con un especialista de Doctoranytime.
Hace poco, mientras escuchaba mi playlist de música, la aplicación me recomendó un video sobre algo llamado “mindfulness para aliviar la tensión”. Estaba tan cansada de todo lo ordinario que decidí verlo y seguir las instrucciones que la chica mencionaba ahí. Después de haber dado ese paso, sin pensarlo busqué la ayuda de un psicólogo, pues me di cuenta de que constantemente tenía sensaciones extrañas de las que no podía hablar con mi familia sin que me dijera que todo era parte de la preocupación y estrés por estar en casa y, en algunas ocasiones, que hasta se burlaran de mí.
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Al contarle al psicólogo todo lo que sentía y lo que me pasaba constantemente, él me respondió: “La llegada del COVID-19 a nuestras vidas no solo repercute en la manera en que trabajamos o estudiamos, sino que también ha dado un golpe muy duro en nuestra salud mental”.
Esto me hizo pensar que probablemente todas las sensaciones que tenía, como sudoración en las manos o constante preocupación que no siempre reconocía de dónde venía, no tenían otros factores que no fueran sobre la cuarentena.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el 60% de los países ha reportado problemas en los servicios de salud mental que van dirigidos a niños, adolescentes, personas mayores y mujeres embarazadas. Esto ha generado que los suicidios aumenten alrededor del mundo y muchas personas se sientan al borde de la locura al no saber qué es lo que les sucede y, sobre todo, por no consultar a un especialista. También menciona que uno de los padecimientos más recurrentes es la ansiedad, una respuesta natural del cuerpo que puede volverse peligrosa si no se controla. Este fue el momento en que me di cuenta que ni yo ni mi familia le estábamos dando la importancia necesaria a las sensaciones que me perseguían, y que probablemente era ansiedad lo que tenía.
Sin embargo, la pregunta que seguía rondando mi mente era: ¿Cómo puedo reconocer el inicio de la ansiedad y no confundirlo con otro padecimiento? Como sabemos, hasta ahora, hay personas que minimizan estos sentimientos pensando que es algo normal y que es parte del proceso del confinamiento. Pero las señales que pueden indicar que una persona está desarrollando ansiedad son claras.
¿Qué es la ansiedad?
Al mantener terapias e investigar más, sé ahora que la ansiedad es una reacción natural del cuerpo al estar en una situación de estrés. En pocas palabras, es una forma que tiene el cuerpo de estar alerta ante cualquier evento estresante; un mecanismo de defensa. Sin embargo, hay ocasiones en que la ansiedad no puede ser controlada y es necesario solicitar ayuda psicológica para poder sobrellevarla.
En estos casos más graves, los trastornos de ansiedad pueden provocar sensaciones de no poder respirar correctamente, de desmayos o incluso que nos paralicemos completamente por unos momentos hasta que el cuerpo regrese a la normalidad. “Se estima que del 3% al 5% de los adultos tiene altas probabilidades de desarrollar ansiedad en algún punto de su vida. Si a esta cifra le agregamos factores como la incertidumbre de la pandemia y el confinamiento, el panorama se vuelve más complicado de tratar”, fue una de las primeras cosas que me comentó mi psicólogo.
Algunos de los trastornos de ansiedad más comunes son:
- Trastorno de pánico
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Síndrome de estrés post-traumático.
¿Cuándo debo pedir ayuda?
Puedo recomendar ampliamente, por mi experiencia, consultar a un psicólogo o psicoterapeuta cuando ya te sientas abrumado/a por la sensación de estar en peligro constantemente o en situaciones más graves, como pensamientos sobre quitarte la vida.
La terapia ayuda mucho, ya que inicia un proceso donde puedes expresar cómo te sientes, qué es lo que desencadena estos ataques de ansiedad y también relatar alguna experiencia que haya sido el inicio de esto. Sé que cada persona es distinta y puede que una situación igual no afecte a dos personas de la misma manera, pero hasta ahora he comprendido que simplemente se debe aprender a vivir con los cambios y saber cómo manejar los sentimientos ante episodios traumáticos de la vida.
¿Puedo prevenir la ansiedad?
“Es posible prevenir la ansiedad, siempre y cuando esta se observe. La ansiedad se puede disolver cuando observamos y no comparamos las emociones que nos están rodeando. También debe ser abordada por un profesional en el tema para que el paciente esté seguro que su caso está en buenas manos.”
De acuerdo con mi terapeuta, lo primero es cambiar la mentalidad hacia las cosas que causan ansiedad, observando la situación sin querer controlarla. Al hacer este cambio, podemos ver las cosas de una manera distinta. Ahora, hablando desde mi experiencia, las técnicas de relajación para evitar los ataques de ansiedad o, en casos más severos, los ataques de pánico, son la segunda parte del tratamiento. Para esto se recomienda la meditación, ejercicios de respiración o incluso iniciar algún deporte que nos mantenga ocupados y que también sirva de entretenimiento.
El problema no son los hechos, sino cómo reacciones a ellos
Vivir con ansiedad no es una tarea fácil, especialmente en los momentos de incertidumbre en los que nos encontramos ahora. Por esto es muy importante cuidar tanto de nuestra salud física como mental. Se estima que sólo en México viven más de 15 millones de personas con algún tipo de trastorno mental, y no todas buscan atención profesional. Ante estas cifras, la decisión de iniciar terapia da la pauta para que cada vez más personas quiten el tabú alrededor de la salud mental y puedan vivir plenamente y en paz su vida.
Este texto fue consultado por una especialista de doctoranytime, una red de contenidos de corte médico. En esta ocasión contamos con la colaboración de la Lic. Natalia Eugenia Loredo, psicóloga egresada de la Universidad Atlántida Argentina con especialidad en hipnoterapia pediátrica, adolescentes y adultos por la Sociedad Chilena de Hipnoterapia, Hipnomédica. Cuenta con más de catorce años de experiencia en el ámbito de la psicología clínica, funcionamiento y liberación de emociones, con amplia experiencia en depresión y ansiedad con pacientes adultos y niños; duelos, estrés postraumático, autismo, adicciones, relaciones de pareja, crisis, por mencionar algunos.