Históricamente hablando, un casino es un sitio en el que se pierde el dinero y el tiempo, y en el que se suele ir bastante mal vestido (o también se puede tomar ácido y luego ir a un concierto de Lauryn Hill). Lo que definitivamente no es: un lugar para un cura. Cuando me enteré de que el Melbourne’s Crown Casino tenía contratado a un cura pensé que no podía ser verdad. Pero sí, es cierto: el padre James Grant, un güey con túnica que se pasa el día hablando con almas perdidas en el que debe ser uno de los sitios menos espirituales del planeta. Lo conocí en el restaurante (donde él ya conocía a todo el mundo), para hablar con Dios, apostar o ver si quería jugar a algún juego de azar.
VICE: ¿Qué hace aquí, padre?
Padre James Grant: Soy consejero. Muchas personas vienen al casino porque se sienten solas o deprimidas, y siempre les digo que miren la vida con más perspectiva. De acuerdo, puede que tengan una adicción al juego, pero ¿qué más hay en sus vidas?
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¿Le dice a la gente que apostar está mal?
No. No creo que sea nada malo. En la Biblia no dice en ningún momento que esté mal. Lo que es malo, y esto también vale para las drogas y el alcohol, es la falta de moderación. Yo considero que, con moderación, apostar puede considerarse una actividad humana normal y corriente.
Entonces, ¿se pueden tomar drogas con moderación?
No lo sé. Sólo digo que una persona tiene derecho a tener voluntad propia. ¿Tienes derecho a entrar aquí? Por supuesto que sí. ¿Tienes derecho a tomar drogas y joderte la vida? Sí, claro que sí. ¿Es una buena decisión hacerlo? No, es una decisión estúpida. Pero si intento detenerte, si te digo “no tienes derecho a hacerlo”, estoy reduciendo tu humanidad. Y Dios quiere que todo el mundo tenga una vida plena.
Caramba, no parece una creencia muy católica. Y además ha dicho “joder”.
Sí, bueno, sólo hablo por mí. Yo no voy predicando lo que debes creer que es “lo típicamente católico”, pero creo que la Iglesia necesita un buen cambio. Hay demasiados curas que nunca salen al mundo real. Se sientan en sus iglesias y esperan a que lleguen las congregaciones. Eso no sirve para nada. Creo que yo hago un trabajo mucho mas útil dando consejo a la gente que verdaderamente lo necesita y hablando como un ser humano real.
¿Cómo consiguió este trabajo?
Llevo seis años trabajando aquí. Al principio trabajaba en escuelas privadas, y de verdad te digo que trabajar en un colegio hace que uno se estanque por completo. Esa fue una de las cosas que me hizo darme cuenta de que necesitamos una versión más moderna del sacerdocio. Así que fui al casino y dije: “Eh, creo que aquí necesitan un cura”. Y ellos me respondieron “¡No, no es así!” Pero con el tiempo se fueron haciendo a la idea.
¿Alguna vez juega a juegos de azar?
No.
Lo diré de otra forma. ¿Podemos jugar?
Tú puedes jugar si quieres, pero es que a mí eso de apostar no me dice nada.
¿Y qué hay de la morgue del casino? ¿Podemos ir a verla?
Ya he oído alguna historia sobre eso, pero no es verdad. No hay morgue. La gente cree que aquí hay suicidios cada día y que luego los cuerpos bajan a la morgue, pero no es cierto. Aquí ha muerto gente, sí, pero como en cualquier otro lugar.
¿Aquí ha muerto gente?
Claro. Hace poco hubo una muerte. Un hombre murió de un ataque al corazón en uno de los restaurantes chinos y nadie trabajó hasta que no se purificó y bendijo el restaurante. En ese momento yo no estaba, así que lo hizo otro cura. Simplemente fue ahí, tiró un poco de agua bendita y entonces todo el mundo volvió al trabajo.
¿Normalmente la gente se quiere confesar después de apostar?
Algunas personas me piden que los bendiga para que ganen. Por supuesto, intento evitar eso porque no quiero alentar a la gente. Y todos los que vienen tienen un sistema para ganar. Las mujeres asiáticas son bastante propensas a ser supersticiosas, cosas del estilo “oh, hoy es día 7 del mes 7, Dios, hoy es mi día de suerte”. Y se enojan mucho cuando su sistema no les funciona. Y creen que el establecimiento les ha frustrado el sistema. Es paranoia pura. Un montón de gente acude a mí para contarme todas sus teorías. Yo los bendigo, a su vida y a su familia, pero jamás les bendeciré para que ganen.
¿James Packer es un buen hombre? ¿Es un pez gordo?
He tenido ocasión de conocerle y, sí, diría que es un buen hombre. No porque sea el dueño de un casino, si no porque da trabajo a un montón de personas. Si James Packer tuviera que presentarse ante Dios no creo que este le juzgase por ser el dueño de un casino. La cuestión es qué hace con el dinero que gana.
¿Qué es lo mejor de los casinos?
Creo que hay mucha gente que viene aquí porque cree que el casino es su familia. Y el tipo de persona que cree eso es una persona mayor que, por alguna razón, viene porque no quiere morir y que no encuentren su cuerpo hasta al cabo de un mes. Vienen al Crown, conocen al personal y a los otros jugadores y esto se convierte en su seudofamilia. El casino es como una pequeña comunidad.
¿El infierno es un sitio real?
Claro. Tengo pruebas suficientes para afirmar que el infierno ya existe en la tierra. Conozco a un montón de gente que está en él. Y no están muertos. Si por infierno te refieres a un sitio en el que no hay Dios, entonces sí. Los humanos pueden crear sitios donde no hay Dios ni vida. Y conozco a gente que tiene estilos de vida que para eso mejor estar muerto. Conozco a gente que vive en casas bonitas en las afueras y hace un asado cada domingo pero sus vidas son tan pequeñas y tan tristes que desearían estar muertos. Creo que eso es un tipo de infierno.
¿Cómo debería vivir la gente?
Simplemente no debería abandonar. No tengo ningún problema con la gente que empieza 20 negocios y fracasa. La gente con la que tengo un problema es aquella que abandona y acepta “lo que le ha tocado”. Dios quiere que corramos riesgos para aprender. Si dejas de correr riesgos, dejas de vivir.
Bueno, un casino es un buen sitio para correr riesgos. ¿Qué le parece si a este artículo le pongo un título como “Dios está a favor de los casinos”?
Eso no es lo que estoy diciendo. No sé si Dios está a favor de los casinos. No creo que Dios diga que hay cierta gente o ciertas instituciones buenas o malas. Simplemente no creo que Dios tenga ninguna opinión en particular sobre el Crown.
Creo que simplemente lo llamaremos “Una entrevista con el cura de un casino”.