Francamente no tengo una imagen clara de cómo conocí el punk. Tengo un par de teorías que compartiré con ustedes, pueden elegir la que más les guste.
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Mi primer acercamiento pudo haber sido a través de un amigo punkero. Solíamos treparnos a su nave y vagar por la ciudad fumando porros. Antes de subirte, el tipo siempre rezaba: “Si fuman, tengan cuidado con los asientos. Y la música la pongo yo”. El man solo escuchaba punk en español, bandas con nombres como Vómito Nuclear o Los Discípulos Esquizofrénicos de Satán.
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Esa es una.
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La otra teoría me remonta a mi primer amor platónico. Tenía un amigo que siempre sacaba el Nintendo 64 después del colegio. Tenía una hermana mayor por la que me moría. De hecho me valía verga el 64, solo quería verla. Cada tarde que iba a su casa a stalkearla, ella se encerraba en su cuarto a escuchar vinilos de Television o The Clash. Karen, un beso en dondequiera que estés.
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Hace cinco años, Taylor Ruth, una mujer oriunda de Indianápolis, a diferencia mía, documentó su primera experiencia con el punk. Específicamente cuando escuchó un disco de Dead Kennedys en la biblioteca de su colegio. Eso fue cuando ella tenía once u doce años. Sin ninguna pretensión mayor que la de perpetuar en papel su amor hacia la música de los Deads, esta niñita logró hacer la mejor reseña sobre la banda de Jello Biafra en la historia.
Para todos nuestros amigos que en vez de entrar a su clase de inglés, se escondían en el baño de la escuela para escuchar los discos de los Dead Kennedys, una cortesía:
“¡Hoy saqué de la biblioteca un montón de CDs! Algunos tenían malas palabras en el título, así que tuve que prometerle a la Señorita Jervis que ya tenía 15 años. No los he cumplido aún, pero creo que mentir no cuenta si es en la biblioteca.
Ya escuché todos los discos. Y tengo que informarles que MUCHÍSIMOS de los cantantes de estos CDs odian a ‘el hombre’. ¡Incluso lo insultan! No sé quién es ese ‘hombre’. Pienso que quizá puede ser Bush o el rector del colegio al que fue el cantante. Pero si a los Dead Kennedys no les agrada ‘el hombre’ entonces a mí tampoco. De hecho, tampoco me gustan los fascistas de mierda. Creo que ellos son una especie de culto religioso al que ‘el hombre’ pertenece.
Hasta el momento, creo que soy más punk que cualquiera que he conocido en la vida”.