Me informé durante una semana a través de 13TV, la tele de los obispos

El reto parecía sencillo: informarse durante una semana exclusivamente por 13TV, la tele de los obispos. Parecía incluso divertido: siete días escuchando monsergas de la derecha más rancia, con los ojos como platos y desternillado de la risa.

Parecía, digo. Ahora sé que forzarse ser adicto a 13TV, ser un treceteuver, es tarea magna que requiere heroicidad. Un tour de force solo apto para gente valiente; una actividad tan titánica como la que llevan a cabo esos viejos (por otro lado, espectadores potenciales del canal) mirando unas obra de la calle durante toda una mañana. Es algo para lo que hay que estar preparado moral y anímicamente. 

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Se necesita mucho valor para tragarte lo que te dicen allí. Poca broma: hay que ser como Neo en Matrix y convencerte de que todo lo que ves durante tu día a día, el llamado mundo real, no es más que una farsa que 13TV ha conseguido desencriptar.

Para programas como ‘El Cascabel’ o ‘La Marimorena’ (no, no son secciones de un canal infantil), España está a punto de entrar en una nueva Guerra Civil y los únicos buenos de la película son los curas y las monjas que ayudan a los pobrecitos pobres de la calle.

Apretaos bien a la silla desde la que leéis esto porque vamos a entrar a una dimensión paralela.

Breve historia de 13TV

Pese a que la ideología que abandera 13TV es más vieja que el polvo, lo cierto es que el canal tiene pocos años de vida. Nació allá por 2010 de la mano de la Conferencia Episcopal durante la presidencia del cardenal Rouco Varela.

Como la mayoría recordará, el cardenal y durante 20 años arzobispo de Madrid se hizo famoso por hits como: “No saldremos de esta crisis si no nos convertimos y volvemos nuestra vida a Dios” o “La problemática del matrimonio y la familia ha sido la antesala de la crisis“. También es conocido por su lucha contra del matrimonio homosexual. 

La Conferencia Episcopal es la accionista mayoritaria del canal con más del 51% de los activos y es la misma institución quien inyecta cada año unos 10 millones de euros al canal. Esos millones provienen de la declaración de la renta de los españoles que marcan la casilla de la Iglesia. Hay mucha gente que hace crowfounding para 13TV y no lo sabe.

Pese a que actualmente y con el cambio de presidencia en la Conferencia Episcopal que dio entrada al moderado cardenal Ricardo Blázquez, se han escuchado voces críticas desde la institución católica hacia el canal por considerarlo “culturalmente pobre”, demasiado afín al PP y excesivamente para la tercera edad, lo cierto es que la tendencia de 13tv sigue siendo la misma. Es más, 13TV continua recibiendo inversiones millonarias que superan las que van destinadas, por ejemplo, a Caritas, otra organización del episcopado.

¿Pero, de que va 13TV?

Por un lado 13TV se define como un canal para la “difusión de los valores y credo de la Iglesia Católica con contenidos para todos los miembros de la familia” (puedo estar de acuerdo con la frase a excepción de lo de la familia. No veo a la infancia española flipando con las peroratas de Marhuenda o Alfonso Rojo).

Por otro lado su lema desde 2015 es “un aire nuevo”, pero lo cierto es que en el canal todo huele a cerrado (incluso los platós que se quieren modernos, pero parecen sacados de los años 80). Todo huele a viejo, muy viejo; como a casa del tío de 95 años soltero que ha muerto y en la que los sobrinos se encuentran para repartirse la herencia.

Si eres una persona con el tiempo (vaya un jubilado o el que escribe esto) y las ganas de ver sin pausa 13TV, tu día empieza entre las 10:55 y las 11:40 con unas reflexiones sobre el evangelio y una misa. Luego recibes un bombardeo de noticias hasta las 15:00 y, después de comer, empiezas la tarde de cine: westerns siete días a la semana (el producto que más audiencia tiene) y alguna película recuperadas de la era más cañí del franquismo. A partir de las 20:30 hasta las 21:45 vuelves a tener bombardeo de noticias y el día termina con una tertulia de lo más variopinta. Así es la vida de un treceteuver.

La esencia ideológica del canal se encuentra en sus noticieros y en sus tertulias y podría resumirse mediante las siguientes equivalencias:

  • Podemos = Satán.
  • Independentismo = Satán Premium.
  • Corea del Norte = País que aman los de Podemos y los Independentistas y donde quieren jubilarse.
  • Vaticano = Superbién
  • El Papa Francisco = Ángel venido del cielo que ayuda a todos los desfavorecidas y que ha venido a redimir el planeta tierra.
  • PP = Partido Moderado.
  • Donald Trump = Tío que mola pero al que no mola mucho apoyar en público. Del que a veces se dice que es populista, como los de Podemos.
  • Refugiados = Gente de Daesh a la que no dedicamos ni un minuto de televisión.
  • España = ¡Oh España! la tierra prometida… la tierra donde todo es bello y la fruta nunca falta… España la tierra gloriosa, la capital del mundo, el centro del universo…

La santísima trinidad de 13TV     

Ningún canal funciona si no hay presentadores y presentadoras de peso. Personalidades que representan la filosofía de la cadena. En 13TV son tres hombres blancos, algo en lo que no se diferencian mucho de las otras cadenas, tres colosos de la televisión que sostienen las audiencias del canal (junto a los westerns) y cuyos ataques al enemigo son implacables. Me refiero a tres monstruos de las ondas: Alfredo Urdaci, Antonio Jiménez y Carlos Cuesta. Sus programas: ‘Al día’, ‘El Cascabel’ y ‘La Marimorena’.

Alfredo Urdaci

La mayoría lo recordará por el escándalo del que fue protagonista durante el 11 de marzo de 2004 y los días sucesivos. Por aquel entonces era director de los servicios informativos de Televisión Española, y siguiendo órdenes del gobierno de José María Aznar, tuvo la misión de ocultar que el atentado de Atocha había sido cometido por Al Qaeda. Para él y el Partido Popular, la bomba llevaba el sello de ETA.

Con la llegada del PSOE a la Moncloa ese mismo mes, Urdaci dimitió y desde entonces su nombre había caído en el olvido. Lo bueno se hace esperar y por ello, el 29 de julio de 2014 Alfredo volvió para practicar lo que podríamos llamar periodismo-poético-humorístico. Un concepto difícil, casi universitario, que se entenderá mejor si vemos algunas de las editoriales con las que nos deleita cada noche al empezar su programa. El título de la pieza que tienen a continuación es “Mariano inmóvile ha conseguido mantener el poder con la Ley del mínimo esfuerzo” y hace así:

Pura poesía. Pura interpretación teatralizada. Pero no solo eso, Urdaci es implacable en sus opiniones políticas y si lo pillas a malas (o a buenas todo depende de cómo se mire) puede pronunciar frases aún más contundentes:  “Kim Jong Un ha lanzado un nuevo misil nuclear en el mar del Japón como si fuera el chupinazo de los comunistas, y no hay que descartar que lo haya hecho para celebrar el excelente final de Vistalegre”.

No es la única puya contra el partido morado. Urdaci tiene un repertorio inacabable. Quizás un día le da por decir que el último congreso de Podemos fue como una purga estalinista y al siguiente noticiero le da por afirmar que Podemos es casta. Eso sí, cuando se trata de nombrar a Pablo Iglesias, nunca lo hace con el nombre por el cual todos lo conocemos, para él es Pablo Manuel. Todo un bromista.

La cosa se vuelve más seria cuando a Urdaci y a su noticiero les toca hablar de Daesh. Entonces Alfredo va y dice que ha escuchado por ahí que el número de musulmanes pasará en las próximas décadas de 1.500 a 2.760 millones. Luego añade que los terroristas islamistas han afirmado que para combatir a Occidente hay que aumentar la natalidad. Ergo: a Urdaci le trae al pairo las mil y una ramas del islam habidas, para él todo los musulmanes son potenciales yihadistas.

Antonio Jiménez

Al presentador de El Cascabel lo conocimos en otro programa muy similar al que presenta actualmente pero emitido en Intereconomía TV: ‘El gato al agua’. ¿Cómo olvidar aquel hito de la televisión en el que los tertulianos bebían vino y acababan diciendo lo primero que se les venía a la cabeza?

Actualmente Antonio hace lo mismo que hacía entonces pero sin vino; toda una pena.

Jiménez, un croonner al más puro estilo Bertín, sigue llevando a la misma gente de siempre a tertuliear: Paco Maruhuenda, Carmelo Encinas, Carmen Tomás, Alfonso Rojo, Jaime González o Edurne Uriarte. Sorprende que esos mismos tertulianos aparezcan luego en los debates de otras cadenas que tienen fama de ser menos derechosas. El Cascabel es como La Masía del Barça: de allí salen todos los opinólogos de derechas que luego extenderán su mensaje por TVE, Antena 3, Telecinco o La Sexta.

El programa se complementa con la aparición, cada noche, de una personalidad reconocible que, sorpresa, siempre se alinea en la misma opción política: la derecha de la derecha.
Pero si por algo destaca ‘El Cascabel’ (igual que el Gato al Agua) es por sus preguntas a pie de pantalla. Esas encuestas que se quieren populares pero que son de lo más tendenciosas. Aunque lo más increíble de todo ello es el rigor (o la falta total de rigor) que tienen todas ellas, con porcentajes que bailan a cada segundo, lo que indica que o bien no vota prácticamente nadie y todo voto cuenta o bien, alguien está haciendo mal los cálculos.

Por otro lado, no tiene sentido alguno que los porcentajes al principio del programa estén 50% / 50% y que con la primera votación se sitúen en 51% / 49%. Pregunten a cualquier persona que sepa un poco de estadística y les explicará cuán falaz es esa artimaña.

Carlos Cuesta

Parecería el niño bueno que ha salido de una escuela de negocios en la que también estudiaba Albert Rivera, pero en realidad Cuesta se las trae. Carlos sería algo así como el malo de película con buenos modales que desde el fotograma número uno sabes que es de lo más cruel y letal. Reconocido por su carácter explosivo presenta la tertulia de los fines de semana bautizada como ‘La Marimorena’.

‘La Marimorena’, palabra que significa la riña, es lo mismo que El Cascabel pero en horario festivo. Es decir, si querías descansar de tanto debate, te jodes y aguantas dos días más los mismos argumentos y los mismos tertulianos; así de clara está la cosa. 

Lo que más le agrada a Cuesta es darle duro a Podemos en concreto y a la izquierda en general. De hecho no es extraño tras la riña (esta de verdad, no como las de los programas que presenta) que tuvo con Pablo Manuel.

El problema de atacar lanzando balazos a todos lados, sucede cuando te quedas sin munición y tienes que modificar levemente la realidad para seguir disparando. Es la sed de violencia ideológica la que lleva a 13tv y ‘La Marimorena’ a presentar la información de forma falsa. En las siguientes imágenes vemos los congresos del partido popular y de podemos celebrados ambos el 11 de febrero. Sabemos que el primero reunió a 7.000 asistentes y el segundo a 10.000:

Por si alguien cree que la información está sacada de contexto, una imagen más clara. Añada a la imagen la voz de Cuesta diciendo: “en Vistalegre se ven algunas manchas blancas”.

¿Quién ve 13TV? 

Soy la primera persona que conozco que ha visto más de 10 horas de 13tv en su vida. Sin embargo, las cifras de audiencias confirman la sospecha: puede que en el piso de arriba haya alguien que esté viendo este canal ahora mismo y que ame a Alfredo Urdaci y su inteligencia caustica.

Según cifras de ecotuve entre 190.000 y 300.000 personas ven diariamente 13tv. Son el 2,1% de los espectadores que ven la televisión en España. No es mucha gente, con todo, de cada 1.000 personas con las que te cruzas diariamente, 21 son treceteuvers (aunque bueno, este cálculo tiene menos firmeza que una encuesta de ‘El Cascabel’).

Entonces, si prácticamente nadie ve 13tv, debemos formularnos una nueva pregunta: ¿Por qué la Conferencia Episcopal sigue invirtiendo millones en el proyecto? 

Creo tener la respuesta: es un rollo de hegemonía de poder de gramsciano, dejadme que os lo explique: partimos de la premisa de que en realidad, los espectadores del canal son en su gran mayoría gente mayor con mucho tiempo libre. Esas mismas personas son las que se encuentran en el parque y se tiran horas en un banco dándole al pico y de comer a las palomas; son las mismas que van al supermercado y tiene tiempo de hablar con todo el mundo pese a que la cola de caja empieza a ser kilométrica; son esas personas a las que ayudas a cruzar el paso de cebra y se enrollan (y por ello las amamos) como persianas. Todas ellas son treceteuvers.

Su objetivo entonces sería que pese a que ser sólo un 2,1% de los espectadores consume directamente su mensaje católico y conservador, este se extiende por nuestra sociedad a través de la gente mayor que les ve y que tienen el tiempo suficiente como para darnos su opinión, préviamente condicionada por el canal episcopal.

En fin, no creo que nunca más vuelva a ver tanto tiempo de 13TV. Después de la experiencia me siento liberado. Vuelvo a La Sexta, un poco de Cuatro, algún programa de TV3 online, TVE para indignarme y mucho twittero ideológicamente afín. Me meto de nuevo en otra burbuja, la burbuja en la que todo el mundo piensa como un servidor y donde la información que recibo me parece que de nuevo vuelve a parecerse a lo que veo en la calle cuando salgo de casa.